La danza Butoh
Martina Santillán Iturres y Eugenia Frigerio
La búsqueda de hacer visible lo invisible, la paradoja, mientras se bailan las fuerzas vitales e impermanentes.


 

Qué quiere decir Butoh? Nada, al igual que “dadá”, la “rebelión del cuerpo” diría Hijikata, coreógrafo japonés, que junto con Kazuo Ohno desarrolla esta danza en la década de 1950. Este estilo significó una respuesta a la crisis estética en la escena de posguerra, la emergencia amoral de las fuerzas deformantes de nuestros cuerpos domesticados y desobedientes del canon occidental posmoderno. Busca lograr el abandono del yo como identidad y centro de sentido, recordando movimientos y fuerzas de la existencia a través del cuerpo como receptáculo, médium u objeto anti-representativo, mediante pasos erráticos y espasmódicos. En este sentido, butoh es no expresar desde una voluntad: son cuerpos que pueden hacer y no saben cómo, es el poder de relacionarse con el propio cuerpo de manera inesperada, extraña y desconocida (Volij, 2021: 9). Posibilita la escucha de la relación de la forma y la contra-forma, ese entre, apertura o espacio como potencia emancipadora que permite vaciar al cuerpo de cultura y romper con las estructuras del hábito para despertar singularidades ligadas a la fuerza inconsciente del cuerpo. La búsqueda de hacer visible lo invisible, la paradoja, mientras se bailan las fuerzas vitales e impermanentes.



Es Bailando

El ciclo de danza “Es Bailando” es una propuesta de investigación y creación por Ana Laura Ossés, Majo Nóbile y Tamia Rivero en donde se presentan piezas breves que comparten una búsqueda desde la danza butoh cuyo estilo se transforma a lo largo del tiempo.

XIX
¨Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos, he de comprender lo que dice mi voz.” (A.P)



Sobre las obras

Kukulkán de Tamia Rivero
El nacimiento de la “serpiente emplumada” figura mítica, cuerpo híbrido, símbolo de la transformación. La pieza fusiona danza, arte textil y cantos andinos.

T de Ángela Babuin
Dulce escuchar de pasos graves y ligeros, de caricias, dadas y recibidas, soplos de amor y tormentas domadas. Aùn andar sobre suaves velos sin caer. (E.B.)

La Desintegración de Rhea Volij
Atracción de circo, la yegua araña, la mujer salvaje, asiste a su propia desintegración y a la aparición del erotismo como fiesta de las fuerzas.

La Novia de Mauro Luno
Rostros, rastros y uñas de un tacón aguja, de la identidad. Acuerpar tanto un arquetipo deviniendo adivinador atrapando mariposas en la red de las energías / fuerzas que almacena.



Nota al pie: Asociaciones libres del otro lado del espejo

Todo movimiento, más allá de su aparente espontaneidad, es meticulosamente coreografiado…
Brotan sombras danzantes esclavizadas por sus bailarinas, mientras ellas exploran los rincones más recónditos de sus oscuras almas.
Una travesía que comienza incluyendo lo material: un vestido, luces, una rosa, arena, agujas y lana, hasta que de una sacudida se despoja de toda historia o hilo conductor, mostrando la realidad desnuda de una mujer que con cada espasmo y cada temblor pierde la voluntad conscientemente.
La cruda delicadez de los músculos en constante movimiento, por los cuales la “serpiente emplumada” comienza a trazar su camino para su eventual emergencia.
Una invitación cautivadora que conduce al espectador hacia un estado de obnubilación siguiendo los pasos provenientes del inconsciente de los cuerpos.

Mujer petrificada en el tiempo. Escucho tus pasos de loba.
Dilatando el espacio, se desnuda sabiendo que a la vez viaja hacia lo oscuro de su cuerpo donde se encuentra la savia, que no deja de fluir. Sombras que se ajustan como una máscara helada.
Extremidades que como tentáculos escarban en las grietas de la memoria velada.
Antiguos susurros que persisten en los cantos de las pieles.
Un recorrido por la brecha que se abre entre la vida y la muerte, los ecos y tinieblas de un pabellón placentario. Dejar morir lo que tiene que morir.
Presenciar el ritual de desintegración de La Que Sabe, que danza sobre sus pícaros huesos, en la cueva de Eros.
Una propuesta de investigación sobre el grosor y la densidad de nuestra carne, de la multiplicidad de potencias que afectan nuestro cuerpo y de las fibras de los hilos que tejen nuestros lazos.

