Contribución de la Marina de Guerra Revolucionaria a la Victoria de Girón
Gustavo Placer Cervera (1)
A partir de mayo de ese propio año, cuando entró en vigor la primera Ley de Reforma Agraria, la Casablanca tomó la decisión de emplear la fuerza para destruir la Revolución Cubana y a esos efectos se comenzó la introducción clandestina en el país de elementos contrarrevolucionarios con armas y explosivos ...



Antecedentes

Desde antes del triunfo de la Revolución Cubana el gobierno imperialista de Estados Unidos intentó impedir que la guerra de liberación nacional culminara exitosamente. La injerencia constante en los asuntos internos de Cuba evidenciaba el carácter neocolonial de la República fundada en 1902 y que feneció el 1º de enero de 1959.
Desde los primeros días siguientes al triunfo se puso de manifiesto la intención del gobierno de Washington de hacer abortar el proceso de revolucionario al que se trató de desacreditar y aislar mediante campañas de prensa que fueron derrotadas mediante la Operación Verdad.

A partir de mayo de ese propio año, cuando entró en vigor la primera Ley de Reforma Agraria, la Casablanca tomó la decisión de emplear la fuerza para destruir la Revolución Cubana y a esos efectos se comenzó la introducción clandestina en el país de elementos contrarrevolucionarios con armas y explosivos para llevar a cabo sabotajes y atentados y se fomentó la creación de grupos armados en las montañas para propiciar un levantamiento armado contra el Gobierno Revolucionario.

De manera simultanea, se sucedieron las agresiones de tipo económico. Se suprimió la cuota azucarera, principal fuente de divisas del país, se suspendieron los embarques de petróleo hacia Cuba y las refinerías se negaron a procesar el crudo de procedencia soviética y se impidió la adquisición de piezas de repuesto y hasta de medicinas.

El entonces presidente estadounidense general Dwight David Eisenhower esperaba que, como resultado de estas acciones, se produjera la destrucción de la Revolución. Sin embargo, las contundentes respuestas cubanas radicalizaron el proceso revolucionario y lo fortalecieron. La idea de que el Gobierno cubano se derrumbara como consecuencia de la acción concertada de las bandas contrarrevolucionarias, los sabotajes, las agresiones económicas y las campañas de prensa se fue desvaneciendo y fue tomando fuerza la de poner en práctica un plan consistente en llevar a cabo una invasión mercenaria que sería seguida por una intervención militar directa de los Estados Unidos solicitada por un “gobierno” contrarrevolucionario asentado en una parte del territorio nacional cubano.

A esos efectos, se dio inicio, en marzo de 1960, al reclutamiento, entrenamiento y organización de un ejército mercenario financiado y dirigido por la Agencia Central de Inteligencia, la CIA. Con la complicidad de los gobiernos tiránicos de Nicaragua y Guatemala se crearon campos de entrenamiento para los futuros invasores, se reunió el material de guerra y se dio comienzo a la planificación de la operación.
En noviembre de 1960, se llevaron a cabo elecciones presidenciales en los Estados Unidos, resultando triunfador el candidato del Partido Demócrata, John Fitzgerald Kennedy, quien, enterado de los planes contra Cuba, estuvo de acuerdo en continuar su preparación y puesta en práctica.

Estos planes incluían la consumación de atentados y sabotajes que perseguían los objetivos de crear inseguridad interna, destruir parte del potencial económico y militar del país y preparar a la opinión pública dando la impresión de que se estaba gestando en Cuba una guerra civil. La acción interna de la contrarrevolución fue frustrada por los órganos de la Seguridad del Estado y la operación de Limpia del Escambray en la cual participaron más de 60 mil combatientes; por lo tanto, sólo quedó al gobierno imperialista estadounidense la alternativa, ya mencionada, de la invasión mercenaria y la intervención directa una vez que esta hubiera consolidado una cabeza de playa e instalado allí un “gobierno” contrarrevolucionario.

El 3 de enero de 1961 el gobierno de Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba. Ante la posibilidad de que esa ruptura fuera el preludio de la agresión, el Comandante en Jefe Fidel Castro ordenó una movilización general de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que incluyó a las Milicias Nacionales Revolucionarias. En esa movilización, que duró hasta el 20 de enero, un estimado de 200 mil hombres ocupamos puestos de combate.

Inicio de la agresión
Siendo aproximadamente las 6 a.m. del 15 de abril aviones de bombardeo B-26 de fabricación estadounidense, provenientes de bases instaladas en Guatemala, iniciaron el bombardeo de los aeropuertos militares de San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad, en La Habana y del aeropuerto de Santiago de Cuba, con el objetivo de destruir los pocos aviones de combate con que contaba la Fuerza Aérea Revolucionaria. Este objetivo no pudo ser obtenido pues poco tiempo antes, siguiendo instrucciones al respecto del Comandante en Jefe, esos aviones se habían resguardado convenientemente.

Ya en ese momento la Brigada Mercenaria 2506 navegaba hacia las costas de Cuba. Había comenzado la Operación “Pluto”. El pueblo cubano le daría una respuesta contundente a los planes imperialistas y Girón se convertiría en la Primera Gran Derrota del Imperialismo en América.


FUERZAS NAVALES EN PRESENCIA

Marina de Guerra Revolucionaria. Despliegue de sus unidades

Al producirse la agresión la Marina de Guerra Revolucionaria contaba con las siguientes unidades de superficie:

1 Crucero: “Cuba”.

3 Fragatas: F-541“José Martí”, F-542 “Antonio Maceo” y F-543 “Máximo Gómez”.

3 Patrulleros-Escolta: PE-201“Siboney”, PE-202 “Caribe” y PE-203 “Baire”.



14 Guardacostas: GC-101 “Leoncio Prado”; GC- 103 “Matanzas”, GC-104 “Oriente”, GC- 105 “Camagüey”, GC- 106 “Las Villas”, GC- 107 “Habana”, GC- 108 “Pinar del Río” y los GC-11, 12, 13, 32, 33 y 34.

