Convecino de la llanura
Dora Giannoni
Homenaje a Hamlet Lima Quintana a 100 años de su nacimiento



Cien años!!!! Cuánto significa un centenario? Depende de la dimensión de ese nombre y de lo que ha dejado ... En la infinitud cósmica es apenas un soplo pero si consideramos cuánto es recordada esa persona a pesar de tantos años, en la pequeñez de nuestras vidas, Hamlet hoy vive en cientos de poemas y canciones que su pueblo recuerda con amor. Por eso podemos decir que está absolutamente vivo. Además él se encargó de enseñarnos a no morir, en su zamba, en sus cuentos, en su permanente compromiso con la vida y la vida compartida.

La amistad con Hamlet es para mí uno de los mayores regalos que me hizo la vida. En 1973 cuando conocí a Armando Tejada Gómez fui conociendo a cada uno de sus amigos, muchos, en bares, en SADAIC, en presentaciones de libros o de cuadros, en sus propias casas, en la nuestra, en las peñas (El Palo Borracho, El hormiguero, la mítica peña de Fanny adonde iba a parar cuanto músico, cantor o poeta anduviera por Buenos Aires) pero entre todos esa figura bella y quijotesca quedó prendada a mi vida con una especial admiración y amor. Fuimos un día a almorzar a su casa en Concepción Arenal y allí conocí a la bienamada y sabia Luisa, y a dos de sus hijos, uno muy simpático y dulce y el otro más picarón. Eran Juan Martín y Juan Cruz. A partir de ese momento, esa familia pasó a formar parte de nuestras vidas, de la mía, al menos, de Armando ya lo era. Después fui conociendo a sus otros hijos: Ana que ahora vive en Neuquén, a Germán, a Mariano que vivía en España y ahora está en Neuquén, Felipe que después vivió en Barcelona, y la querida Silvia a quien nunca vi personalmente pero conocí mucho a través de la obra de su papá.

Hamlet nació un 15 se setiembre de 1923 en Morón cuando todavía era un pueblo provinciano, aunque aprendió a caminar en Saladillo, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, adonde pasaban largas temporadas. Hijo de un profesional, Romeo Ventura Lima de raigambre en San Antonio de Areco que fue su primer maestro en guitarra y versificación y su madre Lelia Carmen Quintana con familiares ligados a la familia Colliqueo que le brindó todos sus ritos, premoniciones y el pensamiento mágico. También tocaba el piano, así que desde muy niño estuvo ligado a la música y la poesía. En los ranchos de Saladillo con piso de tierra aprenderá rancheras y música de campo. Reconoce como maestros de pata en el suelo a todos los familiares Coronel de Saladillo que le enseñaron a montar a caballo, arrear el ganado, cosechar el maíz y el girasol, como a tocar la guitarra, amar los cuentos de fogón y las creencias populares pero sobre todo a amar la vida y vivir honestamente.

Les cuento que de haber estado todavía por acá, nos reuniríamos como tantas veces en su casa para celebrar este nuevo cumple con choripán y vino, rodeados de música y poesía con la presencia de su querida compañera Luisa Neves Lagos, sus hijos y nietos además de su perro Don Fernández y los variados gatos de distintos colores y pelambres con sus nombres propios puestos por Luisa o Hamlet: Michi, Michina, Tachuela… Claro que estarían muchos amigos como Oscar Alem, Emilio de la Peña, Manuel Oliveira, Olga Manrique, Matilde Laros, Rodolfo Campodónico, Carlos Terribili, Moncho Miérez, la dulce y culta Alcira, mamá de Felipe y mucha gente más, con sus correspondientes parejas, siempre con la música del piano de Oscar o Emilio o la guitarra de Moncho, canto, poesía y hasta danza. Eran fiestas inolvidables, como los cumpleaños de Luisa, también, en el mismo estilo. Esa casa siempre era un lugar de alegría y amor a la poesía y a la vida en todos sus aspectos, las personas, las plantas, los animalitos, la vida en todas sus formas, una casa del amor solidario. Me parece ver sobre el piano el premio de las Madres de Plaza de Mayo que recibió en la misma oportunidad que el Obispo Miguel Hesayne, otro de los obispos comprometidos con los Derechos Humanos como Jaime de Nevares a quien le dedicó una hermosa cantata con música de Reinaldo Labrín (yo estuve presente el día de la entrega de esos premios, fue en 1997).

En este momento viene a mi memoria el relato hecho por él mismo de cuando entre otros trabajos fue cobrador de luz y la nena que lo veía llegar todos los meses, le avisaba a su madre: “mamá llegó el lucero”. Hoy pienso que esa nena fue visionaria y premonitoria porque Hamlet para mí siempre fue un ser iluminado por la poesía que iluminaba a los demás y uno al frecuentarlo recibía de esa luminosidad que nunca disminuyó, al contrario aumentaba con el tiempo. Hoy Hamlet vuelve a asombrarme. Al revisar su Cancionero para este trabajo, descubro una milonga con letra y música suyas titulada De tanto insistir y el protagonista es Lucero Cruz, refiriéndose a sí mismo y a la experiencia contada. Nunca deja de sorprenderme. Gracias por este nuevo regalo.



Hamlet fue poeta, músico, cantor, pintor, tocaba el piano y la guitarra y hasta ganó un premio en Morón por una obra plástica. Desde el 56 no se dedicó más a la pintura. Desempeñó varios trabajos como oficinista, vendedor de libros a domicilio, periodista de United Press International y de Clarín adonde tuvo como compañeros a Raúl González Tuñón, y Osvaldo Bayer, entre otros, como para mostrar el nivel del periodismo de esos tiempos; fue cobrador de luz, vendedor de relojes (lo cuenta en “La camisa”) cantor, musiquero, hasta que se dedicó plenamente a lo suyo: escribir, componer, presentar espectáculos poético musicales de gran nivel artístico cultural.

Reconoce que tuvo el privilegio de contarse en el grupo que dialogaba cotidianamente con Miguel Ángel Asturias, de Guatemala que sería premio Nobel, el poeta peruano Alberto Hidalgo, Ramón Melgar, Mario Jorge de Lellis, Javier Villafañe con su magia titiritera, el talentoso Raúl González Tuñón, Chabuca Grande y la mano señera de Ismael Colombo, su editor en varios casos completando así su formación cultural integrada por lo literario y lo popular. Fue amigo de Rafael Alberti, Juan José Manauta, José Murillo, Jaime Dávalos, Manuel Castilla, Ariel Petrocelli, Ariel Ferraro, María Elena Walsh, Homero y Virgilio Expósito, y más, muchos más, músicos, guitarreros, pintores, manosantas, perdularios y otras yerbas. Destaco muy particularmente a Armando Tejada Gómez, su hermano del alma, con quien se comunicaba diariamente y con quien se encontró para siempre al integrarse al Movimiento del Nuevo Cancionero. Tal era la amistad, que hasta fue como hermano mayor de Armando a pedir mi mano a 9 de Julio. La llegada de estos dos forasteros famosos provocó una gran movida en la ciudad atenta a la llegada de gente nueva. La reunión comenzó en casa adonde acudieron varios amigos docentes, alumnos y músicos. Mis padres estuvieron tocando violín y piano, como hacían habitualmente y terminada la sesión familiar, fuimos todos a la peña de la Calandria, un boliche de las afueras, adonde se juntaban todos los bohemios y trasnochados, músicos y cantores. Armando y Hamlet ofrecieron un recital de poesía como los que hacían habitualmente en Buenos Aires con muchísimo éxito. Cantó la Calandria, una puntana maravillosa, su hijo Carlos Amaya a quien Armando le dictó un poema que el muchacho copiaba emocionado, hubo bandoneón, Los mareados muy bien entonado por un cantor del pueblo, alguna canción coreada por la mayoría, seguramente la Canción con todos u otra. Fue una noche mágica en que la poesía reinó en esos aledaños nuevejulienses. Esto está relatado por Hamlet en el libro Los referentes que lleva como subtítulo Historia de una amistad donde se mezclan hechos reales, anécdotas, poemas de ambos y diálogos posteriores a la muerte de Armando con quien él seguía conversando… También en este libro cuenta el comienzo de esa amistad de por vida con Armando y con Carlos Alonso cuando él presenta su libro El octavo pájaro y Carlos dibuja un pajarito en su hombro, como referencia al libro.

Nuestra amistad con la Calandria que ya era amiga de Horacio Guarany y otros artistas populares, continuó y generosamente nos ofreció su casa como refugio cuando ya comenzaban las amenazas de la Triple A.

Después siguió nuestro casamiento en el Templo del Vino de Horacio que ya había partido al exilio por las amenazas y creo que alguna bomba. Y allí Hamlet estuvo presente, como era de esperar.

Por supuesto que nuestros encuentros eran frecuentes y en diversas circunstancias, como cuando nos encontramos en la casa que los padres de Luisa tenían en Cosquín y adonde fuimos a visitarlos. La llamaban “la casa de los pájaros” porque eran muchísimos los que la habitaban. Los chicos les ponían comida en los árboles y ellos acudían felices. En esa casa pasaban muchos veranos y hasta un tiempo Luisa estuvo allá con los chicos por el tema de las amenazas y hasta Hamlet se fue a vivir allí un tiempo (Es el momento que surge Los pueblos de gesto antiguo, con música de Tacún Lazarte) y recuerdo también una canción en la que Jorge Rojas le puso música a un poema dedicado a Luisa que se llama Siempre que te pienso.

Cuando Armando muere, Hamlet me toma como su referente y me lee con frecuencia cada poema nuevo que escribe como si yo fuera capaz de corregirle algo, una simple profesora de literatura y sí muy enamorada de la poesía, pero jamás me hubiera atrevido a hacerlo. Sí conversábamos sobre el tema, por ahí sugería cambiar un nombre por otro o pequeñeces de ese tipo. En una de sus dedicatorias me dice: “A Dorita, aguantadora de mis poemas… y allí estaba totalmente equivocado porque para mí era un inmerecido privilegio y podría haber cambiado el adjetivo por “disfrutadora” si ese término se usara. Es más, cuando estaba escribiendo el libro del Che, me decía que él sentía que se lo dictaba porque lo hacía casi automáticamente. Luisa y yo creíamos que eso era totalmente posible porque esas inspiraciones existen. Lamentablemente esta obra compuesta con tanto entusiasmo y amor no tuvo el éxito que se esperaba aunque sí pudo ser presentada en Santa Clara, en el Memorial que guarda los restos Che que nos sigue iluminando desde la valiente y ejemplar isla.

Al recordar hace poco a Patricio Echegaray, vino a mi mente el recuerdo de cuando fuimos a comprar arroz para tirarles cuando salieran del Registro Civil, el día de su casamiento al que asistimos muchos amigos, los hijos y nietos y hasta alguna mujer de anteriores uniones y nos reíamos frente a las preguntas de si se aceptaban uno al otro después de tantos años compartidos. Fue un día muy feliz para todos que terminamos en fiesta.

Su primer libro es Mundo en el rostro de 1954. Allí hay poemas dedicados a su madre y a su padre y me conmueve particularmente uno dedicado a San Martín donde le dice “Aquí, José de multitudes,/ tu estatura es el agua del deshielo,/ ... Si no estuvieras hecho/yo te inventaba ahora… José de los Poemas libertados, San Martín, increíble/ Capitán de Poetas... Capitán de los tiempos/que tal vez te esperamos todavía…” Está fechado en Chile en 1952. Me emocionó cuando lo conocí y vuelve a emocionarme. En este mes de agosto, lo invoco expresamente y le digo con el poeta que hoy lo esperamos más que nunca, cuando hay tanto dolor, incertidumbre, desesperanza en la patria amada. En este libro también está de alguna manera definida su concepción de la poesía: en el poema El os dirá cantando: “Dadle al poeta/ la cuchara del albañil// Dadle la cal/y los cantos de las cunas// Dadle las palabras/ que crecen entre surcos// Dadle todas las lágrimas/ que contiene una hora de vida/ Dadle la música/de los silencios ciudadanos// Y dadle un poco de viento/ para que pueda fabricar los sueños// Dadle al poeta/ la sal ardida del mar// Dadle el primer impulso de las vírgenes,/ y la primera mentira/ que nuestros hijos encienden// Y un poquito de Luz/ un poquito de Luz como una rosa// Dadle los rostros y las cosas/ sin términos gastados// Me diréis; ¿Para qué./ Si los Poetas tienen/ la luna y los espejos?// Es que el canto se ha deshecho/ y nos quedan hilachas/ como el humo de los trenes// Entonces, dadle al poeta/ la cuchara del albañil// El os dirá cantando/ cómo se construyen los hombres puros.” El poeta puede encontrar motivos para hacer poesía en todas partes, sobre todo en la verdad y en la ternura y la poesía es sanadora y limpia de todas las malezas que a veces se apegan en el alma. Coincido con este concepto.



De 1961 es El Octavo Pájaro editado en El Sótano de la Salamanca, con portada e ilustraciones de Pablo Lameiro donde figura como prólogo el poema Los dioses. Ninguno de los libros de Hamlet tiene prólogo de otro autor y actúa como tal un poema suyo. Tiene varios poemas dedicados a las partes de un hombre: mano, ojo, lengua, cabeza, tórax. Siguen 15 poemas sobre El desierto y luego los Siete pájaros que son: la estatura, un día, la tierra, aquella voz, el corazón, el hombre y la duda. El octavo pájaro es el Pachakuti, la América nueva y unida. Acá es notable la influencia de Vallejo y Alberto Hidalgo, tal vez por su permanencia en Perú el año anterior. De Lima y de 1960 me llega particularmente el poema Hombre: “He llegado a pensar, después de todo,/ cuánto es un hombre, qué proporción le aguarda/ frente a sí mismo y a su hambre,/ Un hombre, diez, un millón, un infinito,/ han de ser, yo calculo, más o menos/ como una desesperación, como una culpa/o un reventón de pájaro en el aire,/ He llegado a pensar, después de nada,/ cuánto es un hombre y qué,/ cuánto de cuánto,// No me contestes nada,/ Dios,/ yo te escuché llorar anoche”

1962. Pampamapa, en la huella del sur. Poemas con portada de Roberto “Cachete” González . Editado con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes. Acá sí aparece el poeta de la llanura. Está dedicado a su madre de cuyos ojos “se desprendía un largo grito pampa”. Comienza con una décima y aparecen las coplas que tantas veces escuché de sus propios labios: “Así voy, así vengo,/ que soy sureño/ igualito que el aire/ no tengo dueño” “Mi tierra tiene el sapo/ de hechicería,/ viento cereal y surco,/ milagrería” “A la huella, un abuelo/ que fue mestizo,/ le quebraron la tierra/ porque la quiso”

“Esta será la huella / del Pampa mapa// huella de cuatro vientos/ nadie la tapa” “Pobrecita mi tierra/ tan cuatrereada,/ la Cruz del sur te nombre/ la Iluminada” y ese final tan característico. “Esta es la tierra que existe al Sur,/ bajo la Cruz/ bajo Tomasa Coronel/ que casi no es nadie,/ acaso un girasol que a veces pega la cara contra el suelo/ e ilumina la noche con el kerosene de los mecheros// Mi tierra existe al Sur,/ sobre el petróleo”, uno de los familiares que aparecerá con frecuencia en otras obras .

