Miradas sobre el río
Mónica Carinchi
¿Se perderá la oportunidad de recuperar la franja ribereña de la ciudad de Buenos Aires?


Cuando a principios de octubre, la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la privatización de la costanera y la realización de un emprendimiento inmobiliario de lujo, seguramente no previeron la reacción de la ciudadanía. Organizados en la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, presentaron un proyecto de ley alternativo para transformar la costanera en un gran parque público, además de pedir la derogación de cada una de las leyes y normativa que autorizan su privatización.

En la década del 90, el gobierno neoliberal de carlitos menem concesionó la Costanera Norte, privando de este espacio recreativo a los ciudadanos porteños, que aguardaban el fin de la concesión, en 2021, para volver a gozar de la costa del Río de la Plata.

Sin embargo, la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (con mayoría del Pro y aliados) aprobó la privatización definitiva de esta valiosa tierra pública, poniendo en venta Costa Salguero y Punta Carrasco, para realizar un emprendimiento inmobiliario de lujo.

Desde hace años, la ciudad de Buenos Aires, gobernada por un partido de derecha, viene perdiendo espacios públicos. Se estima que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ha vendido, concesionado o regalado más de 400 hectáreas para negociados inmobiliarios. Mientras, los 3 millones de porteños padecen el exceso de cemento, ruidos, contaminación, falta de espacios verdes y una larga lista de injusticias socio-ambientales.

La Constitución porteña, en su art.8, establece: “los espacios que forman parte del entorno ribereño de la ciudad son públicos y de libre acceso y circulación”; en su art. 27: “protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras”. El Plan Urbano Ambiental, en su art. 9 prevé “destinar a uso público los predios de dominio estatal que se desafecten en las riberas”. El Código Urbanístico promueve el uso recreativo de las riberas. En síntesis, el intento de venta de la Costanera Norte -una franja de tierra imprescindible para mitigar inundaciones y el aumento constante del calor- viola la propia Constitución de la Ciudad, así como la normativa urbano-ambiental vigente.
Frente a tanto atropello, la ciudadanía reaccionó rápidamente. Reunidos en la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, decenas de agrupaciones ambientalistas y ciudadanxs comprometidxs salieron a interpelar este arrebato de tierras públicas, promovido por el larretismo. Además de acciones virtuales y callejeras, interpusieron un recurso de apelación y la justicia concedió la medida cautelar. Ahora, la legislatura deberá atenerse a las reglas imperantes: doble lectura del proyecto de venta y Audiencia Pública, como lo establece la Constitución de la Ciudad. El Dr. Jonatan Baldiviezo, presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, destacó que “las expectativas de la participación ciudadana son muy elevadas. Hay más de 7 mil personas inscriptas. Va a ser la Audiencia Pública más numerosa de la historia de la ciudad de Buenos Aires”. Informó, además, que no sólo se venden Costa Salguero y Punta Carrasco, sino que “también se están concesionando a 10 años, otros sectores de la costanera norte”.

Muchos son los argumentos legales que respaldan las demandas de las organizaciones ciudadanas. A esto se deben sumar consideraciones de origen natural: el aumento de las inundaciones y de las olas de calor.
La irracionalidad de entubar cursos de agua, la cementación de espacios verdes, la mutilación de la arboleda histórica, la construcción desenfrenada de edificios, todo se opone a la agenda climática que reclaman los y las ciudadanas.



La construcción de barrios de lujo sobre la franja ribereña añade una nueva fragmentación social a la Reina del Plata: los ricos podrán disfrutar del río; el resto de la población lo tendrá vedado. En este sentido, el Dr. Baldiviezo señaló que estas tierras “deberían ser parte de una política de recuperación de una mirada al río, de la recuperación de la cultura ribereña, de la recuperación del derecho al horizonte”. Y justamente, en esa búsqueda de recuperación, la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, presentó “un proyecto de ley alternativo que operativice el mandato constitucional, es decir que la costanera se transforme en un gran parque público, al que se ha bautizado Nuestro Río. Con este proyecto de ley se pretende frenar la privatización de un bien común, de los más esenciales, perteneciente a la identidad porteña”.

A este proyecto elitista se le debe agregar algo que normalmente no se ve: las toneladas de descargas cloacales en el Río de la Plata. Para el emprendimiento de lujo que se pretende hacer sobre Costa Salguero (y aparentemente otros planeados en zona norte, como el que acaba de aprobar el concejo deliberante de San Fernando) se está planeando -desde hace unos años- el Colector Baja Costanera, que recogería las descargas de aguas servidas desde San Fernando a Puerto Madero, pasando por Costa Salguero. La inversión millonaria que esta obra exige, saldría de un crédito internacional que, por supuesto, pagarán todxs lxs argentinxs. En tanto, miles de porteños y porteñas no tienen cloacas ni agua de red, sin olvidar a los millones del conurbano que chapotean en barros inmundos y cuyos hijos mueren de enfermedades de pobres.