3 Lanchas Patrulleras Auxiliares: R-41, R-42 y R-43.

13 Lanchas del Servicio de Vigilancia: SV-1, SV-2, SV3, SV-4, SV-5, SV-6, SV-7, SV-8, SV-9, SV-10, SV-12, SV-14 y SV-16.

2 Buques de Rescate y Salvamento: RS-210 “10 de Octubre” RS-211 “20 de Mayo”.

1 Buque Boyero: SH-1 “Enrique Collazo”.

12 Embarcaciones de servicio a los faros y balizamiento en general.

De todos los buques mencionados, los únicos que tenían alguna capacidad combativa eran las tres fragatas y los patrulleros “Siboney” y “Caribe” (todos construidos en los Estados Unidos en tiempos de la II Guerra Mundial) que estaban diseñados para escolta y lucha antisubmarina. El crucero “Cuba” tenía más de 50 años de construido y se le utilizaba como Buque Escuela. Las otras unidades eran en su mayoría pequeñas embarcaciones destinadas a la vigilancia de costas y contaban con un armamento limitado a pequeños cañones de 20 mm. y ametralladores calibre .50. Esta situación se agravaba debido al estado técnico del armamento y equipos motivada a la escasez de repuestos y a la inexperiencia de las dotaciones, formadas en su mayoría por personal muy joven y bisoño (incluida la oficialidad) después de las depuraciones efectuadas, a comienzos de la Revolución, de elementos de la tiranía batistiana.(2)

Con esos limitados medios de combate y la falta de cobertura aérea, la MGR no podía hacer otra cosa que contribuir a la defensa de objetivos económicos vitales y posibles puntos de desembarco. En vísperas de la agresión mercenaria las unidades de superficie anteriormente mencionadas se encontraban desplegadas como sigue:

-Las fragatas “José Martí”, “Antonio Maceo” y “Máximo Gómez” y el PE-202 “Siboney” se encontraban en la bahía de La Habana con la misión de dar protección AA y de superficie a la Empresa Eléctrica “Antonio Guiteras”, a la Planta Eléctrica de Regla y a la Refinería de Petróleo “Ñico López”. El Buque boyero “Enrique Collazo” se encontraba fondeado dentro de la Bahía de La Habana, obstruyendo su entrada.

El crucero “Cuba” se encontraba fondeado en la Ensenada de Cortés, en la costa sur de Pinar del Río.

El GC-106 y la lancha R-42 y SV-1 se encontraban en Batabanó, en la costa sur de la provincia de La Habana.

El PE-201 “Caribe” fondeado en la Ensenada de la Siguanea, costa occidental de la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud).

El PE-203 “Baire” fondeado frente al Presidio Modelo en Isla de Pinos.

El GC-104 fondeado en la desembocadura del río Las Casas, Isla de Pinos.

La lancha SV-3 en la Caleta de Buenaventura, cerca de Playa Larga, Península de Zapata, costa sur de Matanzas.



El GC-107 en la Bahía de Santiago de Cuba.

La Aviación Naval, compuesta por aviones de patrulla o entrenamiento, anticuados y sin ninguna capacidad combativa, estaba en una situación aún peor que la de las unidades de superficie.


La flota mercenaria
Las fuerzas navales destinadas a la invasión mercenaria estaban organizadas en la “Agrupación Táctica Naval” compuesta por el Grupo de Transporte, el Grupo de Apoyo, el Grupo de Demolición Submarina y los Medios de Desembarco.

El Grupo de Transporte, a su vez, estaba integrado por los siguientes buques mercantes “Houston” (Aguja), “Atlantic” (Tiburón), “Río Escondido” (Ballena), “Caribe” (Sardina) y “Lake Charles” (Atún). Estos mercantes pertenecían a la naviera García Lines, vinculada al gobierno estadounidense y a la CIA, con oficinas en New York, La Habana, Houston y Lake Charles en Luisiana, y cuyo propietario era el cubano Alfredo García. Esta empresa operaba entre los puertos de la costa oriental de los Estados Unidos, La Habana y América Central y para enmascarar la actuación de estos buques en la operación, estuvieron viajando a Cuba hasta el mes de marzo.

El Grupo de Apoyo estaba formado por las barcazas de desembarco de infantería (LCI) “Blagar” (Marsopa) y “Bárbara J.” (Barracuda). A estas barcazas se les reforzó el armamento con cañones de 40 mm. para que, además de desembarcar el personal sirvieran de escolta y apoyo artillero a los otros buques.

El Grupo de Demolición Submarina (hombres rana) formado por 12 hombres tenía la misión de marcar las playas donde se efectuaría el desembarco.

Los Medios de Desembarco estaban constituidos por 3 barcazas de desembarco del tipo LCU, 4 barcazas de desembarco tipo LCVP y 38 lanchas de aluminio con motor fuera de borda. Estas embarcaciones estaban destinadas al transporte de las tropas y medios de combate a la playa.


Embarque y Travesía
Con el propósito de enmascarar la operación hasta el último instante los buques mercantes que integraban el Grupo de Transporte fueron cargados en puertos estadounidenses, principalmente en New Orleans, y se dirigieron por separado a Puerto Cabezas, en Nicaragua, donde sería embarcada la Brigada mercenaria 2506.