1964. La isla. Poemas con ilustraciones de Martínez Howard. Edit. Colombo. Dedicado a Alcira.

1968. La armonía de los cuerpos. Carpeta de poemas con ilustraciones de Rodolfo Campodónico.

1969. Los juegos. Álbum de poemas, con partituras de Norberto Ambrós e ilustraciones de Aldo Biglione. Son canciones infantiles con ritmos folklóricos nuestros dedicados a los juegos que todos alguna vez jugamos: el vigilante y el ladrón, la mancha, las esquinitas, la rayuela, la payana. Fueron cantadas por el Coro de niños de la provincia de Córdoba y de Neuquén. Transcribo uno de esos temas: Las escondidas (aire de gato): “Busca en la nube y el mar/ busca en las sombras más largas,/ que no me encuentren/ que no me encuentren// Busca en el grito final,/ busca en las frutas amargas,/ que no me nombren/ que no me nombren// Será por las escondidas/ que se me esconda la vida// Dónde me puedo esconder/ justo en el punto y la coma/ Que no me vean/ que no me vean// Dónde me habrán de olvidar/ cuentas que saben a broma/ que no me mientan/ que no me mientan// Será por las escondidas/ que se me esconde la vida”

1969. La edad del asombro. Álbum de poemas con partituras de Carlos Guastavino y portada de Primaldo Mónaco. Perteneció al repertorio del Coro de niños del Teatro Colón. Incluye: Los asombros (el día, la noche, el sueño). Los seres (el árbol, los pájaros, el amigo) La frontera (era un día de lluvia, en el sueño de la calle, detrás de la pared). Y de este libro transcribo: Era un día de lluvia (canción): “Era un día de lluvia y en el agua/ la fiesta de la tarde/ navegaba./ Navegaba en la lluvia y en el cielo/ el duende del milagro/ desde el suelo// Era un día de lluvia y yo pensaba/mirando entre las gotas/ la mirada.// La mirada del ojo que era el agua/ y en círculos de tarde/ me miraba.// Era un día de lluvia y yo no sé si algo se iba de mí o me llegaba/ pero era un sueño azul que navegaba/ pasajero en un barco de papel.”

1970. Taller del resentido y La muerte y los presagios. Ediciones Ismael Colombo. Dedicado a la memoria de su padre y a su amigo Ramón Melgar. Tiene un epígrafe de Cesare Pavese en El oficio de poeta: donde dice que cuando somos pueblo, iremos, cuando mucho, hacia el hombre. Esta es una poesía más filosófica, que se interroga y que interpela al lector. Los presagios es una poesía existencialista que se plantea el por qué de la vida, su sentido lo que produce angustia e incertidumbre. Concluye con los conocidos versos, que tantas veces le escuché: “Pero recién ahora me doy cuenta/ que mi padre y mi madre/ llegaron a entablar un solo diálogo/ para dejarme como herencia/ esta tremenda dignidad para enfrentar la muerte”, refiriéndose a la lejanía y distancia entre ellos.



1972. Cuentos para no morir. Ediciones La verde rama. Es el único libro que tiene prólogo de Armando Tejada Gómez titulado Manifiesto de los dos. Pueden creer que me había olvidado totalmente de este prólogo?. En realidad es bastante largo y habla sobre la cultura popular, terminando con la recomendación de estos cuentos ya conocidos porque Hamlet los ha contado por televisión. Son cuentos, con ilustraciones de Jorge Mattalia, asesinado por la dictadura militar. Incluye Cuento con un nombre, dedicado a su hija Silvia, La pajarita de papel, Leyenda del girasol, El espantapájaros, Crónica de su semejante está dedicado a sus hijos, su sucesión de sangre: Ana, Germán, Mariano, Felipe, Silvia, Juan Martín y Juan Cruz. Este libro fue muy usado por mí en mis clases y a los chicos les gustaban mucho. Destaco El carancho, por su valor simbólico ya que tiene mucho que ver con su familia de Saladillo, iniciando con la aparición de este ser al que ven como mal bicho, peligroso, porque se roba los pollitos y a él mismo le produjo mucho miedo la primera vez que lo vio. Dicen que hay que matarlo, porque trae males presagios pero nunca lo hacen. Es como una metáfora de la maldad, del patrón explotador y despiadado, del oligarca, del imperio , del sistema. Se hizo una edición en 1990 contados para Culillos desde Mendoza y leídos por artistas populares como Hilda Herrero, Rafael Amor, entre otros.

1976. Documento de identidad e Informe de pájaros. Ediciones La verde rama. Dedicado a Ismael Colombo, mezcla de pájaro y ángel. Poemas con ilustraciones de Felipe Ramón Lima y propia. Este libro fue retirado de las librerías por seguridad de la imprenta, los vendedores y del propio autor, debido a las amenazas, por lo que pudo considerarse un libro inexistente. Tiene como prólogo el poema Viaje de retorno, dedicado a los ancestros de su padre, que aparece en otros libros y en una separata de ejemplares numerados hechos en Areco, con el poema, un dibujo de Rodolfo Campodónico y la firma del editor, el pintor y el poeta. Segunda edición en 1999 por un grupo de amigos de Córdoba de la editorial OPen en la que participaron gremios, la universidad, la APYME, la CTA, etc, y en la dedicatoria me dice: “Para Dorita, entrañable amiga, este hijo recuperado y arrancado del olvido genocida”. Destaco un poema de Informe de pájaros: “Yo puedo ver amanecer a cada instante/ porque mi libertad me enciende soles,/ me entrega el horizonte entre las alas/ me inscribe jubiloso en la lista del milagro,/ los cuentos de los niños, la inocencia/ con que se aprende a descubrir el mundo/ nacer todos los días/ amar no solo al semejante/ sino también al asesino y perdonarlo/ Yo puedo amanecer a cada instante/ y morir disgregándome en el aire”

Este libro fue declarado de interés legislativo por la Cámara de Diputados de la provincia de Córdoba, y del Consejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, considerándolo como un acto de estricta justicia y memoria. En la contratapa tiene unas conceptuosas palabras del músico y compositor Mario Díaz, las que comparto en su totalidad: Dice que nombrar a Lima Quintana es nombrar a uno de los poetas fundamentales del canto… uno de los que inventaron la imaginería de la canción popular, llevándola por toda la patria y toda América, viajando dolorido por cosas que pasan en estas tierras, un poeta de la llanura, de una expresión profunda y personal…

1981. En distintas formas. Poemas con portada de Carlos Alonso. Ediciones La llanura. Está dedicado a su hermano Néstor, el primero en partir, su hermano escultor. Tiene tres partes: En imperfectos. En pocas palabras donde está incluido su famoso poema Gente. “Hay gente que con solo decir una palabra/ enciende la ilusión y los rosales... hay gente que con solo abrir la boca/ llega hasta todos los límites del alma,/ alimenta una flor, inventa sueños… y se queda después como si nada/ Y uno se va de novio con la vida/ desterrando una muerte solitaria/ pues sabe que a la vuelta de la esquina/ hay gente que es así, tan necesaria.” y En algunas teorías donde figura por ejemplo Teoría de los buenos deseos… “que no te falte tiempo para comer con los amigos,/ partir el pan, reconocerse en las miradas,/ deseo que la tarde se te convierta en música/ y la mesa en un largo sonido de campanas… que nada te desvíe, que nada te disturbe,/ que siempre tengas algo de hoy para mañana/ y que lo sepas dar para cortar la leña,/ para encender el fuego, para regar la tierra,/ para ganar la lucha, para que tengas paz,/ que es la grave tarea que me he impuesto esta noche/ hermano mío.” Destaco que el poema Gente fue convertido en mural por Carlos Terribili y luce a todo color en la estación de Haedo.

1983. Sinfonía de la llanura. Ediciones Pájaro en vuelo. Dedicado a la dignidad nacional, a la soberanía, a la gesta antiimperialista por Malvinas, a la unidad latinoamericana. Aparecen los Piedra, los de Pincen, Epumer, Catriel, los Colliqueo, Callvucura, vencidos en el desierto. Aparece un reproche a Buenos Aires que aparecerá más de una vez. “Buenos Aires, ay Buenos Aires!/ no terminaste nunca de comprender la historia” ... Y cuánta razón tiene todavía hoy, cuando tantas veces decimos que esta patria no es federal. El segundo nacimiento de la llanura se refiere a la llegada de los gringos inmigrantes que unieron su sangre y su trabajo en la construcción de esta tierra. Cuando Crecía la paz por Saladillo comienza con una Elegía a su madre en la que le habla como un niño que necesita amor y consuelo y la despide diciendo: “Qué calma, madre/ qué paz cuando te hablo… / recién comprendo que me diste tanta tentativa,/ tanto amor y tanta lucha/… porque bien sabes madre, que estoy recién naciendo/ te llevaré un poema./ Repítelo cuando me duela mucho”. Siguen los poemas a Florencia Quintana, Pedro Coronel, Tomasa Coronel, Bernardina Coronel y Hemilce Coronel. Termina con el poema Entre mi gente, que muchos recordarán en aquellos versos: “La cosa es simple/ pues, de cualquier manera,/ quiero soñar con un país adentro/ o morir con la mitad de una canción afuera./ Pero que todo pase aquí,/ entre mi gente” Sigue la parte dedicada a la familia de Ismael Colombo, su esposa Julia y sus hijos Fernando y Mariana diciéndoles que Ismael se disfrazó de muerto en ese carnaval de 1979, cuando se nos murió el querido amigo y editor. Lo presenta a su padre Don Francisco, el editor de Areco contándole que su hijo es tan puro que tiene luciérnagas en las manos. Lo imagina joven limpiando el taller, ordenando la imprenta y recordando cuando a los 18 años recibió en sus manos los originales de Güiraldes con Don Segundo Sombra, por eso hay unas Coplas a Don Segundo Ramírez, que así se llamaba el resero que los Colombo conocieron. Y después cuenta cuando Ismael en Areco le presenta a un pariente de su padre que participó en la Vuelta de Obligado. Esto figura en el poema Viaje de retorno, ya citado. Sigue una parte dedicada a animales y plantas, el maíz y el sorgo, el yuyo malo y la isoca, las tristezas de cuando fracasa la cosecha de girasol después de tanto trabajo a destajo entre acopiadores e intermediarios y dice “cómo duele la mansedumbre de la tierra/ mientras se pierde el patrimonio de los pobres”, cuenta de la milagrería del sapo tanto para sanar de las gusaneras a los animales, como para el dolor de muelas, las costumbres de las viejas curanderas de quienes ha recibido también alguna ayuda en su momento, de los perros campesinos, compañeros y vigilantes, de los caballos, de la construcción del rancho de barro que no puede acabarse porque vienen a reclamarle la tierra y por eso mucha gente que fue del campo “malvive y bien muere en las orillas de los pueblos”, realidad también bastante conocida por todos nosotros. Termina con Elogio de la sangre que es un poema que pinta con gran esperanza, al continente americano, diciendo “Nosotros, en este continente,/ nos estamos naciendo cada día... un día nos germina en rosa/ y otro día nos devuelve en hombre… nosotros en este continente,/ nos estamos separando las tinieblas/ con el futuro a las espaldas” para concluir: “Nosotros en este continente,/ nos vamos a la luz/ irremediablemente” “Quien así no lo crea/ que sufra la demanda/ de esta Latinoamérica y sus pueblos”, junio del 80 y acaba con un epílogo profundamente esperanzado describiendo ese nacimiento. Y yo me lo creí, muchos lo creímos. Tanto que lo recité más de una vez, como cuando presentamos en Cosquín con Modesto López el excelente video sobre Hamlet que hizo Jorge Denti. Cómo no íbamos a creerlo si esta democracia crecía esperanzada y llegó un momento en que celebramos casi todos los países latinoamericanos unidos en una sola voz y en un mismo sueño, con presidentes parecidos a sus pueblos… Qué dirías hoy, hermano mío? Seguramente lloraríamos juntos como más de una vez lo hicimos...



1984.Los estafados. Cuentos con portada de Roberto González. Edit. La verde rama. Los cuentos son: La camisa. La cara. A la caída del sol. La muerte a plazos. Con una rosa en la boca y Los estafados. Me detuve en La muerte a plazos porque está dedicado al querido amigo poeta y actor que se fue muriendo de a poco y hasta su muerte verdadera fue confusa, no quedando de él, más que el recuerdo porque su obra fue desaparecida. Era el que decía que un fulano se había muerto de un palabrazo por la espalda. Y Hamlet dice que “Uno se va a la muerte de a pedazos” porque efectivamente nos vamos muriendo con cada amigo que se va, con cada golpe fuerte que nos va acabando... A la caída del sol es como una continuación de El carancho porque vuelve al dolor de Pedro que pierde el campito, el rancho y con su enorme cansancio a cuestas y una profunda tristeza tiene que ir tirando parte por parte ese que fue su nido, su casa, y debe irse al pueblo como se fueron casi todos los parientes, como desangrándose en ese ser a medias pueblerino, porque sigue siendo un hombre del campo. Tan trabajador como domador, alambrador, capaz de todas las tareas del campo, nunca pudo ahorrar un peso ni siquiera mantener lo poco que tenían, como tantos desheredados de nuestra patria y de todas las patrias de esta sufrida América mestiza. Todos los cuentos presentan a personajes fracasados, mentidos, desgraciados, realmente estafados, por propios errores, por malas elecciones o por un sistema de por sí perverso. En uno de los cuentos presenta a un personaje llamado Pirucho, a quien conocí, varios amigos lo conocimos, un mitómano a quien muchos le creyeron y realmente los estafó haciéndoles creer que iba a filmar una película y los engañó a todos, no sé si en dinero pero al menos con falsas ilusiones y reales mentiras, entre fallidos ensayos. Esto pone un poco de humor, en medio de tantos dolores.

