La Argentina y su deuda externa y geopolítica
Luis José Genovesi
Los próximos gobiernos inexorablemente irán aumentando la deuda externa aun no tomando nueva deuda, debido a la imposibilidad de pagar totalmente los intereses que genera la existente...



Expresado con una frialdad deshumanizada la República Argentina debe al 30 de junio del 2023 un total de 403.809 millones de dólares, de los cuales 105.213 millones corresponden al pasivo de los privados. Deuda acumulada principalmente durante los gobiernos de la dictadura militar mediante préstamos recibidos de gobiernos extranjeros, que económicamente respaldaron a la dictadura dándoles los capitales necesarios para seguir gobernando ilegalmente la Argentina entre los años 1976 y 1983, gobiernos extranjeros que sabían del genocidio que se estaba realizando en el país. Tomada ilegalmente por un gobierno no constitucional y que se debía de haber desconocido como propició Bernardo Grinspun ministro de economía de Alfonsín ya que de 1976 a 1983 la deuda externa se multiplicó en un 600%. Luego durante el gobierno fundacional de la nueva etapa de la democracia Argentina que presidió el Dr. Raúl Alfonsín desde 1983 hasta 1989 la deuda se incrementó en un 19%. El gobierno posterior del Dr. Menem que abarcó 10 años desde 1989 a 1999 época de las relaciones carnales con los Estados Unidos, gobierno durante el cual se privatizaron todas las empresas del Estado aún las estratégicas o directamente se las cerró, se volatizaron todos los capitales obtenidos aumentando la deuda Argentina en un 300%, convirtiéndola en impagable, todo ello teniendo como finalidad principal mantener la convertibilidad un dólar igual a un peso. La cosa no mejoró en el Gobierno del Dr. De La Rúa, desde su comienzo partió con una deuda impagable y al mantener tercamente la convertibilidad terminó en una crisis económica y social que provocó su renuncia y la asunción de un Presidente de transición designado por el Parlamento y la cesación de pagos de la Argentina y otras muy duras medidas económicas internas.

Desde el 2003 al 2007 electo el Dr. Néstor Kirchner, reestructuró la deuda externa y saldó la deuda total con los organismo internacionales, saliendo de esta manera de un tutelaje intolerable, pese a este ajuste y reestructuración de la deuda externa la misma seguía siendo impagable, así es que los gobiernos posteriores aumentaron significativamente la deuda externa principalmente por los altos intereses cobrados por la misma, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que abarcó el periodo 2007 al 2015 incrementó la deuda en 86.935 millones de dólares es decir 10.866 millones por cada año de gobierno, estando la deuda conformada en un 69,3% en moneda extranjera y 30,7 en pesos. Macri al entregar el gobierno en el 2019 dejó una deuda de 323.065 millones, habiéndola incrementado 82.400 millones, es decir, en 20.800 millones por cada año de gobierno, con el agravante que tomó nuevamente compromisos de deuda con organismos internacionales principalmente con el FMI, préstamo viciado de nulidad pues no pasó por el Congreso para su aprobación, la deuda existente era en un 64% en moneda extranjera y en un 36% en pesos. Finalmente tenemos el gobierno actual del Dr. Fernández que luego de 3 años y 6 meses de gobierno llevó la deuda a 403.809 millones de dólares, aumentando la misma en 80.744 millones, tomó deuda a un ritmo de 26.914 millones por año de gobierno (proyectando los 6 meses que le restan de gobierno), siendo la deuda el 65% en moneda extranjera y el 35% en pesos.

Los próximos gobiernos inexorablemente irán aumentando la deuda externa aun no tomando nueva deuda, debido a la imposibilidad de pagar totalmente los intereses que genera la existente, solamente se podrán pagar los intereses y paulatinamente se podrá pagar el capital aumentando el saldo positivo de la balanza de pagos internacionales sumando a las exportaciones agrícolas una mayor exportación de energía y de materias primas industrializadas.

Para lograrlo es menester un cambio dentro de la geopolítica de la Nación Argentina, cambio que significa el ingreso en las BRICS como un nuevo integrante junto a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el aporte de la Argentina al grupo es importante no solo por tener reservas comprobadas de petróleo convencionales y no convencionales de 44.632.000 de barriles y de gas de reservas comprobadas convencionales y no convencionales de 415.988 MMm3, sino principalmente por sus reservas de litio por un total del 22,6 % global lo que significa para las BRICS contar con este mineral necesario que revoluciona los sistemas energéticos de todo el mundo.