El embarque de las tropas comenzó el 12 de Abril y finalizó en horas de la noche del día 13. Mientras tanto, el LSD 25 “San Marcos” de la Marina estadounidense con las 3 barcazas de desembarco LCU y las 4 LCVP a bordo se dirigió a costas cubanas.
Durante la noche del día 13 y la madrugada del 14 los buques del Grupo de Transporte fueron saliendo de Puerto Cabezas. Se habían programado tres itinerarios para la travesía a Cuba. Uno de ellos, pasaba al oeste de Caimán Grande, otro entre Gran Caimán y Pequeño Caimán y el tercero al este de Caimán Brac.

A las 17:30 horas del día 16 de Abril (Día D-1) los buques de transporte, que habían navegado independientemente, se reunieron en un punto, denominado “Z”, situado a unas 35 millas al sur de Las Villas. Allí se formó un convoy, navegando los buques en columna a una distancia entre sí de unos 750 metros y se les unieron las barcazas LCU y LCVP que, cargadas con los tanques y otros vehículos, habían sido transportadas hasta el lugar por el LSD estadounidense “San Marcos”, ya mencionado, que se retiró rápidamente.

Como segunda etapa el convoy se dirigió el área exterior de trasbordo situada unos 5 km. al sur de Playa Girón. En este punto el “Houston” y el “Blagar” se separaron del resto del convoy y se dirigieron a Playa Larga con el fin de desembarcar las tropas, situándose a una distancia de 1500-2000 metros de la playa. El resto de los buques se situó a unos 3 km. al sur de Playa Girón.

A la hora H (01:30 horas) del día 17 de Abril comenzó, simultáneamente, después de la preparación artillera, el desembarco por Playa Larga y Playa Girón.

Durante la travesía de Puerto Cabezas a Bahía de Cochinos los buques que transportaban a las fuerzas invasoras fueron escoltados por buques de la flota estadounidense que tenía orden expresa de defenderlos con sus aviones y artillería en caso de que fueran sorprendidos en alta mar.


Acciones combativas de la Marina de Guerra Revolucionaria

Santiago de Cuba, 15 de Abril, 06:00 hs.
Un importante aspecto de los planes de la CIA y el Pentágono consistía en la destrucción de los escasos aviones de la Fuerza Aérea Revolucionaria mediante ataques aéreos, simulando el alzamiento de varios pilotos cubanos. Con esos objetivos, escuadrillas(3) de bombarderos B-26 pintados con insignias de la FAR cubana atacaron simultáneamente los aeropuertos militares de Ciudad Libertad y San Antonio de Los Baños en la provincia de La Habana y el Aeropuerto de Santiago de Cuba.

Como ya se ha mencionado, en la Bahía de Santiago de Cuba se encontraba el guardacostas GC- 107(4) al mando del hoy Capitán de Navío (R) Cándido E. González Pardo. En la madrugada del día 15, recibió la orden de dirigirse hacía Moa, en la costa norte, -por donde se presumía que estaba a punto de ocurrir un desembarco- y se hizo a la mar a las 04:00. Cuando ya enfilaba la bocana de la bahía, a la altura del Morro, recibió la orden de dirigirse a la zona de Marverde, situada al oeste de la bahía de Santiago de Cuba, pues se suponía como muy posible que, en la mencionada zona hubiera caído un avión T-33, tripulado por el capitán Orestes Acosta, con el cual se había perdido contacto cuando volaba en misión de reconocimiento.

Estando en cumplimiento de esa misión de búsqueda, alrededor de las 0600 hs. el personal del guardacostas divisó 2 aviones B-26 pintados de gris y con insignias cubanas que volaban en dirección al aeropuerto de Santiago de Cuba. Se trataba de la escuadrilla “Gorila” de la fuerza aérea mercenaria que se aprestaba a bombardear dicho aeropuerto. Al ver los aviones volando a baja altura, uno de ellos como si fuera a aterrizar y el otro efectuando un amplio giro, el comandante del guardacostas se percató del peligro y ordenó “¡zafarrancho de combate!”. Segundos después las explosiones, columnas de humo y las trazadoras del fuego antiaéreo provenientes del aeropuerto corroboraron las sospechas. A toda máquina el guardacostas puso proa hacia la zona costera aledaña al aeropuerto para apoyar a los defensores con su artillería. Ya próximo al lugar, uno de los aviones enemigos, al efectuar uno de sus giros, se puso al alcance de fuego de las piezas del guardacostas cuyo comandante dio la orden de “¡abrir fuego!”. El artillero de proa –un “joven rebelde” con muy poco entrenamiento- accionó el disparador del cañón de 20 mm. , pero en la excitación del momento, lo apretó con tal fuerza que rompió el muelle e inutilizó la pieza. Ante esta situación, el comandante del guardacostas ordenó que cuando se acercara un avión enemigo se girara y se le hiciera fuego con la pieza de popa. Esta maniobra fue efectuada varias veces hasta que uno de los aviones atacantes le dedicó atención al pequeño buque y lo atacó en vuelo rasante tratando de barrerlo con su fuego de popa a proa.

Ya muy próximo el avión atacante, el comandante del guardacostas maniobró de nuevo colocándose de banda al curso de combate del avión, y se le hizo fuego en ráfagas con la única pieza disponible. Tras ese pase, el avión atacante se alejó, con rumbo suroeste, echando humo negro.(5)

Así, el pequeño y vetusto guardacostas GC-107 fue el primer buque que recibió su bautismo de fuego en la lucha contra la aviación mercenaria enfrentándola con valentía. Afortunadamente no sufrió bajas. En el aeropuerto de Santiago de Cuba fue destruido uno de los anticuados hidroaviones PBY “Catalina” de la Aviación Naval.