1984.Situación personal. Poemas con portada de Manuel Oliveira. Ediciones Laberinto. Se presenta en el prólogo como el Juglar que quiere unir y representar a todos los semejantes que integran este país austral con tanta muerte y sacrificio pero al mismo tiempo con tanta creatividad e imaginería. Acá ya aparece el poeta que habla con la lengua de todos. Hay algunos poemas de la época del exilio y el conocido poema Cielo blanco: “No veo el cielo, madre, solo un pañuelo blanco/ No sé si aquella noche yo te estaba pensando/ o si un perfil de sombras me acunaba en sus brazos/ pero entré en otra historia con el cielo cambiado/……” No sé si aquella noche yo amanecí llorando/ o si alguna paloma se me murió de espanto/
Solo sé que la vida, que me esperaba tanto/ es el cielo que crece por tu pañuelo blanco”. Termina con el epílogo Epitafio: “Yace casi feliz y hecho un fantoche/ un Hamlet que habitó en Lima Quintana/ muere de mucho olvido por las noches/ resucita cantando en las mañanas”. Eso fue su vida siempre, a pesar de todos los pesares, apostaba a la vida y la esperanza, cada día nuevamente.

1989. El oficio común. Poemas con ilustraciones de Carlos Alonso. Ediciones De aquí a la vuelta. Dedicado a Lupe, una buena persona. Habla de la importancia de estar siempre alerta, vigilantes para “atrapar al ángel, el milagro que cotidianamente se presenta. Vivir es un oficio ejercitado en la tarea de atrapar milagros”. A veces se desperdicia la vida, se posterga, acumulando nada… Cree que la belleza es un ejercicio de voluntad contra la muerte…. Hay un poema a Lucho Gorbán, otro a Zitarrosa, a la Mary Aragón, la esposa de Eduardo, querida amiga de todos nosotros y me deleitó el poema Picaflores en el pino: “la luz llegó/ La casa está perdiendo el gris/ como si fuera de un país/ que se ha salvado del naufragio/ y guarda el cielo en su raíz… Y así mi amor/los picaflores en el pino/ van dibujando un corazón/ pintando en verde la razón…..” y es como si los viera felices a él y a Luisa en su patio de la casa de Juan B. Justo que tantas veces se inundó pero ahora disfrutan un momento de paz y felicidad y hay un poema a Enrique Llopis grabando una canción. Incluye cuatro poemas que llama perdidos, porque habían quedado sin publicarse: Raúl, el militante, Crónica del sembrado, Crónica de Agustín Tosco y Crónica de correos en que recuerda a Mario Chávez, actor y amigo, preso en Coronda por razones políticas.

1990. Osvaldo Pugliese. Biografía. Editorial De aquí a la vuelta. Dedicado a los tangueros, especialmente a los de Lavalle al 1500. Es la historia del admirado y querido maestro Don Osvaldo, su ejemplar trayectoria e incluye gran cantidad de fotos, y una síntesis de toda su obra autoral y discográfica, además de la lista de todos los integrantes de su orquesta. Tiene un final de enorme ternura como muchas de las anécdotas del libro: “Y Lidia y Osvaldo caminan, pausada y lentamente, como nimbados por un arcoiris de afectos populares, que son los arcoiris que tienen los mejores colores, mientras siguen subiendo los globos y suben y suben como formando un cielo, igual que los pañuelos blancos de las Madres, y un farol y un portón, igual que un tango y entonces las procesión en acorde de tango mayor arrastra multitudes… y vienen también Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal y Mario Jorge de Lellis, que son el humo más celeste y más valedero de la poesía de Buenos Aires y todos juegan en una ronda interminable, aunque nadie los vea y justo antes de llegar a la esquina de Canning, está el ángel, seguro que es un ángel quien a manera de saludo, levanta el ala izquierda y cierra el puño. Entonces todos doblamos por Canning pero Canning es de tierra y a lo lejos, viene caminando el Chicharra. Primavera 1989.

1991.Callvucurá y su elogio de la tribu. Poemas con ilustraciones de Rodolfo Campodónico. Torres Agüero Editor. En memoria del 11 de octubre de 1492, último día de libertad del hombre original de América. A Armando, tierra de Huarpes. En el poema De los presagios dice… “Es entonces cuando pregunto a los abuelos,/ a los abuelos de mis abuelos, qué pasó con la gloria,/ quién aceptó la agonía, este juego maldito/ Dónde están los días de la paz y de la fiesta?/ Adónde han ido, adonde, adónde, adónde?/ La anciana Machi me ha dicho, aunque no la comprendo,/ que el pasado es el que me da la fortaleza/ pero también me ha dicho que la conquista no termina/ a los trescientos años, tampoco a los quinientos/ y que habrá de continuar en otros brazos, en otras lenguas,/ en otras dimensiones porque este continente/ es una fuente inagotable y nosotros una fuerza/ que les señala el pecho cuestionando la historia/ Yo sé, lo siento, lo presiento, lo presagio,/ que para la gran tribu de mis tribus, las que vendrán aún/ solo queda el flagelo, los destierros, los desgarramientos….” No hay más que ver la realidad de nuestros pueblos originarios y los de toda de esta América mestiza.



1992. Breve historia de otro mundo con poemas en vuelo. Torres Agüero editor. Poemas con ilustraciones de Carlos Terribili. Dedicado a los grandes editores Ismael Colombo y Torres Agüero. Cuenta cómo los caballos dejaron de tener vigencia en la llanura porque cambió el mundo. Imagina caballos voladores que tropiezan con las nubes y viajando de horizonte en horizonte se van volando hacia el olvido. Homenajea al caballo tan amigo y servicial que se va a otro mundo. Este mundo está cada vez más desnivelado, apretando cada vez más a la gente, que se va a otra galaxia como el caballo, el jubilado como todos los jubilados del tercer mundo, como si cayeran en un agujero negro del espacio, el puchero que cada vez alcanza menos, los jóvenes que no tienen espacio, se pierde el homo ludens, los pingüinos y el mar empretrolados. Han ganado los comerciantes y los ignorantes, echados del pensamiento mágico y la sabiduría ancestral. Son vuelos fantasmagóricos que tienen mucho de la dolorosa realidad menemista que ya empieza a manifestarse. Termina el último vuelo en tango donde dice: “este mundo va quedando descartado/ como sombra de su sombra… jubilados, marginados de la vida,/ esperamos ir viajando/como plato volador/hacia el mundo que, tal vez definitivo,/ nos arrime la esperanza de vivir al fin en paz… Y aunque vuelvo desolado/ recupero la alegría/ al pintar toda de azul la soledad/ y volando para ir a otra galaxia/ yo renuncio al desarraigo/ y me quedo sin volar.”

1993. Declaración de bienes. Antología de poesía desde el 1954 a 1992. Editor Torres Agüero. En memoria de Miguel Angel Asturias, Alberto Hidalgo, Raúl González Tuñón, a Javier Villafañe y en memoria de mi padre poeta, el primero de mis maestros. En la contratapa y con una foto con Javier Villafañe hay unos versos de Javier recordando a su hermana que se perdió en la zamba de Lima Quintana, porque le gustaba mucho Zamba para no morir y se fue, enamorada de esa zamba.
1994. Los referentes (una historia de amistad). Torres Agüero. Dedicado a los amigos que vivieron con nosotros estos años de lucha. A Alicia, que impulsó la idea de este libro ( supongo que se refiere a la hija de Rómulo Lagos, el dueño de la Editorial Lagos). Composición fotográfica de tapas: Ernesto Monteavaro. No es ni biografía ni autobiografía sino una colección de recuerdos y vivencias con Armando Tejada Gómez y su profunda amistad, con datos ciertos, poemas intercalados de ambos y los diálogos que el poeta mantiene con su amigo que ya no está pero al que siente profundamente cerca.

1995. En el fondo del horizonte. Poemas con portada de Rodolfo Campodónico. Dedicado a la memoria de Ernesto Monteavaro, fotógrafo de la amistad. Es el libro que le presenté adonde en la contratapa transcribe el poema: “Alguna vez tuvimos un país/ cuando recuerdo, entre brumas/ me parece mentira/ Pero tuvimos un país,/ una limpia manera de respirar el aire,/ el viento solidario y las mañanas/ con luminosas ganas de vivirlas/ Cuando recuerdo, entre la noche,/ me parece mentira/ tal vez un cuento que me contó mi padre/ o el País de Alicia entre las Maravillas,/ Un país que se parecía mucho a la alegría/ como un viejo contento./ Pero para qué recordarlo/ si con lo que tenemos/ ya es suficiente para el sufrimiento”. Claro se está refiriendo al menemato, cuando la derecha se encaramó en esta patria y vendimos todas las joyas de la abuela y se afirmaba que la historia había terminado. El poema que inicia el libro me muestra el sentido trascendente de la vida que tiene Hamlet: En el fondo del horizonte… “hay una gran luminosidad en el fondo del horizonte/y con todo el miedo ancestral por lo desconocido/pero con toda parsimonia, mientras viajo por las rutas,/he tomado conciencia que hacia ella me encamino.” Antes dijo que en esa campana de silencio habitan todos los recuerdos viajando hacia la eternidad. Lo presentamos en una biblioteca socialista y participaron de la presentación Oscar Alem y Moncho Miérez.

1996. Libro de epopeyas. Poemas. Torres Agüero. En la dedicatoria a mí dice: Para Dorita, este alarido de nuestra llanura. Incluye: Milongueada por Pedro Coronel en Saladillo. La primera parte incluye: Milonga del sembrador, Milonga del malambo, milonga del guitarrero, milonga de los potros, milonga de las casuarinas , milonga del campo ajeno, milonga de la despedida, milonga orillera, milonga del árbol fiel, esta última escrita sobre melodía de Oscar Alem y milonga de la muerte. En realidad va describiendo la vida de Pedro, sus diversos trabajos, su actuación en los boliches hasta el momento en que pierde sus bienes y tiene que irse a vivir a las orillas adonde muere. Al presentarlo dice: “….No se lo puede considerar un personaje de excepción, Existen miles de Pedro Coronel en la llanura… son la mano de obra barata de la pampa verde. Demasiado barata.” Abuelos de la tierra: se refiere a la historia de quienes fueron los parientes de su madre. Una tatarabuela suya fue cautiva de un indio de la tribu de Colliqueo por el Azul. La regresaron a su familia pero ella decidió volverse con su hombre amado. De ella nació su bisabuela Andrea a la que conoció en la casa de su abuelo en Morón porque murió a los 108 años. “Qué raza era esa en el país de la conquista?/ Después lo supo: la flor de la mesticería,/ casi perfecta bajo el cielo claro,/ la contundencia de América latina/ o de América morena y América sufrida./ La raza combatida postergada/ la carne de cañón, la humillación del continente,/el amasijo con que se edificó el subdesarrollo/ una conquista interminable y cotidiana” y más adelante: “Pero estaban al margen y ellos no lo sabían,/ lo criollo de lo criollo, de profesión mestizos,/ eran sombras con destino marcado/ Lo tribal, lo mezclado, el pueblo castigado,/ toda América oscura presagiaba el hechizo/ de perderse en el viento y ellos no lo sabían”. La tercera parte es la Cantata a Jaime Francisco de Nevares. Texto de la cantata que tiene música de Reinaldo Labrín para solista, coro y orquesta. Incluye Las huelgas del Chocón. Los derechos humanos y Los mapuches. Trabajó sobre las homilías del obispo y con material facilitado por el Padre Antonio Mateos. Seguramente también conoció este trabajo el Padre Rubén Capitanio que escribió sobre Jaime de Nevares y que me envió su pésame al enterarse del fallecimiento de Hamlet. Para tener como una síntesis de la Cantata, leamos el Coro del final: “Aquí estamos los mapuches y criollos,/ bolivianos, chilenos, paraguayos,/ los del norte, morenos, provinciales,/ tus queridos humildes, tus hermanos/ Si la tierra te puso entre nosotros/ como aurora anunciando el nuevo día/ a ella te damos, inicial del viento,/ le devolvemos lo que fue prestado,/ llorando un corazón, un sentimiento/ y una lucha sin fin nos ha quedado./ Amuchimai, amuchimai peñí/ un hasta siempre que te dice hermano/ y te siente mapuche en el arcano”.

1997. El perfeccionista. Cuento largo con delirios. Portada de Rodolfo Campodónico, Torres Agüero. Está dedicado a Juan Falú y Naldo Labrín. Juan Falú es quien le contó la historia porque trabajó en ese sitio donde se desarrolla la acción. El protagonista (autor?) dialoga con Mario sobre un personaje mesiánico que habla de la perfección que debe aplicarse a la vida toda de la nación. En estos momentos de negacionismo es muy importante leer este cuento porque quedan bien claros y definidos los dos modelos de la vida: los que trabajan por la justicia y la verdad y los que se mueven por el odio aunque se crean perfeccionistas. Hay momentos conmovedores cuando dialogan el Maestro y el Batuta, un internado en la Colonia que tiene mucho de poeta creativo y muy sensible. Sufre por lo que le sucede a un niño allí internado, como un pajarito enfermo y débil, con ojitos de agua, al que van a visitar en un auto con vidrios polarizados y del que baja siempre el hombre, el perfeccionista, la madre queda en el auto. Son varias las visitas hasta la última en que se llevan al chiquito muerto, es decir su cuerpo, porque la criatura es un angelito en el cielo que ese día está dorado según el Batuta que dirige una orquesta de aire que según las circunstancias interpreta a Vivaldi, Oscar Alem, Salgán, Bach, para concluir con la Heroica de Beethoven cuando llevan al chiquito muerto. Hay momentos de gran emoción cuando se percibe la danza de campanitas que mueven las Madres para acusar al genocida que en más de una oportunidad aparece en el relato tratando de subversivo al poeta y a todos los que están cerca de él. Hay una conmovedora superposición de tiempos, espacios y temas, como algunos graciosos en que el protagonista habla con su perro Don Fernández y éste le da buenos consejos.

