El gobierno deberá gestionar la escasez de gas
Mónica Carinchi
Aunque Argentina está bien posicionada en la producción de gas, a partir de la explotación de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén), en invierno se importa porque el consumo domiciliario se multiplica por tres.



Aumento de precios internacionales, crisis hídrica, falta de un gasoducto e incumplimiento de contratos por parte de Bolivia provocan una situación de tensión en relación al abastecimiento y costos del gas en el invierno que se avecina.

A las puertas del invierno, variables geopolíticas vinieron a complicar aún más la economía interna de nuestro país. En este caso, la estocada viene por el lado del precio internacional del gas natural licuado (GNL).

El GNL es importante para nuestro país porque “tenemos una matriz energética ampliamente dominada por el gas, tanto en el nivel de generación primaria de energía, como de generación eléctrica”, explicó Juan José Carbajales, ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación y actual director del Programa de Actualización en Hidrocarburos, Energía y Ambiente, en la Facultad de Derecho, UBA.

Aunque Argentina está bien posicionada en la producción de gas, a partir de la explotación de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén), en invierno se importa porque el consumo domiciliario se multiplica por tres. Si durante la administración de Mauricio Macri se hubiera construido el gasoducto que debe unir Vaca Muerta con Santa Fe, tendríamos menos dificultades, pero la obra no se hizo y ahora estamos expuestos a una situación complicada.

En relación a la gestión del anterior presidente, Carbajales sostuvo: “En los dos primeros años de su gobierno, Mauricio Macri tuvo todo a su favor: el contexto internacional, recibió un país desendeudado, le votaban las leyes en el Congreso, tenía la población a favor, los medios a favor. Tenía todo para hacer y qué hicieron, en energía, los tarifazos y como querían a Cristina Kirchner presa, dedicaron esfuerzos para encontrar un papelito comprometedor. Y después empezaron con sus amigos a hacer consultorías internacionales. Cuando se pusieron a lanzar las licitaciones, les explotó la macroeconomía, fueron al FMI, se vino la devaluación y ahí se complicó todo. No hicieron la ampliación de las autopistas, ni los puertos, ni nada de lo que querían hacer con los PPP, todo fracasó. El gasoducto tampoco lo hicieron, es decir que en 4 años no ampliaron en nada la capacidad de transporte, ni automotor, ni eléctrico, ni de gas, nada de infraestructura y recibieron un fangote de plata. Primero tuvieron una gran posibilidad y después tuvieron el préstamo del FMI y no hicieron nada”.


Momento crítico
Europa depende en gran medida del gas ruso y temiendo que los precios sigan aumentando o que las sanciones del gendarme yanqui se efectivicen, está acumulando stock.

A fines del año pasado, Argentina no negoció buques de gas porque, dados los conflictos comerciales USA-China, había aumentado mucho, entonces “como somos contra estacionales respecto a Europa, nosotros compramos cuando ellos ya no compran, ahí baja el precio. Pero después estalló la guerra y Europa salió a comprar en un momento en que normalmente no lo hace”.

Al lejano enfrentamiento Rusia-Ucrania se le debe agregar la disminución en la entrega de gas de Bolivia (prefiere vender a Brasil a precios internacionales) y una crisis hídrica histórica, todo junto complica la disponibilidad de gas en el país.

La compra del gas se hace cash y esto afecta las cuentas fiscales, puede ser, entonces, que el gobierno decida no comprar todos los buques necesarios. “Si no están los dólares y el gobierno decide comprar menos, hay que ver cuáles serán los usuarios afectados. Desde ya, los usuarios domiciliarios no se verán afectados porque esta demanda está calificada como prioritaria. Hay que ver qué pasa con los otros dos usuarios finales: a la generación eléctrica (hay centrales térmicas que generan energía eléctrica con gas) le pueden decir que se pase a los líquidos (gas oil, fuel oil) que hoy salen un poco más baratos que el GNL, pero hay centrales que no pueden pasar a gas oil. El tercer usuario final son los que usan GNC (pocos, pero con poder de loby) y el sector industrial. La gran tensión es cómo se va a administrar la escasez en el parque industrial de todo el país”. Hay que recordar que en este momento la industria está a un 10% arriba de los niveles prepandémicos.