Mientras tanto, los faros del país, así como las unidades terrestres, en vigilancia constante, mantenían informada a la Jefatura de Operaciones Navales sobre el tráfico marítimo y la presencia de buques de guerra estadounidenses en aguas cercanas a las costas cubanas:

*El 16 de abril, a las 08:00 horas, desde la Academia Naval del Mariel fue reportada la presencia de un destructor estadounidense a una distancia de 6-7 millas de la costa.

*A las 15:15 horas de ese propio día 16, se informaba desde Jaimanitas el acercamiento de dos yates, provenientes del norte.

*Otros informes reportaban la presencia de buques de guerra estadounidenses frente a puntos de la costa norte en las inmediaciones de La Habana: Playa El Salado, Playa Baracoa y el hotel “Comodoro”.

Playa Larga, 17 de Abril, 00:20 horas
La SV-3 era una pequeña lancha (32 pies (10 m.) de eslora), armada con una ametralladora calibre .50 y tripulada por 4 hombres: Juan Cortés (Patrón)(6), René Alfaro Cossío (Motorista), Frank George King (Artillero) y Armando Idilio Abreu (Marinero). Pertenecía al Puesto Naval de Surgidero de Batabanó y usualmente vigilaba el tramo de costa entre ese lugar y la boca del río Hatiguanico y de este a Caleta del Rosario, en las proximidades de Playa Girón. Pero en la noche del 16 de Abril de 1961 penetró en la Bahía de Cochinos y atracó en el muelle de la cooperativa pesquera ubicada en la pequeña Caleta de Buenaventura (muy próxima a Playa Larga), donde también se encontraba el yate “Bravo”, en el cual ocasionalmente navegaba el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz(7).

Los tripulantes de la SV-3 ignoraban que estaban atracados cerca de “Playa Roja”, denominación asignada a Playa Larga en el plan de la invasión, donde al igual que en “Playa Azul” (denominación asignada a Playa Girón) en breve comenzaría el desembarco.



Alrededor de las 00:20 horas del 17 de abril el combatiente de guardia en la SV-3 informó que había escuchado fuertes detonaciones provenientes del área de Playa Larga. Decididos a investigar, desatracaron y se acercan a la desembocadura de la pequeña caleta lo que los situaba entre los buques que efectuaban el fuego artillero y Playa Larga.(8)

En esas circunstancias, el patrón de la SV-3 ordenó hacer fuego contra los buques atacantes, entablando un desigual combate que se interrumpió cuando la lancha fue alcanzada por varios proyectiles y se presentaron fallas en la ametralladora.
Continuar combatiendo en esas circunstancias hubiera sido suicida, por lo que se retiraron al fondo de la caleta y reportaron los acontecimientos, por radio, a través del Puesto Naval de Surgidero de Batabanó al Estado Mayor de la Marina de Guerra Revolucionaria, siendo esta una de las primeras comunicaciones que se recibieron en La Habana sobre el desembarco mercenario.

Para continuar el combate, los marinos de la SV-3 procedieron a desmontar la ametralladora, emplazándola en tierra, detrás de unos tanques de agua y la repararon, al sustituir el extractor de la cinta averiado con el muelle impulsor de un fusil M-52. Mientras tanto, y antes de que se le agotara la batería de la lancha, su patrón continuó informando de los acaecimientos, a través del equipo de radiofonía, al Puesto Naval ubicado en el Surgidero de Batabanó, al comandante Vilo Acuña en Cayo Largo del Sur y a las instalaciones ubicadas en la Laguna del Tesoro. Poco después, se restablecieron las comunicaciones cuando el motorista de la lancha, marinero René Alfaro, quitó la batería de una grúa y se la instaló a la lancha. Pronto se unieron a los marinos los milicianos que tenían a su cuidado el yate “Bravo” y un grupo de milicianos pertenecientes al Batallón 339 de Cienfuegos, y juntos rechazaron los ataques de los mercenarios para tomar su posición.

Poco antes del amanecer del día 17, previendo la llegada de la aviación, tanto enemiga como propia, las barcazas artilladas “Blagar” y “Bárbara J” que estaban apoyando el desembarco de los invasores se retiraron mar afuera. Para entonces, al destacamento formado por los marinos de la SV-3 y los milicianos del Batallón 339 se le había ordenado replegarse a una posición más ventajosa, movimiento que efectuaron al anochecer. A la mañana siguiente comprobaron que esa decisión había sido correcta pues durante la noche el enemigo había atacado la posición abandonada, arrasándola completamente.

El destacamento de marinos de la SV-3 y milicianos continuó combatiendo y participó en las operaciones de limpieza que siguieron a la derrota de la invasión el día 19, capturando a un grupo de mercenarios que intentó apoderarse de la lancha para escapar en ella amparándose en la noche.

Isla de Pinos, 17 de Abril de 1961, 06:00 horas
Una de las regiones que se consideraba con más posibilidades para que en ella se efectuara un desembarco enemigo, era el territorio de Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud). Entre otras razones para ello, estaba el hecho de que en el Presidio Modelo, ubicado en esa isla, guardaban prisión varios cientos de contrarrevolucionarios por lo que era muy probable que, dentro de los planes del enemigo estuviera el de liberarlos, unirlos a sus fuerzas y emplear la isla como base para ataques aéreos contra la isla grande y un ulterior desembarco en ella. Percatado el mando revolucionario de ese posible ataque, envío a la Isla de Pinos un elevado número de tropas y artillería capaces de enfrentar exitosamente a cualquier fuerza invasora y se dispuso, como ya se ha mencionado, la ubicación en sus costas de 3 buques:

*El PE-201 “Caribe” fondeado en la Ensenada de la Siguanea.

*El PE-203 “Baire” fondeado frente al Presidio Modelo.

*El GC-104 fondeado en la desembocadura del río Las Casas, acceso a Nueva Gerona.