1998. La breve palabra. Poemas. Ediciones del Valle. Dedicado a Rodolfo y Ana Campodónico y a Marta Tedeschi. Es de tamaño más pequeño y contiene 139 poemas breves, muy breves que reflejan la capacidad del autor para decir tanto en tan poco espacio. Este es otro de los libros que yo presenté, en este caso en el Centro Chau Bloqueo con la presencia de Omar Moreno Palacios y me parece escuchar a sus hijas casi niñas cantando muy bien al Che y otras canciones con contenido. Yo había regresado recién del Seminario de Formación Teológica de Jujuy y al leerme algunos de los poemas Hamlet, le dije que tenían una gran coincidencia con motivos vistos desde mi concepción evangélica de la vida y por eso quiso que hiciera esa presentación tratando de dar un mensaje de esperanza a nuestro pueblo que estaba sufriendo las consecuencias del menemismo y tan desesperanzado. Algún poema dice: “La palabra no debe ser extensa/ si no está bien pronunciada/ lo mismo que la vida/ si no está bien vivida” “Para comprender qué es la nada/basta con imaginar, como un delirio/que no existe el amor” “Pedir limosna o dar/ son las dos caras de una misma miseria” También es muy bueno su Elogio del silencio que está en otros libros, en estos tiempos de tanto palabrerío inútil.



1999. Las memorias y Diario del regreso. Ediciones del Valle, Dedicada a Elbio Romero, Oscar Alem, Oscar Cardozo Ocampo, Jairo y Dora Giannoni. Dice el poeta: “La memoria es un pájaro de fuego/ que ejerce un oficio luminoso/ es la clara pasión de contramuerte”. En Memorias está el poema dedicado a la partida de Armando: Más solo que otras veces, el poema a la muerte de su gatito de 20 años, un homenaje a Miguel Angel Asturias al que llama Tótem de América, a Hemimgway a los ojos de su padre, la ternura de Silvia, la memoria de Hebe, de su madre, de la Machi de sus ancestros. Y Diario del regreso es el texto completo del regreso del Che desde Vallegrande, Bolivia hasta Santa Clara, Cuba. La obra se inicia en el momento en que los antropólogos argentinos, bolivianos y cubanos, abren la tierra del lugar y descubren los restos después de 30 años de sombra y misterio. El campesinado cubano dice que el Che no ha muerto y que se sumará a la lucha a su regreso, como creen los habitantes de un pueblo originario cuyo cacique ha muerto pero ellos saben que está vivo y volverá a conducirlos. Tiene música y arreglos de Oscar Cardozo Ocampo.

2000. Las otras casuarinas. Poemas con ilustraciones Fotográficas de German, Felipe, Juan Martín y Juan Cruz Lima. Ediciones del Valle. Dedicado a Hemilce, Susana Ester Soba y Moncho Miérez. Es el regreso a lo que fue la patria feliz de su infancia y ya quedan pocas casuarinas y muy deterioradas por el paso del tiempo, los problemas de la ecología y la ausencia de los habitantes que se han ido muriendo. “Allí llegué como un temblor antiguo/ pisé sus pastos que guardaban celosos/ memorias de mis primeros pasos/ y mis primeros vuelos sostenidos/por los caballos del galope corto” como aquel Busca Vida que tanto quiso. Cree que cantan los pájaros del atardecer… “parecen pájaros, aunque yo sé, estoy seguro,/ que los que están en el canto/ son mis queridos fantasmas jubilosos/ que me saludan desde las otras casuarinas/ aquellas que todavía se levantan/ en el dulce secreto de la infancia” Le extraña la ausencia de pájaros, como me extraña cada día más a mí… sabe que hay otro horizonte, “ese que está formado por memoria/ puntos suspensivos de la vida….” Duelen la tapera, los químicos, lo que ha quedado… hay pocos sapos, se acuerda del carancho, “mal bicho”. Y de pronto: “Sentí a los postergados, marginados/ sin trabajo, desnutridos, todos aquellos/ que se habían quedado sin las otras casuarinas/ y estaban sin las utopías, sin esperanzas/ como si fueran objetos descartables./ Ya voy. Grité hacia el viento, hacia la vida/ hacia otras dimensiones/ y me vestí con las raíces culturales/ de todos los ancestros y regresé a la lucha/ para tratar de salvar la palabra que nos queda.”

2003. Angeles de la tierra. Ediciones del Valle. Edición póstuma realizada por sus hijos con cubierta e ilustraciones de Rodolfo Campodónico. Dedicado a todos los recuerdos más algunos olvidos. Varios de estos poemas los conocía Este libro estuvo terminado exactamente un año antes de su fallecimiento. Hay uno dedicado a la querida y admirada Fany Edelman, hay otro dedicado a la herrería de los Balderramo donde se conserva la memoria de Armando y Hamlet, en Córdoba, un recuerdo a su maestra de tercer grado María Ester Oliva. Un poema me llega particularmente. Esto no sucedía: “El recalentamiento de la tierra/ es el enojo de la madre/ por el maltrato y el olvido que le damos./ Esto no sucedía en tiempos de la gloria/ cuando los antiguos habitantes/ veneraban y hacían ofrendas a la Pacha Mama/ mientras decían que todos pertenecían a la tierra… No señor, esto no sucedía./ La tierra no tenía estos enojos del recalentamiento/ No señor, esto no sucedía porque entonces/ la tierra no era propiedad de las multinacionales”
En varias de las visitas que después le hice, luego de que le descubrieron la enfermedad,mientras podía hablar, conversamos de los cacerolazos y los piquetes cuando se gritaba que se vayan todos y que piquete y cacerola, la lucha es una sola. Afortunadamente pasó sus últimos días en su casa adonde lo visitaban amigos, familiares, perro y gatos. El, el dueño de las palabras, iba perdiendo la capacidad de hablar…Cuando fue empeorando, Luisa me pidió que le avisara al Padre Antonio Puijané que fue enseguida y justamente a él lo nombró con su nombre completo. Se conocían porque muchas veces Hamlet lo había visitado en la cárcel, a veces con Rodolfo Campodónico, donde Antonio estaba injustamente preso por pura solidaridad con los demás compañeros. Si de ángeles hablamos, acá tenemos dos claros ejemplos… de ángeles de la tierra…

Hasta acá una crónica más o menos completa de su obra escrita pero no podemos dejar de mencionar al Hamlet autor de tantos poemas musicalizados como la famosa Zamba para no morir, que era la preferida del Che y por eso, comentaban que se enterraba con ella a los muertos en las luchas por la liberación. Autor de más de 400 canciones con la colaboración de destacados compositores, sus míticas La amanecida y Zamba para no morir (1965)marcaron una postura distinta frente al folklorismo costumbrista y conservador, por lo que integró el Movimiento del Nuevo Cancionero nacido en Mendoza, al que adhirió plenamente con otras páginas memorables como Pampampa, Homenaje a la tierra, Triunfo de las salinas grandes, La cuatreriada, Cielo blanco, Los pueblos de gesto antiguo, Juanito Laguna remonta un barrilete, Antigua muchacha, con música de Oscar Alem, que obtuvo el primer premio del Jurado técnico en Cosquín en 1976, uniendo la belleza literaria con el compromiso, interpretada por Jorge Rojas que defendía también un tema de Armando: Como pañuelo de zamba. Muchas de estas canciones figuran en su Cancionero de 1986. Las compartió con músicos como Arnedo Gallo, Alfredo Rosales, Norberto Ambrós, Iván Cosentino, Remo Pignoni, Oscar Alem, Horacio Salgán, Carlos Guastavino, Enrique Llopis, Emilio de la Peña, Eladia Blázquez, Eduardo Aragón, Ángel Ritro, Carlos Bergesio, Oscar Cardozo Ocampo, Moncho Miérez, Chacho Echenique , Tacún Lazarte, Jorge Rojas, Miguel Angel Toledo, Julio Lacarra, Néstor Basurto,entre otros.



Hay varias de autoría propia en música y letra como Zamba madura, Corazón, La del lucero que les conté antes y solo una con letra de Armando y música suya: Zamba de Chilecito.

La Pampa verde con música de Oscar Alem, grabada por el Coro de Cámara de Olavarría, el Grupo Añoranzas e instrumentistas, declarada de interés provincial por el Senado de la Pcia. de Buenos Aires (y hace unos años grabada por ByM con la participación de Julio Lacarra, Mónica Abraham y otros) y la cantata Jaime Francisco de Nevares con música de Reinaldo Labrín para orquesta, coro y solistas, estrenada en Neuquén, a un año de su fallecimiento.

La cantata Che, Diario del regreso, con música de Oscar Cardozo Ocampo y entonada por Jairo fue estrenada el 14 de junio de 2000 en Santa Clara (Cuba), en el Memorial que guarda los restos de Ernesto Guevara. El sueño de la Zamba para no morir se hacía realidad.

Integró la formación de Los Musiqueros, cuarteto vocal integrado junto a Mario Arnedo Gallo, Antonio Rodríguez Villar, Chango Farías Gómez. De esta formación perduró el dúo con Mario Arnedo Gallo. En 1955 formaron un trío con la inclusión de Raúl Cerruti.

Después cantó como solista y luego integró Los Mandingas con Eduardo Negrín Andrade y Osvaldo Andino Álvarez. Llegó a grabar un larga duración como solista en la Editorial Discográfica Universidad del Litoral.

En los espectáculos integrales actuó por todo el país y en España junto a Los Indianos, Cantoral, Héctor Tealdi, Hilmar Callejas, Luis Ordóñez, Moncho Miérez, Eduardo Aragón, Contracanto, Emilio de la Peña, Oscar Alem, Enrique Llopis, Luis Corniero, Delfor Sombra, Jorge Rojas, Chacho Echenique y por supuesto varias veces con Armando.

Grabó discos de poemas y cuentos como El árbol de la vida, La palabra, Sinfonía de la llanura, Los poetas que cantan en Cosquín, Yo también canto mis canciones, entre otros.

En 1976 fue integrante de la Comisión Directiva de la SADE y como tal protestó en defensa de los escritores desaparecidos, enfrentándose a otros integrantes de la misma comisión.

Obtuvo distinciones: primer premio anual de Poesía de la Municipalidad de Morón. Faja de Honor de la SADE en 1961. Gran premio SADAIC 1995 en el rubro folklore y en 2000, distinción especial en reconocimiento a su trayectoria, de la misma entidad. También el premio de las Madres de Plaza de Mayo por su coherencia y compromiso. En 2001 recibió la plaqueta homenaje del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y un masivo homenaje en la sede del Comité Central del Partido Comunista adonde asistieron muchísimos amigos, artistas, compañeros y admiradores (en ambos estuve presente y fueron dos conmovedoras actividades).
Participó en recitales y actuaciones en todo el país, en teatros, clubes, radios, televisión, plazas, centros culturales. De muchas de esas actuaciones tengo grabaciones que les pasé a sus hijos. En una de esas oportunidades se inauguró con su nombre una Biblioteca en un Instituto de Psicología Social.

Fue declarado visitante ilustre en Puerto Madryn, Río Cuarto, ciudad de La Rioja, ciudad de Córdoba. Esta provincia y la UTN declararon su obra de interés cultural.
En el exterior dio recitales en Uruguay, Perú, México, Cuba y España adonde viajó tras la prohibición y las repetidas amenazas de la dictadura militar. No obstante decidió regresar al país, porque quería ser protagonista de la historia Viajó por 13 estados mexicanos con recitales (se puede apreciar en el video de Denti) y participó como expositor con el trabajo “Acerca de las penetraciones culturales” en el Primer Encuentro Internacional de Escritores. En Monterrey, Nuevo León, México (mayo de 1996) Sincretismo: Quetzalcóatl vs. Internet.

Militante del Partido Comunista, al que permaneció fiel toda la vida, tuvo una intensa vida política y comprometida con los DDHH y las luchas populares. Una de sus últimas presentaciones fue en el Festival por la Consulta Popular realizado en el Luna Park en 2001.

Hamlet será como dije uno de los mejores amigos que me regaló la vida. Con él compartíamos lectura, música, poesía, amistades, largas conversaciones, chistes, compromisos, lucha, vida. Hasta coincidíamos por ejemplo en decir que la mejor canción en homenaje al Che es la que hizo el querido Jorge Marziali: El niño de la estrella o la poesía de Dardo Dorronzoro, a quien me lo hizo conocer él, cuando me regaló un libro suyo.

La poesía de Hamlet tiene la claridad del aire, la profundidad de su raigambre, la inmensidad de su llanura. Es contundente, sentenciosa como los dichos de los viejos sabios y la gente de campo.

Para mí es una literatura que puede trabajarse transversalmente en las escuelas, y muy particularmente sus Cuentos Para no morir y las obras Los juegos y La edad del asombro.

Yo no tengo más que recomendarla a todos para que la gocen y disfruten como yo. Tal como les decía al principio, Hamlet está absolutamente vivo y merece todo nuestro respeto y consideración como poeta y artista completo, comprometido con su pueblo, en especial con los más pobres, con los pueblos originarios, con la juventud y con la lucha a la que convocaba cada día porque siempre se levantaba con esperanza a pesar de todos los dolores.

Si tuviera que elegir un poema me costaría mucho porque admiro toda su obra. Tal vez me quedaría como síntesis: “La verdad nos hará libres/ y fue mi razón primera/ no sé si fue una quimera/ pero digo, con razón/ que puse mi corazón/ en la lucha verdadera.” Gente, la Teoría de los buenos deseos, la Elegía a su madre o aquellos repetidos. “ Pobrecita mi tierra, tan cuatrereada/ la Cruz del sur te nombre la Iluminada”.