El aumento del gas a nivel internacional no estaba en las previsiones ni del presupuesto nacional ni en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Pero no todo son malas noticias: La empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA) ya convocó a licitación para comprar los tubos para el gasoducto que unirá Vaca Muerta con San Jerónimo (departamento santafecino entre Rosario y Santa Fe). “Ahora la Secretaría de Energía sale con un mecanismo de obra pública, típico de nuestro país y que ya funcionó, que nos permitirá salir de este cuello de botella en que nos encontramos y además no sólo reducir importaciones, sino también ganar mercados regionales”. El Estado financiará la construcción (con el aporte extraordinario de las grandes fortunas) e YPF tendrá la prioridad para usarlo.

Este es un momento crítico: se están reviendo las agendas de descarbonización porque “el mundo globalizado se da cuenta de que la primera demanda de las poblaciones es el acceso a la energía a precios razonables. En Europa empiezan a quitar impuestos a los combustibles y al gas porque la población no puede asumir estos incrementos tan repentinos”. Para redondear este tema tan sensible, Carbajales expresó: “Creo que vamos a encontrarnos con dos posturas: los que dicen que no se puede depender de los fósiles, por lo tanto, hay que apurar la transición y quienes dicen que la transición debe ir a otro ritmo”.

En relación a nuestro país, el abastecimiento de gas, en especial no convencional, podría ampliarse si la exploración off shore frente a las costas bonaerenses arrojara un resultado positivo. En este sentido, Juan José Carbajales señaló que “la exploración no es en territorio bonaerense, sino más allá de las 12 millas, es decir en jurisdicción federal, por eso la autorización la emitió la Nación. Además, están tomados los recaudos para que esta exploración sísmica no produzca afectación al ambiente”. Asimismo, en el mes atravesado por la conmemoración de los 40 años de Malvinas, el entrevistado subrayó: “Para reforzar el reclamo sobre Malvinas, es necesario explotar los recursos de la plataforma continental argentina”.

Es indudable que la energía es imprescindible para los aspectos aún más elementales de nuestras vidas y que todo gobierno debe trabajar por la seguridad y soberanía energéticas, pero seguir apostando a un tipo de energía que afecta negativamente las condiciones de vida en el planeta, es una política pública que se debe rever.


Aumento de precios internacionales, crisis hídrica, falta de un gasoducto e incumplimiento de contratos por parte de Bolivia provocan una situación de tensión en relación al abastecimiento y costos del gas en el invierno que se avecina.

A las puertas del invierno, variables geopolíticas vinieron a complicar aún más la economía interna de nuestro país. En este caso, la estocada viene por el lado del precio internacional del gas natural licuado (GNL).

El GNL es importante para nuestro país porque “tenemos una matriz energética ampliamente dominada por el gas, tanto en el nivel de generación primaria de energía, como de generación eléctrica”, explicó Juan José Carbajales, ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación y actual director del Programa de Actualización en Hidrocarburos, Energía y Ambiente, en la Facultad de Derecho, UBA.

Aunque Argentina está bien posicionada en la producción de gas, a partir de la explotación de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén), en invierno se importa porque el consumo domiciliario se multiplica por tres. Si durante la administración de Mauricio Macri se hubiera construido el gasoducto que debe unir Vaca Muerta con Santa Fe, tendríamos menos dificultades, pero la obra no se hizo y ahora estamos expuestos a una situación complicada.

En relación a la gestión del anterior presidente, Carbajales sostuvo: “En los dos primeros años de su gobierno, Mauricio Macri tuvo todo a su favor: el contexto internacional, recibió un país desendeudado, le votaban las leyes en el Congreso, tenía la población a favor, los medios a favor. Tenía todo para hacer y qué hicieron, en energía, los tarifazos y como querían a Cristina Kirchner presa, dedicaron esfuerzos para encontrar un papelito comprometedor. Y después empezaron con sus amigos a hacer consultorías internacionales. Cuando se pusieron a lanzar las licitaciones, les explotó la macroeconomía, fueron al FMI, se vino la devaluación y ahí se complicó todo. No hicieron la ampliación de las autopistas, ni los puertos, ni nada de lo que querían hacer con los PPP, todo fracasó. El gasoducto tampoco lo hicieron, es decir que en 4 años no ampliaron en nada la capacidad de transporte, ni automotor, ni eléctrico, ni de gas, nada de infraestructura y recibieron un fangote de plata. Primero tuvieron una gran posibilidad y después tuvieron el préstamo del FMI y no hicieron nada”.