En la Argentina actualmente se entrecruzan los proyectos de devaluación de su moneda y de la dolarización de la economía, las BRICS con la puesta en marcha de la creación de su propia moneda comunitaria respaldada en oro y no en divisas papel, respaldo que es menos volátil y que es el bien cuyo valor más aumento en los últimos 50 años, pues el gramo de oro en los 70 tenía un valor de 1,23 dólares y hoy su valor es de 63,49 dólares, al tener una moneda propia como posee la UE e ingresar al grupo nuestro país solucionaría el problema de la desvalorización permanente de su moneda. Esto es factible pues con el ingreso de la Argentina al grupo que aportaría 30 toneladas promedio anuales de oro que se sumaría las a las 968 que produce el grupo anualmente totalizaría el 27,95% de la producción mundial anual.

Argentina con el apoyo económico y financiero del grupo puede cambiar la totalidad de los acreedores de la deuda global, pagando intereses acordes a las tasas normales imperantes en el mercado y no como en la actualidad que las tasas orillan la usura. Financiación obtenida con plazos más amplios y con un período razonable de gracia y la disposición de capitales necesarios para las obras de infraestructura y el reequipamiento y modernización de su industria, los sistemas informáticos, su sistema de salud, educación y sus fuerzas armadas para tener la capacidad bélica necesaria para la defensa nacional incluidas sus riquezas naturales, asegurando conjuntamente con Brasil y Sudáfrica la soberanía efectiva sobre el Atlántico Sur a los efectos de la custodia en lo referente tanto a los recursos ictícolas, gasíferos y petrolíferos que se encuentren dentro de su mar territorial como también la proyección que corresponde sobre la Antártida que cuenta con una reserva de aproximadamente del 80% del agua dulce de todo el planeta y asegurando también la conexión en el extremo sur entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Si nuestra Nación no cambia rápidamente su encuadramiento geopolítico cada mes tendrá más deuda externa, más pobres, más indigentes, su moneda seguirá perdiendo valor adquisitivo y sus conflictos sociales serán más profundos, en forma paulatina nos haremos más dependientes de los organismos internacionales de crédito y de los países centrales y de las exigencias que establecen sobre nuestra política económica, hasta el punto de que el valor de nuestras reservas de petróleo, gas, litio y agua dulce que hoy en un pequeño porcentaje están comprometidas por la deuda pública internacional, abarquen la totalidad de su valor. Esa es la finalidad última de los grupos económicos y financieros internacionales a los cuales el Estado Argentino y también las empresas privadas deben una deuda impagable de mantenerse los tiempos de pago, sus tasas de intereses y la negación del acceso a los capitales necesarios para el desarrollo nacional.


Expresado con una frialdad deshumanizada la República Argentina debe al 30 de junio del 2023 un total de 403.809 millones de dólares, de los cuales 105.213 millones corresponden al pasivo de los privados. Deuda acumulada principalmente durante los gobiernos de la dictadura militar mediante préstamos recibidos de gobiernos extranjeros, que económicamente respaldaron a la dictadura dándoles los capitales necesarios para seguir gobernando ilegalmente la Argentina entre los años 1976 y 1983, gobiernos extranjeros que sabían del genocidio que se estaba realizando en el país. Tomada ilegalmente por un gobierno no constitucional y que se debía de haber desconocido como propició Bernardo Grinspun ministro de economía de Alfonsín ya que de 1976 a 1983 la deuda externa se multiplicó en un 600%. Luego durante el gobierno fundacional de la nueva etapa de la democracia Argentina que presidió el Dr. Raúl Alfonsín desde 1983 hasta 1989 la deuda se incrementó en un 19%. El gobierno posterior del Dr. Menem que abarcó 10 años desde 1989 a 1999 época de las relaciones carnales con los Estados Unidos, gobierno durante el cual se privatizaron todas las empresas del Estado aún las estratégicas o directamente se las cerró, se volatizaron todos los capitales obtenidos aumentando la deuda Argentina en un 300%, convirtiéndola en impagable, todo ello teniendo como finalidad principal mantener la convertibilidad un dólar igual a un peso. La cosa no mejoró en el Gobierno del Dr. De La Rúa, desde su comienzo partió con una deuda impagable y al mantener tercamente la convertibilidad terminó en una crisis económica y social que provocó su renuncia y la asunción de un Presidente de transición designado por el Parlamento y la cesación de pagos de la Argentina y otras muy duras medidas económicas internas.