Gracias por todo y por tanto, Hamlet.


Cien años!!!! Cuánto significa un centenario? Depende de la dimensión de ese nombre y de lo que ha dejado ... En la infinitud cósmica es apenas un soplo pero si consideramos cuánto es recordada esa persona a pesar de tantos años, en la pequeñez de nuestras vidas, Hamlet hoy vive en cientos de poemas y canciones que su pueblo recuerda con amor. Por eso podemos decir que está absolutamente vivo. Además él se encargó de enseñarnos a no morir, en su zamba, en sus cuentos, en su permanente compromiso con la vida y la vida compartida.

La amistad con Hamlet es para mí uno de los mayores regalos que me hizo la vida. En 1973 cuando conocí a Armando Tejada Gómez fui conociendo a cada uno de sus amigos, muchos, en bares, en SADAIC, en presentaciones de libros o de cuadros, en sus propias casas, en la nuestra, en las peñas (El Palo Borracho, El hormiguero, la mítica peña de Fanny adonde iba a parar cuanto músico, cantor o poeta anduviera por Buenos Aires) pero entre todos esa figura bella y quijotesca quedó prendada a mi vida con una especial admiración y amor. Fuimos un día a almorzar a su casa en Concepción Arenal y allí conocí a la bienamada y sabia Luisa, y a dos de sus hijos, uno muy simpático y dulce y el otro más picarón. Eran Juan Martín y Juan Cruz. A partir de ese momento, esa familia pasó a formar parte de nuestras vidas, de la mía, al menos, de Armando ya lo era. Después fui conociendo a sus otros hijos: Ana que ahora vive en Neuquén, a Germán, a Mariano que vivía en España y ahora está en Neuquén, Felipe que después vivió en Barcelona, y la querida Silvia a quien nunca vi personalmente pero conocí mucho a través de la obra de su papá.

Hamlet nació un 15 se setiembre de 1923 en Morón cuando todavía era un pueblo provinciano, aunque aprendió a caminar en Saladillo, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, adonde pasaban largas temporadas. Hijo de un profesional, Romeo Ventura Lima de raigambre en San Antonio de Areco que fue su primer maestro en guitarra y versificación y su madre Lelia Carmen Quintana con familiares ligados a la familia Colliqueo que le brindó todos sus ritos, premoniciones y el pensamiento mágico. También tocaba el piano, así que desde muy niño estuvo ligado a la música y la poesía. En los ranchos de Saladillo con piso de tierra aprenderá rancheras y música de campo. Reconoce como maestros de pata en el suelo a todos los familiares Coronel de Saladillo que le enseñaron a montar a caballo, arrear el ganado, cosechar el maíz y el girasol, como a tocar la guitarra, amar los cuentos de fogón y las creencias populares pero sobre todo a amar la vida y vivir honestamente.

Les cuento que de haber estado todavía por acá, nos reuniríamos como tantas veces en su casa para celebrar este nuevo cumple con choripán y vino, rodeados de música y poesía con la presencia de su querida compañera Luisa Neves Lagos, sus hijos y nietos además de su perro Don Fernández y los variados gatos de distintos colores y pelambres con sus nombres propios puestos por Luisa o Hamlet: Michi, Michina, Tachuela… Claro que estarían muchos amigos como Oscar Alem, Emilio de la Peña, Manuel Oliveira, Olga Manrique, Matilde Laros, Rodolfo Campodónico, Carlos Terribili, Moncho Miérez, la dulce y culta Alcira, mamá de Felipe y mucha gente más, con sus correspondientes parejas, siempre con la música del piano de Oscar o Emilio o la guitarra de Moncho, canto, poesía y hasta danza. Eran fiestas inolvidables, como los cumpleaños de Luisa, también, en el mismo estilo. Esa casa siempre era un lugar de alegría y amor a la poesía y a la vida en todos sus aspectos, las personas, las plantas, los animalitos, la vida en todas sus formas, una casa del amor solidario. Me parece ver sobre el piano el premio de las Madres de Plaza de Mayo que recibió en la misma oportunidad que el Obispo Miguel Hesayne, otro de los obispos comprometidos con los Derechos Humanos como Jaime de Nevares a quien le dedicó una hermosa cantata con música de Reinaldo Labrín (yo estuve presente el día de la entrega de esos premios, fue en 1997).

En este momento viene a mi memoria el relato hecho por él mismo de cuando entre otros trabajos fue cobrador de luz y la nena que lo veía llegar todos los meses, le avisaba a su madre: “mamá llegó el lucero”. Hoy pienso que esa nena fue visionaria y premonitoria porque Hamlet para mí siempre fue un ser iluminado por la poesía que iluminaba a los demás y uno al frecuentarlo recibía de esa luminosidad que nunca disminuyó, al contrario aumentaba con el tiempo. Hoy Hamlet vuelve a asombrarme. Al revisar su Cancionero para este trabajo, descubro una milonga con letra y música suyas titulada De tanto insistir y el protagonista es Lucero Cruz, refiriéndose a sí mismo y a la experiencia contada. Nunca deja de sorprenderme. Gracias por este nuevo regalo.



Hamlet fue poeta, músico, cantor, pintor, tocaba el piano y la guitarra y hasta ganó un premio en Morón por una obra plástica. Desde el 56 no se dedicó más a la pintura. Desempeñó varios trabajos como oficinista, vendedor de libros a domicilio, periodista de United Press International y de Clarín adonde tuvo como compañeros a Raúl González Tuñón, y Osvaldo Bayer, entre otros, como para mostrar el nivel del periodismo de esos tiempos; fue cobrador de luz, vendedor de relojes (lo cuenta en “La camisa”) cantor, musiquero, hasta que se dedicó plenamente a lo suyo: escribir, componer, presentar espectáculos poético musicales de gran nivel artístico cultural.

Reconoce que tuvo el privilegio de contarse en el grupo que dialogaba cotidianamente con Miguel Ángel Asturias, de Guatemala que sería premio Nobel, el poeta peruano Alberto Hidalgo, Ramón Melgar, Mario Jorge de Lellis, Javier Villafañe con su magia titiritera, el talentoso Raúl González Tuñón, Chabuca Grande y la mano señera de Ismael Colombo, su editor en varios casos completando así su formación cultural integrada por lo literario y lo popular. Fue amigo de Rafael Alberti, Juan José Manauta, José Murillo, Jaime Dávalos, Manuel Castilla, Ariel Petrocelli, Ariel Ferraro, María Elena Walsh, Homero y Virgilio Expósito, y más, muchos más, músicos, guitarreros, pintores, manosantas, perdularios y otras yerbas. Destaco muy particularmente a Armando Tejada Gómez, su hermano del alma, con quien se comunicaba diariamente y con quien se encontró para siempre al integrarse al Movimiento del Nuevo Cancionero. Tal era la amistad, que hasta fue como hermano mayor de Armando a pedir mi mano a 9 de Julio. La llegada de estos dos forasteros famosos provocó una gran movida en la ciudad atenta a la llegada de gente nueva. La reunión comenzó en casa adonde acudieron varios amigos docentes, alumnos y músicos. Mis padres estuvieron tocando violín y piano, como hacían habitualmente y terminada la sesión familiar, fuimos todos a la peña de la Calandria, un boliche de las afueras, adonde se juntaban todos los bohemios y trasnochados, músicos y cantores. Armando y Hamlet ofrecieron un recital de poesía como los que hacían habitualmente en Buenos Aires con muchísimo éxito. Cantó la Calandria, una puntana maravillosa, su hijo Carlos Amaya a quien Armando le dictó un poema que el muchacho copiaba emocionado, hubo bandoneón, Los mareados muy bien entonado por un cantor del pueblo, alguna canción coreada por la mayoría, seguramente la Canción con todos u otra. Fue una noche mágica en que la poesía reinó en esos aledaños nuevejulienses. Esto está relatado por Hamlet en el libro Los referentes que lleva como subtítulo Historia de una amistad donde se mezclan hechos reales, anécdotas, poemas de ambos y diálogos posteriores a la muerte de Armando con quien él seguía conversando… También en este libro cuenta el comienzo de esa amistad de por vida con Armando y con Carlos Alonso cuando él presenta su libro El octavo pájaro y Carlos dibuja un pajarito en su hombro, como referencia al libro.

Nuestra amistad con la Calandria que ya era amiga de Horacio Guarany y otros artistas populares, continuó y generosamente nos ofreció su casa como refugio cuando ya comenzaban las amenazas de la Triple A.

Después siguió nuestro casamiento en el Templo del Vino de Horacio que ya había partido al exilio por las amenazas y creo que alguna bomba. Y allí Hamlet estuvo presente, como era de esperar.

Por supuesto que nuestros encuentros eran frecuentes y en diversas circunstancias, como cuando nos encontramos en la casa que los padres de Luisa tenían en Cosquín y adonde fuimos a visitarlos. La llamaban “la casa de los pájaros” porque eran muchísimos los que la habitaban. Los chicos les ponían comida en los árboles y ellos acudían felices. En esa casa pasaban muchos veranos y hasta un tiempo Luisa estuvo allá con los chicos por el tema de las amenazas y hasta Hamlet se fue a vivir allí un tiempo (Es el momento que surge Los pueblos de gesto antiguo, con música de Tacún Lazarte) y recuerdo también una canción en la que Jorge Rojas le puso música a un poema dedicado a Luisa que se llama Siempre que te pienso.

Cuando Armando muere, Hamlet me toma como su referente y me lee con frecuencia cada poema nuevo que escribe como si yo fuera capaz de corregirle algo, una simple profesora de literatura y sí muy enamorada de la poesía, pero jamás me hubiera atrevido a hacerlo. Sí conversábamos sobre el tema, por ahí sugería cambiar un nombre por otro o pequeñeces de ese tipo. En una de sus dedicatorias me dice: “A Dorita, aguantadora de mis poemas… y allí estaba totalmente equivocado porque para mí era un inmerecido privilegio y podría haber cambiado el adjetivo por “disfrutadora” si ese término se usara. Es más, cuando estaba escribiendo el libro del Che, me decía que él sentía que se lo dictaba porque lo hacía casi automáticamente. Luisa y yo creíamos que eso era totalmente posible porque esas inspiraciones existen. Lamentablemente esta obra compuesta con tanto entusiasmo y amor no tuvo el éxito que se esperaba aunque sí pudo ser presentada en Santa Clara, en el Memorial que guarda los restos Che que nos sigue iluminando desde la valiente y ejemplar isla.

Al recordar hace poco a Patricio Echegaray, vino a mi mente el recuerdo de cuando fuimos a comprar arroz para tirarles cuando salieran del Registro Civil, el día de su casamiento al que asistimos muchos amigos, los hijos y nietos y hasta alguna mujer de anteriores uniones y nos reíamos frente a las preguntas de si se aceptaban uno al otro después de tantos años compartidos. Fue un día muy feliz para todos que terminamos en fiesta.

Su primer libro es Mundo en el rostro de 1954. Allí hay poemas dedicados a su madre y a su padre y me conmueve particularmente uno dedicado a San Martín donde le dice “Aquí, José de multitudes,/ tu estatura es el agua del deshielo,/ ... Si no estuvieras hecho/yo te inventaba ahora… José de los Poemas libertados, San Martín, increíble/ Capitán de Poetas... Capitán de los tiempos/que tal vez te esperamos todavía…” Está fechado en Chile en 1952. Me emocionó cuando lo conocí y vuelve a emocionarme. En este mes de agosto, lo invoco expresamente y le digo con el poeta que hoy lo esperamos más que nunca, cuando hay tanto dolor, incertidumbre, desesperanza en la patria amada. En este libro también está de alguna manera definida su concepción de la poesía: en el poema El os dirá cantando: “Dadle al poeta/ la cuchara del albañil// Dadle la cal/y los cantos de las cunas// Dadle las palabras/ que crecen entre surcos// Dadle todas las lágrimas/ que contiene una hora de vida/ Dadle la música/de los silencios ciudadanos// Y dadle un poco de viento/ para que pueda fabricar los sueños// Dadle al poeta/ la sal ardida del mar// Dadle el primer impulso de las vírgenes,/ y la primera mentira/ que nuestros hijos encienden// Y un poquito de Luz/ un poquito de Luz como una rosa// Dadle los rostros y las cosas/ sin términos gastados// Me diréis; ¿Para qué./ Si los Poetas tienen/ la luna y los espejos?// Es que el canto se ha deshecho/ y nos quedan hilachas/ como el humo de los trenes// Entonces, dadle al poeta/ la cuchara del albañil// El os dirá cantando/ cómo se construyen los hombres puros.” El poeta puede encontrar motivos para hacer poesía en todas partes, sobre todo en la verdad y en la ternura y la poesía es sanadora y limpia de todas las malezas que a veces se apegan en el alma. Coincido con este concepto.



De 1961 es El Octavo Pájaro editado en El Sótano de la Salamanca, con portada e ilustraciones de Pablo Lameiro donde figura como prólogo el poema Los dioses. Ninguno de los libros de Hamlet tiene prólogo de otro autor y actúa como tal un poema suyo. Tiene varios poemas dedicados a las partes de un hombre: mano, ojo, lengua, cabeza, tórax. Siguen 15 poemas sobre El desierto y luego los Siete pájaros que son: la estatura, un día, la tierra, aquella voz, el corazón, el hombre y la duda. El octavo pájaro es el Pachakuti, la América nueva y unida. Acá es notable la influencia de Vallejo y Alberto Hidalgo, tal vez por su permanencia en Perú el año anterior. De Lima y de 1960 me llega particularmente el poema Hombre: “He llegado a pensar, después de todo,/ cuánto es un hombre, qué proporción le aguarda/ frente a sí mismo y a su hambre,/ Un hombre, diez, un millón, un infinito,/ han de ser, yo calculo, más o menos/ como una desesperación, como una culpa/o un reventón de pájaro en el aire,/ He llegado a pensar, después de nada,/ cuánto es un hombre y qué,/ cuánto de cuánto,// No me contestes nada,/ Dios,/ yo te escuché llorar anoche”

1962. Pampamapa, en la huella del sur. Poemas con portada de Roberto “Cachete” González . Editado con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes. Acá sí aparece el poeta de la llanura. Está dedicado a su madre de cuyos ojos “se desprendía un largo grito pampa”. Comienza con una décima y aparecen las coplas que tantas veces escuché de sus propios labios: “Así voy, así vengo,/ que soy sureño/ igualito que el aire/ no tengo dueño” “Mi tierra tiene el sapo/ de hechicería,/ viento cereal y surco,/ milagrería” “A la huella, un abuelo/ que fue mestizo,/ le quebraron la tierra/ porque la quiso”

“Esta será la huella / del Pampa mapa// huella de cuatro vientos/ nadie la tapa” “Pobrecita mi tierra/ tan cuatrereada,/ la Cruz del sur te nombre/ la Iluminada” y ese final tan característico. “Esta es la tierra que existe al Sur,/ bajo la Cruz/ bajo Tomasa Coronel/ que casi no es nadie,/ acaso un girasol que a veces pega la cara contra el suelo/ e ilumina la noche con el kerosene de los mecheros// Mi tierra existe al Sur,/ sobre el petróleo”, uno de los familiares que aparecerá con frecuencia en otras obras .