El PE-203 “Baire” era un buque construido en los Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Su armamento principal consistía en un cañón de 76 mm. Estaba además dotado de 4 cañones AA de 20 mm. Integraban su tripulación 39 hombres (3 oficiales, 6 clases, 25 marineros y 5 jóvenes rebeldes) su comandante era el Alférez de Navío Antonio Reyes Domínguez. Una de sus máquinas principales estaba fuera de servicio, sus piezas de artillería AA estaban defectuosas y las municiones envejecidas. Además, por estar anclado, carecía de movilidad.

A la hora antes mencionada, la dotación del “Baire” escuchó el ruido de motores de aviación y pronto avistaron a dos aviones B-26 pintados de gris, con las insignias cubanas, con la bandera nacional y las siglas FAR en la cola, que se acercaban rápidamente. Las dotaciones de las piezas de artillería que estaban de guardia siguieron el vuelo de las aeronaves que, de inmediato iniciaron el ataque, a muy baja altura y disparando cohetes y ametralladoras al tiempo que lanzaban bombas de 250 libras.

De inmediato la artillería AA del buque entró en acción. Los nóveles artilleros hacían fuego con todas las piezas pero sin efectividad debido a las condiciones del parque. La acción duró unos 10 minutos. El enemigo efectuó cinco ataques al buque volando casi a la altura de los mástiles. El buque recibió el impacto de un cohete de 5 pulgadas en el cuarto de máquinas -que causó heridas a la casi totalidad del personal que allí se encontraba- y fue alcanzado por el fuego de las ametralladoras de los aviones atacantes. Se produjeron dos bajas mortales – los marineros Armando Ramos Velazco y Juan Rafael Alarcón Rodríguez- y un total de 17 heridos que fueron evacuados por el GC-104 que, procedente de Nueva Gerona, acudió con rapidez a prestar auxilio.

Terminado el ataque, con grandes averías, funcionando –como ya se ha dicho- una sola máquina, haciendo agua y escorado hacia la banda de estribor, el “Baire” intentó navegar hacia Nueva Gerona, mientras el telegrafista comunicaba los acaecimientos al Puesto de Mando de la MGR. Pese al esfuerzo realizado por la tripulación sólo pudieron avanzar un corto tramo, hasta cerca de la desembocadura del río Las Casas, cuando, al dejar de funcionar la máquina, el buque quedó sin gobierno. Gracias a la oportuna ayuda de dos barcos pesqueros, que lo remolcaron, pudo quedar atracado, con una pronunciada escora, en uno de los muelles próximos a Nueva Gerona.

Al conocer la población de Nueva Gerona la noticia de lo ocurrido, se fue congregando espontáneamente, frente al muelle donde se hallaba el buque semihundido para entonar, a una sola voz, el Himno Nacional y vitorear a la Revolución y a los marinos del “Baire”. En reconocimiento y homenaje a la heroica resistencia de esos marinos dos importantes centros de la Isla de la Juventud, el hospital y la base pesquera, llevan nombre de “Héroes del Baire”.



Otras misiones cumplidas por las unidades de la Marina de Guerra Revolucionaria después de la derrota de la invasión en Playa Girón

Después de alcanzada la victoria el 19 de Abril, había que impedir la huida de los mercenarios derrotados para lo cual fueron enviadas a la zona de operaciones las lanchas del Servicio de Vigilancia de Costas SV-1, SV-2, SV- 3, SV-4 y SV-10, el GC-104, el GC-106 y la lancha R-42. Estas unidades transportaron tropas y efectuaron servicios de vigilancia en la cayería, capturando numerosos mercenarios así como una gran cantidad de armas y municiones. Como parte de esa Operación Limpieza el GC-104, comandado por el entonces Alférez de Fragata Luís Molinet9 capturó al capitán del buque “Houston” y a varios de sus tripulantes quienes pretendían apoderarse de un barco pesquero y escaparse en él. La unidad de hombres-ranas de la MGR participó también en el rescate del armamento que se hallaba en los buques hundidos.




Conclusiones

La Marina de Guerra Revolucionaria desempeñó un papel significativo en el enfrentamiento a la invasión mercenaria de Abril de 1961. Sangre generosa de los marinos cubanos fue vertida junto a la de soldados del Ejército Rebelde, policías, aviadores y milicianos para rechazar victoriosamente los ataques del enemigo. Con los escasos recursos con que contaba la MGR cumplió con firmeza y valentía, las misiones que le fueron asignadas. Al arribar al 60 aniversario de la Victoria de Girón sirvan estas líneas de modesto homenaje a aquellos que cayeron en el cumplimiento de su deber y a los que participaron en aquella gesta y dedicaron después su vida, en distintos frentes y actividades, a la defensa de la Patria Socialista.
*****



Fuentes

Testimoniales

Testimonio del Capitán de Navío (R) (entonces Alférez de Fragata) Cándido Enrique González Pardo, comandante del Guardacostas (GC) 107.

Testimonio del Capitán de Navío (R) entonces Alférez de Fragata) Luís Molinet Mantecón, comandante del Guardacostas (GC) 104.



Libros

GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: La Marina de Guerra en Cuba (1909-1958) 1ª parte. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, 333 p.

GOIZUETA VICHOT, Pedro A.: Cuando nunca amainó. Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2016, 319 p.

NÚÑEZ JIMÉNEZ, Antonio: En marcha con Fidel. 1961. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004 (2ª ed.), 329 p.

PINO MACHADO, Quintín: La Batalla de Girón. Razones de una victoria. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983. 367 p.



Folletos

GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: Presencia de la Marina de Guerra Revolucionaria en Girón. Centro de Información para la Defensa (CID-FAR), MINFAR, La Habana, 2006. 45 p.