(Martina Santillán Iturres y Eugenia Frigerio)


El próximo ciclo Es Bailando es el 16 de junio en el Teatro Cooperativa Perra (Bonpland 800 ) a las 21 hs. Entradas por alternativa teatral ($1500).

Bailarinxs: Tamia Rivero , Ángela Babuin , Mauro Luno , Rhea Volij

Asistencia: Mariela Martínez


 

Qué quiere decir Butoh? Nada, al igual que “dadá”, la “rebelión del cuerpo” diría Hijikata, coreógrafo japonés, que junto con Kazuo Ohno desarrolla esta danza en la década de 1950. Este estilo significó una respuesta a la crisis estética en la escena de posguerra, la emergencia amoral de las fuerzas deformantes de nuestros cuerpos domesticados y desobedientes del canon occidental posmoderno. Busca lograr el abandono del yo como identidad y centro de sentido, recordando movimientos y fuerzas de la existencia a través del cuerpo como receptáculo, médium u objeto anti-representativo, mediante pasos erráticos y espasmódicos. En este sentido, butoh es no expresar desde una voluntad: son cuerpos que pueden hacer y no saben cómo, es el poder de relacionarse con el propio cuerpo de manera inesperada, extraña y desconocida (Volij, 2021: 9). Posibilita la escucha de la relación de la forma y la contra-forma, ese entre, apertura o espacio como potencia emancipadora que permite vaciar al cuerpo de cultura y romper con las estructuras del hábito para despertar singularidades ligadas a la fuerza inconsciente del cuerpo. La búsqueda de hacer visible lo invisible, la paradoja, mientras se bailan las fuerzas vitales e impermanentes.



Es Bailando

El ciclo de danza “Es Bailando” es una propuesta de investigación y creación por Ana Laura Ossés, Majo Nóbile y Tamia Rivero en donde se presentan piezas breves que comparten una búsqueda desde la danza butoh cuyo estilo se transforma a lo largo del tiempo.

XIX
¨Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos, he de comprender lo que dice mi voz.” (A.P)



Sobre las obras

Kukulkán de Tamia Rivero
El nacimiento de la “serpiente emplumada” figura mítica, cuerpo híbrido, símbolo de la transformación. La pieza fusiona danza, arte textil y cantos andinos.

T de Ángela Babuin
Dulce escuchar de pasos graves y ligeros, de caricias, dadas y recibidas, soplos de amor y tormentas domadas. Aùn andar sobre suaves velos sin caer. (E.B.)

La Desintegración de Rhea Volij
Atracción de circo, la yegua araña, la mujer salvaje, asiste a su propia desintegración y a la aparición del erotismo como fiesta de las fuerzas.

La Novia de Mauro Luno
Rostros, rastros y uñas de un tacón aguja, de la identidad. Acuerpar tanto un arquetipo deviniendo adivinador atrapando mariposas en la red de las energías / fuerzas que almacena.



Nota al pie: Asociaciones libres del otro lado del espejo

Todo movimiento, más allá de su aparente espontaneidad, es meticulosamente coreografiado…
Brotan sombras danzantes esclavizadas por sus bailarinas, mientras ellas exploran los rincones más recónditos de sus oscuras almas.
Una travesía que comienza incluyendo lo material: un vestido, luces, una rosa, arena, agujas y lana, hasta que de una sacudida se despoja de toda historia o hilo conductor, mostrando la realidad desnuda de una mujer que con cada espasmo y cada temblor pierde la voluntad conscientemente.
La cruda delicadez de los músculos en constante movimiento, por los cuales la “serpiente emplumada” comienza a trazar su camino para su eventual emergencia.
Una invitación cautivadora que conduce al espectador hacia un estado de obnubilación siguiendo los pasos provenientes del inconsciente de los cuerpos.

Mujer petrificada en el tiempo. Escucho tus pasos de loba.
Dilatando el espacio, se desnuda sabiendo que a la vez viaja hacia lo oscuro de su cuerpo donde se encuentra la savia, que no deja de fluir. Sombras que se ajustan como una máscara helada.
Extremidades que como tentáculos escarban en las grietas de la memoria velada.
Antiguos susurros que persisten en los cantos de las pieles.
Un recorrido por la brecha que se abre entre la vida y la muerte, los ecos y tinieblas de un pabellón placentario. Dejar morir lo que tiene que morir.
Presenciar el ritual de desintegración de La Que Sabe, que danza sobre sus pícaros huesos, en la cueva de Eros.
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