1964. La isla. Poemas con ilustraciones de Martínez Howard. Edit. Colombo. Dedicado a Alcira.

1968. La armonía de los cuerpos. Carpeta de poemas con ilustraciones de Rodolfo Campodónico.

1969. Los juegos. Álbum de poemas, con partituras de Norberto Ambrós e ilustraciones de Aldo Biglione. Son canciones infantiles con ritmos folklóricos nuestros dedicados a los juegos que todos alguna vez jugamos: el vigilante y el ladrón, la mancha, las esquinitas, la rayuela, la payana. Fueron cantadas por el Coro de niños de la provincia de Córdoba y de Neuquén. Transcribo uno de esos temas: Las escondidas (aire de gato): “Busca en la nube y el mar/ busca en las sombras más largas,/ que no me encuentren/ que no me encuentren// Busca en el grito final,/ busca en las frutas amargas,/ que no me nombren/ que no me nombren// Será por las escondidas/ que se me esconda la vida// Dónde me puedo esconder/ justo en el punto y la coma/ Que no me vean/ que no me vean// Dónde me habrán de olvidar/ cuentas que saben a broma/ que no me mientan/ que no me mientan// Será por las escondidas/ que se me esconde la vida”

1969. La edad del asombro. Álbum de poemas con partituras de Carlos Guastavino y portada de Primaldo Mónaco. Perteneció al repertorio del Coro de niños del Teatro Colón. Incluye: Los asombros (el día, la noche, el sueño). Los seres (el árbol, los pájaros, el amigo) La frontera (era un día de lluvia, en el sueño de la calle, detrás de la pared). Y de este libro transcribo: Era un día de lluvia (canción): “Era un día de lluvia y en el agua/ la fiesta de la tarde/ navegaba./ Navegaba en la lluvia y en el cielo/ el duende del milagro/ desde el suelo// Era un día de lluvia y yo pensaba/mirando entre las gotas/ la mirada.// La mirada del ojo que era el agua/ y en círculos de tarde/ me miraba.// Era un día de lluvia y yo no sé si algo se iba de mí o me llegaba/ pero era un sueño azul que navegaba/ pasajero en un barco de papel.”

1970. Taller del resentido y La muerte y los presagios. Ediciones Ismael Colombo. Dedicado a la memoria de su padre y a su amigo Ramón Melgar. Tiene un epígrafe de Cesare Pavese en El oficio de poeta: donde dice que cuando somos pueblo, iremos, cuando mucho, hacia el hombre. Esta es una poesía más filosófica, que se interroga y que interpela al lector. Los presagios es una poesía existencialista que se plantea el por qué de la vida, su sentido lo que produce angustia e incertidumbre. Concluye con los conocidos versos, que tantas veces le escuché: “Pero recién ahora me doy cuenta/ que mi padre y mi madre/ llegaron a entablar un solo diálogo/ para dejarme como herencia/ esta tremenda dignidad para enfrentar la muerte”, refiriéndose a la lejanía y distancia entre ellos.



1972. Cuentos para no morir. Ediciones La verde rama. Es el único libro que tiene prólogo de Armando Tejada Gómez titulado Manifiesto de los dos. Pueden creer que me había olvidado totalmente de este prólogo?. En realidad es bastante largo y habla sobre la cultura popular, terminando con la recomendación de estos cuentos ya conocidos porque Hamlet los ha contado por televisión. Son cuentos, con ilustraciones de Jorge Mattalia, asesinado por la dictadura militar. Incluye Cuento con un nombre, dedicado a su hija Silvia, La pajarita de papel, Leyenda del girasol, El espantapájaros, Crónica de su semejante está dedicado a sus hijos, su sucesión de sangre: Ana, Germán, Mariano, Felipe, Silvia, Juan Martín y Juan Cruz. Este libro fue muy usado por mí en mis clases y a los chicos les gustaban mucho. Destaco El carancho, por su valor simbólico ya que tiene mucho que ver con su familia de Saladillo, iniciando con la aparición de este ser al que ven como mal bicho, peligroso, porque se roba los pollitos y a él mismo le produjo mucho miedo la primera vez que lo vio. Dicen que hay que matarlo, porque trae males presagios pero nunca lo hacen. Es como una metáfora de la maldad, del patrón explotador y despiadado, del oligarca, del imperio , del sistema. Se hizo una edición en 1990 contados para Culillos desde Mendoza y leídos por artistas populares como Hilda Herrero, Rafael Amor, entre otros.

1976. Documento de identidad e Informe de pájaros. Ediciones La verde rama. Dedicado a Ismael Colombo, mezcla de pájaro y ángel. Poemas con ilustraciones de Felipe Ramón Lima y propia. Este libro fue retirado de las librerías por seguridad de la imprenta, los vendedores y del propio autor, debido a las amenazas, por lo que pudo considerarse un libro inexistente. Tiene como prólogo el poema Viaje de retorno, dedicado a los ancestros de su padre, que aparece en otros libros y en una separata de ejemplares numerados hechos en Areco, con el poema, un dibujo de Rodolfo Campodónico y la firma del editor, el pintor y el poeta. Segunda edición en 1999 por un grupo de amigos de Córdoba de la editorial OPen en la que participaron gremios, la universidad, la APYME, la CTA, etc, y en la dedicatoria me dice: “Para Dorita, entrañable amiga, este hijo recuperado y arrancado del olvido genocida”. Destaco un poema de Informe de pájaros: “Yo puedo ver amanecer a cada instante/ porque mi libertad me enciende soles,/ me entrega el horizonte entre las alas/ me inscribe jubiloso en la lista del milagro,/ los cuentos de los niños, la inocencia/ con que se aprende a descubrir el mundo/ nacer todos los días/ amar no solo al semejante/ sino también al asesino y perdonarlo/ Yo puedo amanecer a cada instante/ y morir disgregándome en el aire”

Este libro fue declarado de interés legislativo por la Cámara de Diputados de la provincia de Córdoba, y del Consejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, considerándolo como un acto de estricta justicia y memoria. En la contratapa tiene unas conceptuosas palabras del músico y compositor Mario Díaz, las que comparto en su totalidad: Dice que nombrar a Lima Quintana es nombrar a uno de los poetas fundamentales del canto… uno de los que inventaron la imaginería de la canción popular, llevándola por toda la patria y toda América, viajando dolorido por cosas que pasan en estas tierras, un poeta de la llanura, de una expresión profunda y personal…

1981. En distintas formas. Poemas con portada de Carlos Alonso. Ediciones La llanura. Está dedicado a su hermano Néstor, el primero en partir, su hermano escultor. Tiene tres partes: En imperfectos. En pocas palabras donde está incluido su famoso poema Gente. “Hay gente que con solo decir una palabra/ enciende la ilusión y los rosales... hay gente que con solo abrir la boca/ llega hasta todos los límites del alma,/ alimenta una flor, inventa sueños… y se queda después como si nada/ Y uno se va de novio con la vida/ desterrando una muerte solitaria/ pues sabe que a la vuelta de la esquina/ hay gente que es así, tan necesaria.” y En algunas teorías donde figura por ejemplo Teoría de los buenos deseos… “que no te falte tiempo para comer con los amigos,/ partir el pan, reconocerse en las miradas,/ deseo que la tarde se te convierta en música/ y la mesa en un largo sonido de campanas… que nada te desvíe, que nada te disturbe,/ que siempre tengas algo de hoy para mañana/ y que lo sepas dar para cortar la leña,/ para encender el fuego, para regar la tierra,/ para ganar la lucha, para que tengas paz,/ que es la grave tarea que me he impuesto esta noche/ hermano mío.” Destaco que el poema Gente fue convertido en mural por Carlos Terribili y luce a todo color en la estación de Haedo.

1983. Sinfonía de la llanura. Ediciones Pájaro en vuelo. Dedicado a la dignidad nacional, a la soberanía, a la gesta antiimperialista por Malvinas, a la unidad latinoamericana. Aparecen los Piedra, los de Pincen, Epumer, Catriel, los Colliqueo, Callvucura, vencidos en el desierto. Aparece un reproche a Buenos Aires que aparecerá más de una vez. “Buenos Aires, ay Buenos Aires!/ no terminaste nunca de comprender la historia” ... Y cuánta razón tiene todavía hoy, cuando tantas veces decimos que esta patria no es federal. El segundo nacimiento de la llanura se refiere a la llegada de los gringos inmigrantes que unieron su sangre y su trabajo en la construcción de esta tierra. Cuando Crecía la paz por Saladillo comienza con una Elegía a su madre en la que le habla como un niño que necesita amor y consuelo y la despide diciendo: “Qué calma, madre/ qué paz cuando te hablo… / recién comprendo que me diste tanta tentativa,/ tanto amor y tanta lucha/… porque bien sabes madre, que estoy recién naciendo/ te llevaré un poema./ Repítelo cuando me duela mucho”. Siguen los poemas a Florencia Quintana, Pedro Coronel, Tomasa Coronel, Bernardina Coronel y Hemilce Coronel. Termina con el poema Entre mi gente, que muchos recordarán en aquellos versos: “La cosa es simple/ pues, de cualquier manera,/ quiero soñar con un país adentro/ o morir con la mitad de una canción afuera./ Pero que todo pase aquí,/ entre mi gente” Sigue la parte dedicada a la familia de Ismael Colombo, su esposa Julia y sus hijos Fernando y Mariana diciéndoles que Ismael se disfrazó de muerto en ese carnaval de 1979, cuando se nos murió el querido amigo y editor. Lo presenta a su padre Don Francisco, el editor de Areco contándole que su hijo es tan puro que tiene luciérnagas en las manos. Lo imagina joven limpiando el taller, ordenando la imprenta y recordando cuando a los 18 años recibió en sus manos los originales de Güiraldes con Don Segundo Sombra, por eso hay unas Coplas a Don Segundo Ramírez, que así se llamaba el resero que los Colombo conocieron. Y después cuenta cuando Ismael en Areco le presenta a un pariente de su padre que participó en la Vuelta de Obligado. Esto figura en el poema Viaje de retorno, ya citado. Sigue una parte dedicada a animales y plantas, el maíz y el sorgo, el yuyo malo y la isoca, las tristezas de cuando fracasa la cosecha de girasol después de tanto trabajo a destajo entre acopiadores e intermediarios y dice “cómo duele la mansedumbre de la tierra/ mientras se pierde el patrimonio de los pobres”, cuenta de la milagrería del sapo tanto para sanar de las gusaneras a los animales, como para el dolor de muelas, las costumbres de las viejas curanderas de quienes ha recibido también alguna ayuda en su momento, de los perros campesinos, compañeros y vigilantes, de los caballos, de la construcción del rancho de barro que no puede acabarse porque vienen a reclamarle la tierra y por eso mucha gente que fue del campo “malvive y bien muere en las orillas de los pueblos”, realidad también bastante conocida por todos nosotros. Termina con Elogio de la sangre que es un poema que pinta con gran esperanza, al continente americano, diciendo “Nosotros, en este continente,/ nos estamos naciendo cada día... un día nos germina en rosa/ y otro día nos devuelve en hombre… nosotros en este continente,/ nos estamos separando las tinieblas/ con el futuro a las espaldas” para concluir: “Nosotros en este continente,/ nos vamos a la luz/ irremediablemente” “Quien así no lo crea/ que sufra la demanda/ de esta Latinoamérica y sus pueblos”, junio del 80 y acaba con un epílogo profundamente esperanzado describiendo ese nacimiento. Y yo me lo creí, muchos lo creímos. Tanto que lo recité más de una vez, como cuando presentamos en Cosquín con Modesto López el excelente video sobre Hamlet que hizo Jorge Denti. Cómo no íbamos a creerlo si esta democracia crecía esperanzada y llegó un momento en que celebramos casi todos los países latinoamericanos unidos en una sola voz y en un mismo sueño, con presidentes parecidos a sus pueblos… Qué dirías hoy, hermano mío? Seguramente lloraríamos juntos como más de una vez lo hicimos...



1984.Los estafados. Cuentos con portada de Roberto González. Edit. La verde rama. Los cuentos son: La camisa. La cara. A la caída del sol. La muerte a plazos. Con una rosa en la boca y Los estafados. Me detuve en La muerte a plazos porque está dedicado al querido amigo poeta y actor que se fue muriendo de a poco y hasta su muerte verdadera fue confusa, no quedando de él, más que el recuerdo porque su obra fue desaparecida. Era el que decía que un fulano se había muerto de un palabrazo por la espalda. Y Hamlet dice que “Uno se va a la muerte de a pedazos” porque efectivamente nos vamos muriendo con cada amigo que se va, con cada golpe fuerte que nos va acabando... A la caída del sol es como una continuación de El carancho porque vuelve al dolor de Pedro que pierde el campito, el rancho y con su enorme cansancio a cuestas y una profunda tristeza tiene que ir tirando parte por parte ese que fue su nido, su casa, y debe irse al pueblo como se fueron casi todos los parientes, como desangrándose en ese ser a medias pueblerino, porque sigue siendo un hombre del campo. Tan trabajador como domador, alambrador, capaz de todas las tareas del campo, nunca pudo ahorrar un peso ni siquiera mantener lo poco que tenían, como tantos desheredados de nuestra patria y de todas las patrias de esta sufrida América mestiza. Todos los cuentos presentan a personajes fracasados, mentidos, desgraciados, realmente estafados, por propios errores, por malas elecciones o por un sistema de por sí perverso. En uno de los cuentos presenta a un personaje llamado Pirucho, a quien conocí, varios amigos lo conocimos, un mitómano a quien muchos le creyeron y realmente los estafó haciéndoles creer que iba a filmar una película y los engañó a todos, no sé si en dinero pero al menos con falsas ilusiones y reales mentiras, entre fallidos ensayos. Esto pone un poco de humor, en medio de tantos dolores.