Artículos

Dirección de Información Militar de las FAR: “El fracaso de Girón” en la revista EL OFICIAL (Órgano Teórico e Informativo de la FAR), La Habana, Año 9 Nº 2, Marzo-Abril de 1971, pp. 5-39.

GONZÁLEZ PARDO, Cándido E.: “Desarrollo del Arte Naval Militar de la Marina de Guerra de la República de Cuba” en la revista de INFORMACIÓN TÉCNICO CIENTÍFICO NAVAL (ITCN). La Habana, Marina de Guerra Revolucionaria (MGR). Nº 34, 1981, pp. 18-29.

GONZÁLEZ PÉREZ, Enildo: “Girón desde el mar” en la revista MAR Y PESCA, La Habana, Nº 344, Abril de 2004, pp. 10-11.

GONZÁLEZ CABALLERO, Orestes y GONZÁLEZ PÉREZ, Enildo: “Respuesta desde el mar. (A 50 años de la Batalla de Girón) ” en la revista MAR Y PESCA, La Habana, Nº 387, Marzo de 2011, pp. 2-5.

MIYAR REINERS, Rafael: “La Marina de Guerra Revolucionaria durante la agresión mercenaria por Playa Girón” en la revista MARINA DE GUERRA. La Habana, Vol. 2/41, Abril de 1989, pp. 2-11.


Notas

1- Capitán de Fragata (R). Doctor en Ciencias Históricas. Investigador Titular del Instituto de Historia de Cuba. Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cuba.
2- En la tabla anexa aparecen los Datos Táctico-Técnicos de las unidades de superficie.
3- La escuadrilla que atacó el aeropuerto militar de Ciudad Libertad se denominaba “Puma” y estaba integrada por 3 aviones; la que atacó la Base Aérea de San Antonio de los Baños compuesta también por 3 aviones se denominaba “Linda”; la que atacó el aeropuerto de Santiago de Cuba estaba compuesta por 2 aviones y se le denominó “Gorila”
4- Construido en los EU en 1943, 110 pies de eslora, dotado de 2 cañones AA de 20 mm.
5- Según se pudo conocer después, este avión, alcanzado por el fuego del GC-107 en uno de sus motores se vio obligado a aterrizar en la isla Gran Caimán, posesión inglesa del Caribe.
6- Juan Cortés Rodríguez abandonó el país por el puerto de El Mariel en 1980. (GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: Presencia de la Marina de Guerra Revolucionaria en Girón, p. 6).
7- PINO MACHADO, Quintín: La Batalla de Girón. Razones de una victoria, p. 71.
8- Se trataba del “Houston” y el “Blagar” que efectuaban la preparación artillera del desembarco en Playa Larga.
9- Hoy Capitán de Navío (R).


Antecedentes

Desde antes del triunfo de la Revolución Cubana el gobierno imperialista de Estados Unidos intentó impedir que la guerra de liberación nacional culminara exitosamente. La injerencia constante en los asuntos internos de Cuba evidenciaba el carácter neocolonial de la República fundada en 1902 y que feneció el 1º de enero de 1959.
Desde los primeros días siguientes al triunfo se puso de manifiesto la intención del gobierno de Washington de hacer abortar el proceso de revolucionario al que se trató de desacreditar y aislar mediante campañas de prensa que fueron derrotadas mediante la Operación Verdad.

A partir de mayo de ese propio año, cuando entró en vigor la primera Ley de Reforma Agraria, la Casablanca tomó la decisión de emplear la fuerza para destruir la Revolución Cubana y a esos efectos se comenzó la introducción clandestina en el país de elementos contrarrevolucionarios con armas y explosivos para llevar a cabo sabotajes y atentados y se fomentó la creación de grupos armados en las montañas para propiciar un levantamiento armado contra el Gobierno Revolucionario.

De manera simultanea, se sucedieron las agresiones de tipo económico. Se suprimió la cuota azucarera, principal fuente de divisas del país, se suspendieron los embarques de petróleo hacia Cuba y las refinerías se negaron a procesar el crudo de procedencia soviética y se impidió la adquisición de piezas de repuesto y hasta de medicinas.

El entonces presidente estadounidense general Dwight David Eisenhower esperaba que, como resultado de estas acciones, se produjera la destrucción de la Revolución. Sin embargo, las contundentes respuestas cubanas radicalizaron el proceso revolucionario y lo fortalecieron. La idea de que el Gobierno cubano se derrumbara como consecuencia de la acción concertada de las bandas contrarrevolucionarias, los sabotajes, las agresiones económicas y las campañas de prensa se fue desvaneciendo y fue tomando fuerza la de poner en práctica un plan consistente en llevar a cabo una invasión mercenaria que sería seguida por una intervención militar directa de los Estados Unidos solicitada por un “gobierno” contrarrevolucionario asentado en una parte del territorio nacional cubano.

A esos efectos, se dio inicio, en marzo de 1960, al reclutamiento, entrenamiento y organización de un ejército mercenario financiado y dirigido por la Agencia Central de Inteligencia, la CIA. Con la complicidad de los gobiernos tiránicos de Nicaragua y Guatemala se crearon campos de entrenamiento para los futuros invasores, se reunió el material de guerra y se dio comienzo a la planificación de la operación.
En noviembre de 1960, se llevaron a cabo elecciones presidenciales en los Estados Unidos, resultando triunfador el candidato del Partido Demócrata, John Fitzgerald Kennedy, quien, enterado de los planes contra Cuba, estuvo de acuerdo en continuar su preparación y puesta en práctica.