El 27 de noviembre empezó la Audiencia Pública, convocada por la legislatura de Buenos Aires, donde la ciudadanía rechazará la venta de Costa Salguero. Luego, los legisladores deberán votar nuevamente. ¿Con qué cara se acostarán después de escuchar la voz de los y las ciudadanas?

Cuando a principios de octubre, la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la privatización de la costanera y la realización de un emprendimiento inmobiliario de lujo, seguramente no previeron la reacción de la ciudadanía. Organizados en la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, presentaron un proyecto de ley alternativo para transformar la costanera en un gran parque público, además de pedir la derogación de cada una de las leyes y normativa que autorizan su privatización.

En la década del 90, el gobierno neoliberal de carlitos menem concesionó la Costanera Norte, privando de este espacio recreativo a los ciudadanos porteños, que aguardaban el fin de la concesión, en 2021, para volver a gozar de la costa del Río de la Plata.

Sin embargo, la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (con mayoría del Pro y aliados) aprobó la privatización definitiva de esta valiosa tierra pública, poniendo en venta Costa Salguero y Punta Carrasco, para realizar un emprendimiento inmobiliario de lujo.

Desde hace años, la ciudad de Buenos Aires, gobernada por un partido de derecha, viene perdiendo espacios públicos. Se estima que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ha vendido, concesionado o regalado más de 400 hectáreas para negociados inmobiliarios. Mientras, los 3 millones de porteños padecen el exceso de cemento, ruidos, contaminación, falta de espacios verdes y una larga lista de injusticias socio-ambientales.

La Constitución porteña, en su art.8, establece: “los espacios que forman parte del entorno ribereño de la ciudad son públicos y de libre acceso y circulación”; en su art. 27: “protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras”. El Plan Urbano Ambiental, en su art. 9 prevé “destinar a uso público los predios de dominio estatal que se desafecten en las riberas”. El Código Urbanístico promueve el uso recreativo de las riberas. En síntesis, el intento de venta de la Costanera Norte -una franja de tierra imprescindible para mitigar inundaciones y el aumento constante del calor- viola la propia Constitución de la Ciudad, así como la normativa urbano-ambiental vigente.
Frente a tanto atropello, la ciudadanía reaccionó rápidamente. Reunidos en la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, decenas de agrupaciones ambientalistas y ciudadanxs comprometidxs salieron a interpelar este arrebato de tierras públicas, promovido por el larretismo. Además de acciones virtuales y callejeras, interpusieron un recurso de apelación y la justicia concedió la medida cautelar. Ahora, la legislatura deberá atenerse a las reglas imperantes: doble lectura del proyecto de venta y Audiencia Pública, como lo establece la Constitución de la Ciudad. El Dr. Jonatan Baldiviezo, presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, destacó que “las expectativas de la participación ciudadana son muy elevadas. Hay más de 7 mil personas inscriptas. Va a ser la Audiencia Pública más numerosa de la historia de la ciudad de Buenos Aires”. Informó, además, que no sólo se venden Costa Salguero y Punta Carrasco, sino que “también se están concesionando a 10 años, otros sectores de la costanera norte”.

Muchos son los argumentos legales que respaldan las demandas de las organizaciones ciudadanas. A esto se deben sumar consideraciones de origen natural: el aumento de las inundaciones y de las olas de calor.
La irracionalidad de entubar cursos de agua, la cementación de espacios verdes, la mutilación de la arboleda histórica, la construcción desenfrenada de edificios, todo se opone a la agenda climática que reclaman los y las ciudadanas.



La construcción de barrios de lujo sobre la franja ribereña añade una nueva fragmentación social a la Reina del Plata: los ricos podrán disfrutar del río; el resto de la población lo tendrá vedado. En este sentido, el Dr. Baldiviezo señaló que estas tierras “deberían ser parte de una política de recuperación de una mirada al río, de la recuperación de la cultura ribereña, de la recuperación del derecho al horizonte”. Y justamente, en esa búsqueda de recuperación, la Coordinadora La Ciudad Somos Quienes la Habitamos, presentó “un proyecto de ley alternativo que operativice el mandato constitucional, es decir que la costanera se transforme en un gran parque público, al que se ha bautizado Nuestro Río. Con este proyecto de ley se pretende frenar la privatización de un bien común, de los más esenciales, perteneciente a la identidad porteña”.

A este proyecto elitista se le debe agregar algo que normalmente no se ve: las toneladas de descargas cloacales en el Río de la Plata. Para el emprendimiento de lujo que se pretende hacer sobre Costa Salguero (y aparentemente otros planeados en zona norte, como el que acaba de aprobar el concejo deliberante de San Fernando) se está planeando -desde hace unos años- el Colector Baja Costanera, que recogería las descargas de aguas servidas desde San Fernando a Puerto Madero, pasando por Costa Salguero. La inversión millonaria que esta obra exige, saldría de un crédito internacional que, por supuesto, pagarán todxs lxs argentinxs. En tanto, miles de porteños y porteñas no tienen cloacas ni agua de red, sin olvidar a los millones del conurbano que chapotean en barros inmundos y cuyos hijos mueren de enfermedades de pobres.

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