1984.Situación personal. Poemas con portada de Manuel Oliveira. Ediciones Laberinto. Se presenta en el prólogo como el Juglar que quiere unir y representar a todos los semejantes que integran este país austral con tanta muerte y sacrificio pero al mismo tiempo con tanta creatividad e imaginería. Acá ya aparece el poeta que habla con la lengua de todos. Hay algunos poemas de la época del exilio y el conocido poema Cielo blanco: “No veo el cielo, madre, solo un pañuelo blanco/ No sé si aquella noche yo te estaba pensando/ o si un perfil de sombras me acunaba en sus brazos/ pero entré en otra historia con el cielo cambiado/……” No sé si aquella noche yo amanecí llorando/ o si alguna paloma se me murió de espanto/
Solo sé que la vida, que me esperaba tanto/ es el cielo que crece por tu pañuelo blanco”. Termina con el epílogo Epitafio: “Yace casi feliz y hecho un fantoche/ un Hamlet que habitó en Lima Quintana/ muere de mucho olvido por las noches/ resucita cantando en las mañanas”. Eso fue su vida siempre, a pesar de todos los pesares, apostaba a la vida y la esperanza, cada día nuevamente.

1989. El oficio común. Poemas con ilustraciones de Carlos Alonso. Ediciones De aquí a la vuelta. Dedicado a Lupe, una buena persona. Habla de la importancia de estar siempre alerta, vigilantes para “atrapar al ángel, el milagro que cotidianamente se presenta. Vivir es un oficio ejercitado en la tarea de atrapar milagros”. A veces se desperdicia la vida, se posterga, acumulando nada… Cree que la belleza es un ejercicio de voluntad contra la muerte…. Hay un poema a Lucho Gorbán, otro a Zitarrosa, a la Mary Aragón, la esposa de Eduardo, querida amiga de todos nosotros y me deleitó el poema Picaflores en el pino: “la luz llegó/ La casa está perdiendo el gris/ como si fuera de un país/ que se ha salvado del naufragio/ y guarda el cielo en su raíz… Y así mi amor/los picaflores en el pino/ van dibujando un corazón/ pintando en verde la razón…..” y es como si los viera felices a él y a Luisa en su patio de la casa de Juan B. Justo que tantas veces se inundó pero ahora disfrutan un momento de paz y felicidad y hay un poema a Enrique Llopis grabando una canción. Incluye cuatro poemas que llama perdidos, porque habían quedado sin publicarse: Raúl, el militante, Crónica del sembrado, Crónica de Agustín Tosco y Crónica de correos en que recuerda a Mario Chávez, actor y amigo, preso en Coronda por razones políticas.

1990. Osvaldo Pugliese. Biografía. Editorial De aquí a la vuelta. Dedicado a los tangueros, especialmente a los de Lavalle al 1500. Es la historia del admirado y querido maestro Don Osvaldo, su ejemplar trayectoria e incluye gran cantidad de fotos, y una síntesis de toda su obra autoral y discográfica, además de la lista de todos los integrantes de su orquesta. Tiene un final de enorme ternura como muchas de las anécdotas del libro: “Y Lidia y Osvaldo caminan, pausada y lentamente, como nimbados por un arcoiris de afectos populares, que son los arcoiris que tienen los mejores colores, mientras siguen subiendo los globos y suben y suben como formando un cielo, igual que los pañuelos blancos de las Madres, y un farol y un portón, igual que un tango y entonces las procesión en acorde de tango mayor arrastra multitudes… y vienen también Raúl González Tuñón, Leopoldo Marechal y Mario Jorge de Lellis, que son el humo más celeste y más valedero de la poesía de Buenos Aires y todos juegan en una ronda interminable, aunque nadie los vea y justo antes de llegar a la esquina de Canning, está el ángel, seguro que es un ángel quien a manera de saludo, levanta el ala izquierda y cierra el puño. Entonces todos doblamos por Canning pero Canning es de tierra y a lo lejos, viene caminando el Chicharra. Primavera 1989.

1991.Callvucurá y su elogio de la tribu. Poemas con ilustraciones de Rodolfo Campodónico. Torres Agüero Editor. En memoria del 11 de octubre de 1492, último día de libertad del hombre original de América. A Armando, tierra de Huarpes. En el poema De los presagios dice… “Es entonces cuando pregunto a los abuelos,/ a los abuelos de mis abuelos, qué pasó con la gloria,/ quién aceptó la agonía, este juego maldito/ Dónde están los días de la paz y de la fiesta?/ Adónde han ido, adonde, adónde, adónde?/ La anciana Machi me ha dicho, aunque no la comprendo,/ que el pasado es el que me da la fortaleza/ pero también me ha dicho que la conquista no termina/ a los trescientos años, tampoco a los quinientos/ y que habrá de continuar en otros brazos, en otras lenguas,/ en otras dimensiones porque este continente/ es una fuente inagotable y nosotros una fuerza/ que les señala el pecho cuestionando la historia/ Yo sé, lo siento, lo presiento, lo presagio,/ que para la gran tribu de mis tribus, las que vendrán aún/ solo queda el flagelo, los destierros, los desgarramientos….” No hay más que ver la realidad de nuestros pueblos originarios y los de toda de esta América mestiza.



1992. Breve historia de otro mundo con poemas en vuelo. Torres Agüero editor. Poemas con ilustraciones de Carlos Terribili. Dedicado a los grandes editores Ismael Colombo y Torres Agüero. Cuenta cómo los caballos dejaron de tener vigencia en la llanura porque cambió el mundo. Imagina caballos voladores que tropiezan con las nubes y viajando de horizonte en horizonte se van volando hacia el olvido. Homenajea al caballo tan amigo y servicial que se va a otro mundo. Este mundo está cada vez más desnivelado, apretando cada vez más a la gente, que se va a otra galaxia como el caballo, el jubilado como todos los jubilados del tercer mundo, como si cayeran en un agujero negro del espacio, el puchero que cada vez alcanza menos, los jóvenes que no tienen espacio, se pierde el homo ludens, los pingüinos y el mar empretrolados. Han ganado los comerciantes y los ignorantes, echados del pensamiento mágico y la sabiduría ancestral. Son vuelos fantasmagóricos que tienen mucho de la dolorosa realidad menemista que ya empieza a manifestarse. Termina el último vuelo en tango donde dice: “este mundo va quedando descartado/ como sombra de su sombra… jubilados, marginados de la vida,/ esperamos ir viajando/como plato volador/hacia el mundo que, tal vez definitivo,/ nos arrime la esperanza de vivir al fin en paz… Y aunque vuelvo desolado/ recupero la alegría/ al pintar toda de azul la soledad/ y volando para ir a otra galaxia/ yo renuncio al desarraigo/ y me quedo sin volar.”

1993. Declaración de bienes. Antología de poesía desde el 1954 a 1992. Editor Torres Agüero. En memoria de Miguel Angel Asturias, Alberto Hidalgo, Raúl González Tuñón, a Javier Villafañe y en memoria de mi padre poeta, el primero de mis maestros. En la contratapa y con una foto con Javier Villafañe hay unos versos de Javier recordando a su hermana que se perdió en la zamba de Lima Quintana, porque le gustaba mucho Zamba para no morir y se fue, enamorada de esa zamba.
1994. Los referentes (una historia de amistad). Torres Agüero. Dedicado a los amigos que vivieron con nosotros estos años de lucha. A Alicia, que impulsó la idea de este libro ( supongo que se refiere a la hija de Rómulo Lagos, el dueño de la Editorial Lagos). Composición fotográfica de tapas: Ernesto Monteavaro. No es ni biografía ni autobiografía sino una colección de recuerdos y vivencias con Armando Tejada Gómez y su profunda amistad, con datos ciertos, poemas intercalados de ambos y los diálogos que el poeta mantiene con su amigo que ya no está pero al que siente profundamente cerca.

1995. En el fondo del horizonte. Poemas con portada de Rodolfo Campodónico. Dedicado a la memoria de Ernesto Monteavaro, fotógrafo de la amistad. Es el libro que le presenté adonde en la contratapa transcribe el poema: “Alguna vez tuvimos un país/ cuando recuerdo, entre brumas/ me parece mentira/ Pero tuvimos un país,/ una limpia manera de respirar el aire,/ el viento solidario y las mañanas/ con luminosas ganas de vivirlas/ Cuando recuerdo, entre la noche,/ me parece mentira/ tal vez un cuento que me contó mi padre/ o el País de Alicia entre las Maravillas,/ Un país que se parecía mucho a la alegría/ como un viejo contento./ Pero para qué recordarlo/ si con lo que tenemos/ ya es suficiente para el sufrimiento”. Claro se está refiriendo al menemato, cuando la derecha se encaramó en esta patria y vendimos todas las joyas de la abuela y se afirmaba que la historia había terminado. El poema que inicia el libro me muestra el sentido trascendente de la vida que tiene Hamlet: En el fondo del horizonte… “hay una gran luminosidad en el fondo del horizonte/y con todo el miedo ancestral por lo desconocido/pero con toda parsimonia, mientras viajo por las rutas,/he tomado conciencia que hacia ella me encamino.” Antes dijo que en esa campana de silencio habitan todos los recuerdos viajando hacia la eternidad. Lo presentamos en una biblioteca socialista y participaron de la presentación Oscar Alem y Moncho Miérez.

1996. Libro de epopeyas. Poemas. Torres Agüero. En la dedicatoria a mí dice: Para Dorita, este alarido de nuestra llanura. Incluye: Milongueada por Pedro Coronel en Saladillo. La primera parte incluye: Milonga del sembrador, Milonga del malambo, milonga del guitarrero, milonga de los potros, milonga de las casuarinas , milonga del campo ajeno, milonga de la despedida, milonga orillera, milonga del árbol fiel, esta última escrita sobre melodía de Oscar Alem y milonga de la muerte. En realidad va describiendo la vida de Pedro, sus diversos trabajos, su actuación en los boliches hasta el momento en que pierde sus bienes y tiene que irse a vivir a las orillas adonde muere. Al presentarlo dice: “….No se lo puede considerar un personaje de excepción, Existen miles de Pedro Coronel en la llanura… son la mano de obra barata de la pampa verde. Demasiado barata.” Abuelos de la tierra: se refiere a la historia de quienes fueron los parientes de su madre. Una tatarabuela suya fue cautiva de un indio de la tribu de Colliqueo por el Azul. La regresaron a su familia pero ella decidió volverse con su hombre amado. De ella nació su bisabuela Andrea a la que conoció en la casa de su abuelo en Morón porque murió a los 108 años. “Qué raza era esa en el país de la conquista?/ Después lo supo: la flor de la mesticería,/ casi perfecta bajo el cielo claro,/ la contundencia de América latina/ o de América morena y América sufrida./ La raza combatida postergada/ la carne de cañón, la humillación del continente,/el amasijo con que se edificó el subdesarrollo/ una conquista interminable y cotidiana” y más adelante: “Pero estaban al margen y ellos no lo sabían,/ lo criollo de lo criollo, de profesión mestizos,/ eran sombras con destino marcado/ Lo tribal, lo mezclado, el pueblo castigado,/ toda América oscura presagiaba el hechizo/ de perderse en el viento y ellos no lo sabían”. La tercera parte es la Cantata a Jaime Francisco de Nevares. Texto de la cantata que tiene música de Reinaldo Labrín para solista, coro y orquesta. Incluye Las huelgas del Chocón. Los derechos humanos y Los mapuches. Trabajó sobre las homilías del obispo y con material facilitado por el Padre Antonio Mateos. Seguramente también conoció este trabajo el Padre Rubén Capitanio que escribió sobre Jaime de Nevares y que me envió su pésame al enterarse del fallecimiento de Hamlet. Para tener como una síntesis de la Cantata, leamos el Coro del final: “Aquí estamos los mapuches y criollos,/ bolivianos, chilenos, paraguayos,/ los del norte, morenos, provinciales,/ tus queridos humildes, tus hermanos/ Si la tierra te puso entre nosotros/ como aurora anunciando el nuevo día/ a ella te damos, inicial del viento,/ le devolvemos lo que fue prestado,/ llorando un corazón, un sentimiento/ y una lucha sin fin nos ha quedado./ Amuchimai, amuchimai peñí/ un hasta siempre que te dice hermano/ y te siente mapuche en el arcano”.

1997. El perfeccionista. Cuento largo con delirios. Portada de Rodolfo Campodónico, Torres Agüero. Está dedicado a Juan Falú y Naldo Labrín. Juan Falú es quien le contó la historia porque trabajó en ese sitio donde se desarrolla la acción. El protagonista (autor?) dialoga con Mario sobre un personaje mesiánico que habla de la perfección que debe aplicarse a la vida toda de la nación. En estos momentos de negacionismo es muy importante leer este cuento porque quedan bien claros y definidos los dos modelos de la vida: los que trabajan por la justicia y la verdad y los que se mueven por el odio aunque se crean perfeccionistas. Hay momentos conmovedores cuando dialogan el Maestro y el Batuta, un internado en la Colonia que tiene mucho de poeta creativo y muy sensible. Sufre por lo que le sucede a un niño allí internado, como un pajarito enfermo y débil, con ojitos de agua, al que van a visitar en un auto con vidrios polarizados y del que baja siempre el hombre, el perfeccionista, la madre queda en el auto. Son varias las visitas hasta la última en que se llevan al chiquito muerto, es decir su cuerpo, porque la criatura es un angelito en el cielo que ese día está dorado según el Batuta que dirige una orquesta de aire que según las circunstancias interpreta a Vivaldi, Oscar Alem, Salgán, Bach, para concluir con la Heroica de Beethoven cuando llevan al chiquito muerto. Hay momentos de gran emoción cuando se percibe la danza de campanitas que mueven las Madres para acusar al genocida que en más de una oportunidad aparece en el relato tratando de subversivo al poeta y a todos los que están cerca de él. Hay una conmovedora superposición de tiempos, espacios y temas, como algunos graciosos en que el protagonista habla con su perro Don Fernández y éste le da buenos consejos.