Estos planes incluían la consumación de atentados y sabotajes que perseguían los objetivos de crear inseguridad interna, destruir parte del potencial económico y militar del país y preparar a la opinión pública dando la impresión de que se estaba gestando en Cuba una guerra civil. La acción interna de la contrarrevolución fue frustrada por los órganos de la Seguridad del Estado y la operación de Limpia del Escambray en la cual participaron más de 60 mil combatientes; por lo tanto, sólo quedó al gobierno imperialista estadounidense la alternativa, ya mencionada, de la invasión mercenaria y la intervención directa una vez que esta hubiera consolidado una cabeza de playa e instalado allí un “gobierno” contrarrevolucionario.

El 3 de enero de 1961 el gobierno de Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba. Ante la posibilidad de que esa ruptura fuera el preludio de la agresión, el Comandante en Jefe Fidel Castro ordenó una movilización general de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que incluyó a las Milicias Nacionales Revolucionarias. En esa movilización, que duró hasta el 20 de enero, un estimado de 200 mil hombres ocupamos puestos de combate.

Inicio de la agresión
Siendo aproximadamente las 6 a.m. del 15 de abril aviones de bombardeo B-26 de fabricación estadounidense, provenientes de bases instaladas en Guatemala, iniciaron el bombardeo de los aeropuertos militares de San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad, en La Habana y del aeropuerto de Santiago de Cuba, con el objetivo de destruir los pocos aviones de combate con que contaba la Fuerza Aérea Revolucionaria. Este objetivo no pudo ser obtenido pues poco tiempo antes, siguiendo instrucciones al respecto del Comandante en Jefe, esos aviones se habían resguardado convenientemente.

Ya en ese momento la Brigada Mercenaria 2506 navegaba hacia las costas de Cuba. Había comenzado la Operación “Pluto”. El pueblo cubano le daría una respuesta contundente a los planes imperialistas y Girón se convertiría en la Primera Gran Derrota del Imperialismo en América.


FUERZAS NAVALES EN PRESENCIA

Marina de Guerra Revolucionaria. Despliegue de sus unidades

Al producirse la agresión la Marina de Guerra Revolucionaria contaba con las siguientes unidades de superficie:

1 Crucero: “Cuba”.

3 Fragatas: F-541“José Martí”, F-542 “Antonio Maceo” y F-543 “Máximo Gómez”.

3 Patrulleros-Escolta: PE-201“Siboney”, PE-202 “Caribe” y PE-203 “Baire”.



14 Guardacostas: GC-101 “Leoncio Prado”; GC- 103 “Matanzas”, GC-104 “Oriente”, GC- 105 “Camagüey”, GC- 106 “Las Villas”, GC- 107 “Habana”, GC- 108 “Pinar del Río” y los GC-11, 12, 13, 32, 33 y 34.

3 Lanchas Patrulleras Auxiliares: R-41, R-42 y R-43.

13 Lanchas del Servicio de Vigilancia: SV-1, SV-2, SV3, SV-4, SV-5, SV-6, SV-7, SV-8, SV-9, SV-10, SV-12, SV-14 y SV-16.

2 Buques de Rescate y Salvamento: RS-210 “10 de Octubre” RS-211 “20 de Mayo”.

1 Buque Boyero: SH-1 “Enrique Collazo”.

12 Embarcaciones de servicio a los faros y balizamiento en general.

De todos los buques mencionados, los únicos que tenían alguna capacidad combativa eran las tres fragatas y los patrulleros “Siboney” y “Caribe” (todos construidos en los Estados Unidos en tiempos de la II Guerra Mundial) que estaban diseñados para escolta y lucha antisubmarina. El crucero “Cuba” tenía más de 50 años de construido y se le utilizaba como Buque Escuela. Las otras unidades eran en su mayoría pequeñas embarcaciones destinadas a la vigilancia de costas y contaban con un armamento limitado a pequeños cañones de 20 mm. y ametralladores calibre .50. Esta situación se agravaba debido al estado técnico del armamento y equipos motivada a la escasez de repuestos y a la inexperiencia de las dotaciones, formadas en su mayoría por personal muy joven y bisoño (incluida la oficialidad) después de las depuraciones efectuadas, a comienzos de la Revolución, de elementos de la tiranía batistiana.(2)

Con esos limitados medios de combate y la falta de cobertura aérea, la MGR no podía hacer otra cosa que contribuir a la defensa de objetivos económicos vitales y posibles puntos de desembarco. En vísperas de la agresión mercenaria las unidades de superficie anteriormente mencionadas se encontraban desplegadas como sigue:

-Las fragatas “José Martí”, “Antonio Maceo” y “Máximo Gómez” y el PE-202 “Siboney” se encontraban en la bahía de La Habana con la misión de dar protección AA y de superficie a la Empresa Eléctrica “Antonio Guiteras”, a la Planta Eléctrica de Regla y a la Refinería de Petróleo “Ñico López”. El Buque boyero “Enrique Collazo” se encontraba fondeado dentro de la Bahía de La Habana, obstruyendo su entrada.

El crucero “Cuba” se encontraba fondeado en la Ensenada de Cortés, en la costa sur de Pinar del Río.

El GC-106 y la lancha R-42 y SV-1 se encontraban en Batabanó, en la costa sur de la provincia de La Habana.

El PE-201 “Caribe” fondeado en la Ensenada de la Siguanea, costa occidental de la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud).

El PE-203 “Baire” fondeado frente al Presidio Modelo en Isla de Pinos.

El GC-104 fondeado en la desembocadura del río Las Casas, Isla de Pinos.

La lancha SV-3 en la Caleta de Buenaventura, cerca de Playa Larga, Península de Zapata, costa sur de Matanzas.



El GC-107 en la Bahía de Santiago de Cuba.

La Aviación Naval, compuesta por aviones de patrulla o entrenamiento, anticuados y sin ninguna capacidad combativa, estaba en una situación aún peor que la de las unidades de superficie.