Momento crítico
Europa depende en gran medida del gas ruso y temiendo que los precios sigan aumentando o que las sanciones del gendarme yanqui se efectivicen, está acumulando stock.

A fines del año pasado, Argentina no negoció buques de gas porque, dados los conflictos comerciales USA-China, había aumentado mucho, entonces “como somos contra estacionales respecto a Europa, nosotros compramos cuando ellos ya no compran, ahí baja el precio. Pero después estalló la guerra y Europa salió a comprar en un momento en que normalmente no lo hace”.

Al lejano enfrentamiento Rusia-Ucrania se le debe agregar la disminución en la entrega de gas de Bolivia (prefiere vender a Brasil a precios internacionales) y una crisis hídrica histórica, todo junto complica la disponibilidad de gas en el país.

La compra del gas se hace cash y esto afecta las cuentas fiscales, puede ser, entonces, que el gobierno decida no comprar todos los buques necesarios. “Si no están los dólares y el gobierno decide comprar menos, hay que ver cuáles serán los usuarios afectados. Desde ya, los usuarios domiciliarios no se verán afectados porque esta demanda está calificada como prioritaria. Hay que ver qué pasa con los otros dos usuarios finales: a la generación eléctrica (hay centrales térmicas que generan energía eléctrica con gas) le pueden decir que se pase a los líquidos (gas oil, fuel oil) que hoy salen un poco más baratos que el GNL, pero hay centrales que no pueden pasar a gas oil. El tercer usuario final son los que usan GNC (pocos, pero con poder de loby) y el sector industrial. La gran tensión es cómo se va a administrar la escasez en el parque industrial de todo el país”. Hay que recordar que en este momento la industria está a un 10% arriba de los niveles prepandémicos.

El aumento del gas a nivel internacional no estaba en las previsiones ni del presupuesto nacional ni en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Pero no todo son malas noticias: La empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA) ya convocó a licitación para comprar los tubos para el gasoducto que unirá Vaca Muerta con San Jerónimo (departamento santafecino entre Rosario y Santa Fe). “Ahora la Secretaría de Energía sale con un mecanismo de obra pública, típico de nuestro país y que ya funcionó, que nos permitirá salir de este cuello de botella en que nos encontramos y además no sólo reducir importaciones, sino también ganar mercados regionales”. El Estado financiará la construcción (con el aporte extraordinario de las grandes fortunas) e YPF tendrá la prioridad para usarlo.

Este es un momento crítico: se están reviendo las agendas de descarbonización porque “el mundo globalizado se da cuenta de que la primera demanda de las poblaciones es el acceso a la energía a precios razonables. En Europa empiezan a quitar impuestos a los combustibles y al gas porque la población no puede asumir estos incrementos tan repentinos”. Para redondear este tema tan sensible, Carbajales expresó: “Creo que vamos a encontrarnos con dos posturas: los que dicen que no se puede depender de los fósiles, por lo tanto, hay que apurar la transición y quienes dicen que la transición debe ir a otro ritmo”.

En relación a nuestro país, el abastecimiento de gas, en especial no convencional, podría ampliarse si la exploración off shore frente a las costas bonaerenses arrojara un resultado positivo. En este sentido, Juan José Carbajales señaló que “la exploración no es en territorio bonaerense, sino más allá de las 12 millas, es decir en jurisdicción federal, por eso la autorización la emitió la Nación. Además, están tomados los recaudos para que esta exploración sísmica no produzca afectación al ambiente”. Asimismo, en el mes atravesado por la conmemoración de los 40 años de Malvinas, el entrevistado subrayó: “Para reforzar el reclamo sobre Malvinas, es necesario explotar los recursos de la plataforma continental argentina”.

Es indudable que la energía es imprescindible para los aspectos aún más elementales de nuestras vidas y que todo gobierno debe trabajar por la seguridad y soberanía energéticas, pero seguir apostando a un tipo de energía que afecta negativamente las condiciones de vida en el planeta, es una política pública que se debe rever.


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