1998. La breve palabra. Poemas. Ediciones del Valle. Dedicado a Rodolfo y Ana Campodónico y a Marta Tedeschi. Es de tamaño más pequeño y contiene 139 poemas breves, muy breves que reflejan la capacidad del autor para decir tanto en tan poco espacio. Este es otro de los libros que yo presenté, en este caso en el Centro Chau Bloqueo con la presencia de Omar Moreno Palacios y me parece escuchar a sus hijas casi niñas cantando muy bien al Che y otras canciones con contenido. Yo había regresado recién del Seminario de Formación Teológica de Jujuy y al leerme algunos de los poemas Hamlet, le dije que tenían una gran coincidencia con motivos vistos desde mi concepción evangélica de la vida y por eso quiso que hiciera esa presentación tratando de dar un mensaje de esperanza a nuestro pueblo que estaba sufriendo las consecuencias del menemismo y tan desesperanzado. Algún poema dice: “La palabra no debe ser extensa/ si no está bien pronunciada/ lo mismo que la vida/ si no está bien vivida” “Para comprender qué es la nada/basta con imaginar, como un delirio/que no existe el amor” “Pedir limosna o dar/ son las dos caras de una misma miseria” También es muy bueno su Elogio del silencio que está en otros libros, en estos tiempos de tanto palabrerío inútil.



1999. Las memorias y Diario del regreso. Ediciones del Valle, Dedicada a Elbio Romero, Oscar Alem, Oscar Cardozo Ocampo, Jairo y Dora Giannoni. Dice el poeta: “La memoria es un pájaro de fuego/ que ejerce un oficio luminoso/ es la clara pasión de contramuerte”. En Memorias está el poema dedicado a la partida de Armando: Más solo que otras veces, el poema a la muerte de su gatito de 20 años, un homenaje a Miguel Angel Asturias al que llama Tótem de América, a Hemimgway a los ojos de su padre, la ternura de Silvia, la memoria de Hebe, de su madre, de la Machi de sus ancestros. Y Diario del regreso es el texto completo del regreso del Che desde Vallegrande, Bolivia hasta Santa Clara, Cuba. La obra se inicia en el momento en que los antropólogos argentinos, bolivianos y cubanos, abren la tierra del lugar y descubren los restos después de 30 años de sombra y misterio. El campesinado cubano dice que el Che no ha muerto y que se sumará a la lucha a su regreso, como creen los habitantes de un pueblo originario cuyo cacique ha muerto pero ellos saben que está vivo y volverá a conducirlos. Tiene música y arreglos de Oscar Cardozo Ocampo.

2000. Las otras casuarinas. Poemas con ilustraciones Fotográficas de German, Felipe, Juan Martín y Juan Cruz Lima. Ediciones del Valle. Dedicado a Hemilce, Susana Ester Soba y Moncho Miérez. Es el regreso a lo que fue la patria feliz de su infancia y ya quedan pocas casuarinas y muy deterioradas por el paso del tiempo, los problemas de la ecología y la ausencia de los habitantes que se han ido muriendo. “Allí llegué como un temblor antiguo/ pisé sus pastos que guardaban celosos/ memorias de mis primeros pasos/ y mis primeros vuelos sostenidos/por los caballos del galope corto” como aquel Busca Vida que tanto quiso. Cree que cantan los pájaros del atardecer… “parecen pájaros, aunque yo sé, estoy seguro,/ que los que están en el canto/ son mis queridos fantasmas jubilosos/ que me saludan desde las otras casuarinas/ aquellas que todavía se levantan/ en el dulce secreto de la infancia” Le extraña la ausencia de pájaros, como me extraña cada día más a mí… sabe que hay otro horizonte, “ese que está formado por memoria/ puntos suspensivos de la vida….” Duelen la tapera, los químicos, lo que ha quedado… hay pocos sapos, se acuerda del carancho, “mal bicho”. Y de pronto: “Sentí a los postergados, marginados/ sin trabajo, desnutridos, todos aquellos/ que se habían quedado sin las otras casuarinas/ y estaban sin las utopías, sin esperanzas/ como si fueran objetos descartables./ Ya voy. Grité hacia el viento, hacia la vida/ hacia otras dimensiones/ y me vestí con las raíces culturales/ de todos los ancestros y regresé a la lucha/ para tratar de salvar la palabra que nos queda.”

2003. Angeles de la tierra. Ediciones del Valle. Edición póstuma realizada por sus hijos con cubierta e ilustraciones de Rodolfo Campodónico. Dedicado a todos los recuerdos más algunos olvidos. Varios de estos poemas los conocía Este libro estuvo terminado exactamente un año antes de su fallecimiento. Hay uno dedicado a la querida y admirada Fany Edelman, hay otro dedicado a la herrería de los Balderramo donde se conserva la memoria de Armando y Hamlet, en Córdoba, un recuerdo a su maestra de tercer grado María Ester Oliva. Un poema me llega particularmente. Esto no sucedía: “El recalentamiento de la tierra/ es el enojo de la madre/ por el maltrato y el olvido que le damos./ Esto no sucedía en tiempos de la gloria/ cuando los antiguos habitantes/ veneraban y hacían ofrendas a la Pacha Mama/ mientras decían que todos pertenecían a la tierra… No señor, esto no sucedía./ La tierra no tenía estos enojos del recalentamiento/ No señor, esto no sucedía porque entonces/ la tierra no era propiedad de las multinacionales”
En varias de las visitas que después le hice, luego de que le descubrieron la enfermedad,mientras podía hablar, conversamos de los cacerolazos y los piquetes cuando se gritaba que se vayan todos y que piquete y cacerola, la lucha es una sola. Afortunadamente pasó sus últimos días en su casa adonde lo visitaban amigos, familiares, perro y gatos. El, el dueño de las palabras, iba perdiendo la capacidad de hablar…Cuando fue empeorando, Luisa me pidió que le avisara al Padre Antonio Puijané que fue enseguida y justamente a él lo nombró con su nombre completo. Se conocían porque muchas veces Hamlet lo había visitado en la cárcel, a veces con Rodolfo Campodónico, donde Antonio estaba injustamente preso por pura solidaridad con los demás compañeros. Si de ángeles hablamos, acá tenemos dos claros ejemplos… de ángeles de la tierra…

Hasta acá una crónica más o menos completa de su obra escrita pero no podemos dejar de mencionar al Hamlet autor de tantos poemas musicalizados como la famosa Zamba para no morir, que era la preferida del Che y por eso, comentaban que se enterraba con ella a los muertos en las luchas por la liberación. Autor de más de 400 canciones con la colaboración de destacados compositores, sus míticas La amanecida y Zamba para no morir (1965)marcaron una postura distinta frente al folklorismo costumbrista y conservador, por lo que integró el Movimiento del Nuevo Cancionero nacido en Mendoza, al que adhirió plenamente con otras páginas memorables como Pampampa, Homenaje a la tierra, Triunfo de las salinas grandes, La cuatreriada, Cielo blanco, Los pueblos de gesto antiguo, Juanito Laguna remonta un barrilete, Antigua muchacha, con música de Oscar Alem, que obtuvo el primer premio del Jurado técnico en Cosquín en 1976, uniendo la belleza literaria con el compromiso, interpretada por Jorge Rojas que defendía también un tema de Armando: Como pañuelo de zamba. Muchas de estas canciones figuran en su Cancionero de 1986. Las compartió con músicos como Arnedo Gallo, Alfredo Rosales, Norberto Ambrós, Iván Cosentino, Remo Pignoni, Oscar Alem, Horacio Salgán, Carlos Guastavino, Enrique Llopis, Emilio de la Peña, Eladia Blázquez, Eduardo Aragón, Ángel Ritro, Carlos Bergesio, Oscar Cardozo Ocampo, Moncho Miérez, Chacho Echenique , Tacún Lazarte, Jorge Rojas, Miguel Angel Toledo, Julio Lacarra, Néstor Basurto,entre otros.



Hay varias de autoría propia en música y letra como Zamba madura, Corazón, La del lucero que les conté antes y solo una con letra de Armando y música suya: Zamba de Chilecito.

La Pampa verde con música de Oscar Alem, grabada por el Coro de Cámara de Olavarría, el Grupo Añoranzas e instrumentistas, declarada de interés provincial por el Senado de la Pcia. de Buenos Aires (y hace unos años grabada por ByM con la participación de Julio Lacarra, Mónica Abraham y otros) y la cantata Jaime Francisco de Nevares con música de Reinaldo Labrín para orquesta, coro y solistas, estrenada en Neuquén, a un año de su fallecimiento.

La cantata Che, Diario del regreso, con música de Oscar Cardozo Ocampo y entonada por Jairo fue estrenada el 14 de junio de 2000 en Santa Clara (Cuba), en el Memorial que guarda los restos de Ernesto Guevara. El sueño de la Zamba para no morir se hacía realidad.

Integró la formación de Los Musiqueros, cuarteto vocal integrado junto a Mario Arnedo Gallo, Antonio Rodríguez Villar, Chango Farías Gómez. De esta formación perduró el dúo con Mario Arnedo Gallo. En 1955 formaron un trío con la inclusión de Raúl Cerruti.

Después cantó como solista y luego integró Los Mandingas con Eduardo Negrín Andrade y Osvaldo Andino Álvarez. Llegó a grabar un larga duración como solista en la Editorial Discográfica Universidad del Litoral.

En los espectáculos integrales actuó por todo el país y en España junto a Los Indianos, Cantoral, Héctor Tealdi, Hilmar Callejas, Luis Ordóñez, Moncho Miérez, Eduardo Aragón, Contracanto, Emilio de la Peña, Oscar Alem, Enrique Llopis, Luis Corniero, Delfor Sombra, Jorge Rojas, Chacho Echenique y por supuesto varias veces con Armando.

Grabó discos de poemas y cuentos como El árbol de la vida, La palabra, Sinfonía de la llanura, Los poetas que cantan en Cosquín, Yo también canto mis canciones, entre otros.

En 1976 fue integrante de la Comisión Directiva de la SADE y como tal protestó en defensa de los escritores desaparecidos, enfrentándose a otros integrantes de la misma comisión.

Obtuvo distinciones: primer premio anual de Poesía de la Municipalidad de Morón. Faja de Honor de la SADE en 1961. Gran premio SADAIC 1995 en el rubro folklore y en 2000, distinción especial en reconocimiento a su trayectoria, de la misma entidad. También el premio de las Madres de Plaza de Mayo por su coherencia y compromiso. En 2001 recibió la plaqueta homenaje del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y un masivo homenaje en la sede del Comité Central del Partido Comunista adonde asistieron muchísimos amigos, artistas, compañeros y admiradores (en ambos estuve presente y fueron dos conmovedoras actividades).
Participó en recitales y actuaciones en todo el país, en teatros, clubes, radios, televisión, plazas, centros culturales. De muchas de esas actuaciones tengo grabaciones que les pasé a sus hijos. En una de esas oportunidades se inauguró con su nombre una Biblioteca en un Instituto de Psicología Social.

Fue declarado visitante ilustre en Puerto Madryn, Río Cuarto, ciudad de La Rioja, ciudad de Córdoba. Esta provincia y la UTN declararon su obra de interés cultural.
En el exterior dio recitales en Uruguay, Perú, México, Cuba y España adonde viajó tras la prohibición y las repetidas amenazas de la dictadura militar. No obstante decidió regresar al país, porque quería ser protagonista de la historia Viajó por 13 estados mexicanos con recitales (se puede apreciar en el video de Denti) y participó como expositor con el trabajo “Acerca de las penetraciones culturales” en el Primer Encuentro Internacional de Escritores. En Monterrey, Nuevo León, México (mayo de 1996) Sincretismo: Quetzalcóatl vs. Internet.

Militante del Partido Comunista, al que permaneció fiel toda la vida, tuvo una intensa vida política y comprometida con los DDHH y las luchas populares. Una de sus últimas presentaciones fue en el Festival por la Consulta Popular realizado en el Luna Park en 2001.

Hamlet será como dije uno de los mejores amigos que me regaló la vida. Con él compartíamos lectura, música, poesía, amistades, largas conversaciones, chistes, compromisos, lucha, vida. Hasta coincidíamos por ejemplo en decir que la mejor canción en homenaje al Che es la que hizo el querido Jorge Marziali: El niño de la estrella o la poesía de Dardo Dorronzoro, a quien me lo hizo conocer él, cuando me regaló un libro suyo.

La poesía de Hamlet tiene la claridad del aire, la profundidad de su raigambre, la inmensidad de su llanura. Es contundente, sentenciosa como los dichos de los viejos sabios y la gente de campo.

Para mí es una literatura que puede trabajarse transversalmente en las escuelas, y muy particularmente sus Cuentos Para no morir y las obras Los juegos y La edad del asombro.

Yo no tengo más que recomendarla a todos para que la gocen y disfruten como yo. Tal como les decía al principio, Hamlet está absolutamente vivo y merece todo nuestro respeto y consideración como poeta y artista completo, comprometido con su pueblo, en especial con los más pobres, con los pueblos originarios, con la juventud y con la lucha a la que convocaba cada día porque siempre se levantaba con esperanza a pesar de todos los dolores.

Si tuviera que elegir un poema me costaría mucho porque admiro toda su obra. Tal vez me quedaría como síntesis: “La verdad nos hará libres/ y fue mi razón primera/ no sé si fue una quimera/ pero digo, con razón/ que puse mi corazón/ en la lucha verdadera.” Gente, la Teoría de los buenos deseos, la Elegía a su madre o aquellos repetidos. “ Pobrecita mi tierra, tan cuatrereada/ la Cruz del sur te nombre la Iluminada”.

Gracias por todo y por tanto, Hamlet.


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