Desde el 2003 al 2007 electo el Dr. Néstor Kirchner, reestructuró la deuda externa y saldó la deuda total con los organismo internacionales, saliendo de esta manera de un tutelaje intolerable, pese a este ajuste y reestructuración de la deuda externa la misma seguía siendo impagable, así es que los gobiernos posteriores aumentaron significativamente la deuda externa principalmente por los altos intereses cobrados por la misma, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que abarcó el periodo 2007 al 2015 incrementó la deuda en 86.935 millones de dólares es decir 10.866 millones por cada año de gobierno, estando la deuda conformada en un 69,3% en moneda extranjera y 30,7 en pesos. Macri al entregar el gobierno en el 2019 dejó una deuda de 323.065 millones, habiéndola incrementado 82.400 millones, es decir, en 20.800 millones por cada año de gobierno, con el agravante que tomó nuevamente compromisos de deuda con organismos internacionales principalmente con el FMI, préstamo viciado de nulidad pues no pasó por el Congreso para su aprobación, la deuda existente era en un 64% en moneda extranjera y en un 36% en pesos. Finalmente tenemos el gobierno actual del Dr. Fernández que luego de 3 años y 6 meses de gobierno llevó la deuda a 403.809 millones de dólares, aumentando la misma en 80.744 millones, tomó deuda a un ritmo de 26.914 millones por año de gobierno (proyectando los 6 meses que le restan de gobierno), siendo la deuda el 65% en moneda extranjera y el 35% en pesos.

Los próximos gobiernos inexorablemente irán aumentando la deuda externa aun no tomando nueva deuda, debido a la imposibilidad de pagar totalmente los intereses que genera la existente, solamente se podrán pagar los intereses y paulatinamente se podrá pagar el capital aumentando el saldo positivo de la balanza de pagos internacionales sumando a las exportaciones agrícolas una mayor exportación de energía y de materias primas industrializadas.

Para lograrlo es menester un cambio dentro de la geopolítica de la Nación Argentina, cambio que significa el ingreso en las BRICS como un nuevo integrante junto a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el aporte de la Argentina al grupo es importante no solo por tener reservas comprobadas de petróleo convencionales y no convencionales de 44.632.000 de barriles y de gas de reservas comprobadas convencionales y no convencionales de 415.988 MMm3, sino principalmente por sus reservas de litio por un total del 22,6 % global lo que significa para las BRICS contar con este mineral necesario que revoluciona los sistemas energéticos de todo el mundo.

En la Argentina actualmente se entrecruzan los proyectos de devaluación de su moneda y de la dolarización de la economía, las BRICS con la puesta en marcha de la creación de su propia moneda comunitaria respaldada en oro y no en divisas papel, respaldo que es menos volátil y que es el bien cuyo valor más aumento en los últimos 50 años, pues el gramo de oro en los 70 tenía un valor de 1,23 dólares y hoy su valor es de 63,49 dólares, al tener una moneda propia como posee la UE e ingresar al grupo nuestro país solucionaría el problema de la desvalorización permanente de su moneda. Esto es factible pues con el ingreso de la Argentina al grupo que aportaría 30 toneladas promedio anuales de oro que se sumaría las a las 968 que produce el grupo anualmente totalizaría el 27,95% de la producción mundial anual.

Argentina con el apoyo económico y financiero del grupo puede cambiar la totalidad de los acreedores de la deuda global, pagando intereses acordes a las tasas normales imperantes en el mercado y no como en la actualidad que las tasas orillan la usura. Financiación obtenida con plazos más amplios y con un período razonable de gracia y la disposición de capitales necesarios para las obras de infraestructura y el reequipamiento y modernización de su industria, los sistemas informáticos, su sistema de salud, educación y sus fuerzas armadas para tener la capacidad bélica necesaria para la defensa nacional incluidas sus riquezas naturales, asegurando conjuntamente con Brasil y Sudáfrica la soberanía efectiva sobre el Atlántico Sur a los efectos de la custodia en lo referente tanto a los recursos ictícolas, gasíferos y petrolíferos que se encuentren dentro de su mar territorial como también la proyección que corresponde sobre la Antártida que cuenta con una reserva de aproximadamente del 80% del agua dulce de todo el planeta y asegurando también la conexión en el extremo sur entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Si nuestra Nación no cambia rápidamente su encuadramiento geopolítico cada mes tendrá más deuda externa, más pobres, más indigentes, su moneda seguirá perdiendo valor adquisitivo y sus conflictos sociales serán más profundos, en forma paulatina nos haremos más dependientes de los organismos internacionales de crédito y de los países centrales y de las exigencias que establecen sobre nuestra política económica, hasta el punto de que el valor de nuestras reservas de petróleo, gas, litio y agua dulce que hoy en un pequeño porcentaje están comprometidas por la deuda pública internacional, abarquen la totalidad de su valor. Esa es la finalidad última de los grupos económicos y financieros internacionales a los cuales el Estado Argentino y también las empresas privadas deben una deuda impagable de mantenerse los tiempos de pago, sus tasas de intereses y la negación del acceso a los capitales necesarios para el desarrollo nacional.


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