La flota mercenaria
Las fuerzas navales destinadas a la invasión mercenaria estaban organizadas en la “Agrupación Táctica Naval” compuesta por el Grupo de Transporte, el Grupo de Apoyo, el Grupo de Demolición Submarina y los Medios de Desembarco.

El Grupo de Transporte, a su vez, estaba integrado por los siguientes buques mercantes “Houston” (Aguja), “Atlantic” (Tiburón), “Río Escondido” (Ballena), “Caribe” (Sardina) y “Lake Charles” (Atún). Estos mercantes pertenecían a la naviera García Lines, vinculada al gobierno estadounidense y a la CIA, con oficinas en New York, La Habana, Houston y Lake Charles en Luisiana, y cuyo propietario era el cubano Alfredo García. Esta empresa operaba entre los puertos de la costa oriental de los Estados Unidos, La Habana y América Central y para enmascarar la actuación de estos buques en la operación, estuvieron viajando a Cuba hasta el mes de marzo.

El Grupo de Apoyo estaba formado por las barcazas de desembarco de infantería (LCI) “Blagar” (Marsopa) y “Bárbara J.” (Barracuda). A estas barcazas se les reforzó el armamento con cañones de 40 mm. para que, además de desembarcar el personal sirvieran de escolta y apoyo artillero a los otros buques.

El Grupo de Demolición Submarina (hombres rana) formado por 12 hombres tenía la misión de marcar las playas donde se efectuaría el desembarco.

Los Medios de Desembarco estaban constituidos por 3 barcazas de desembarco del tipo LCU, 4 barcazas de desembarco tipo LCVP y 38 lanchas de aluminio con motor fuera de borda. Estas embarcaciones estaban destinadas al transporte de las tropas y medios de combate a la playa.


Embarque y Travesía
Con el propósito de enmascarar la operación hasta el último instante los buques mercantes que integraban el Grupo de Transporte fueron cargados en puertos estadounidenses, principalmente en New Orleans, y se dirigieron por separado a Puerto Cabezas, en Nicaragua, donde sería embarcada la Brigada mercenaria 2506.

El embarque de las tropas comenzó el 12 de Abril y finalizó en horas de la noche del día 13. Mientras tanto, el LSD 25 “San Marcos” de la Marina estadounidense con las 3 barcazas de desembarco LCU y las 4 LCVP a bordo se dirigió a costas cubanas.
Durante la noche del día 13 y la madrugada del 14 los buques del Grupo de Transporte fueron saliendo de Puerto Cabezas. Se habían programado tres itinerarios para la travesía a Cuba. Uno de ellos, pasaba al oeste de Caimán Grande, otro entre Gran Caimán y Pequeño Caimán y el tercero al este de Caimán Brac.

A las 17:30 horas del día 16 de Abril (Día D-1) los buques de transporte, que habían navegado independientemente, se reunieron en un punto, denominado “Z”, situado a unas 35 millas al sur de Las Villas. Allí se formó un convoy, navegando los buques en columna a una distancia entre sí de unos 750 metros y se les unieron las barcazas LCU y LCVP que, cargadas con los tanques y otros vehículos, habían sido transportadas hasta el lugar por el LSD estadounidense “San Marcos”, ya mencionado, que se retiró rápidamente.

Como segunda etapa el convoy se dirigió el área exterior de trasbordo situada unos 5 km. al sur de Playa Girón. En este punto el “Houston” y el “Blagar” se separaron del resto del convoy y se dirigieron a Playa Larga con el fin de desembarcar las tropas, situándose a una distancia de 1500-2000 metros de la playa. El resto de los buques se situó a unos 3 km. al sur de Playa Girón.

A la hora H (01:30 horas) del día 17 de Abril comenzó, simultáneamente, después de la preparación artillera, el desembarco por Playa Larga y Playa Girón.

Durante la travesía de Puerto Cabezas a Bahía de Cochinos los buques que transportaban a las fuerzas invasoras fueron escoltados por buques de la flota estadounidense que tenía orden expresa de defenderlos con sus aviones y artillería en caso de que fueran sorprendidos en alta mar.


Acciones combativas de la Marina de Guerra Revolucionaria

Santiago de Cuba, 15 de Abril, 06:00 hs.
Un importante aspecto de los planes de la CIA y el Pentágono consistía en la destrucción de los escasos aviones de la Fuerza Aérea Revolucionaria mediante ataques aéreos, simulando el alzamiento de varios pilotos cubanos. Con esos objetivos, escuadrillas(3) de bombarderos B-26 pintados con insignias de la FAR cubana atacaron simultáneamente los aeropuertos militares de Ciudad Libertad y San Antonio de Los Baños en la provincia de La Habana y el Aeropuerto de Santiago de Cuba.

Como ya se ha mencionado, en la Bahía de Santiago de Cuba se encontraba el guardacostas GC- 107(4) al mando del hoy Capitán de Navío (R) Cándido E. González Pardo. En la madrugada del día 15, recibió la orden de dirigirse hacía Moa, en la costa norte, -por donde se presumía que estaba a punto de ocurrir un desembarco- y se hizo a la mar a las 04:00. Cuando ya enfilaba la bocana de la bahía, a la altura del Morro, recibió la orden de dirigirse a la zona de Marverde, situada al oeste de la bahía de Santiago de Cuba, pues se suponía como muy posible que, en la mencionada zona hubiera caído un avión T-33, tripulado por el capitán Orestes Acosta, con el cual se había perdido contacto cuando volaba en misión de reconocimiento.

Estando en cumplimiento de esa misión de búsqueda, alrededor de las 0600 hs. el personal del guardacostas divisó 2 aviones B-26 pintados de gris y con insignias cubanas que volaban en dirección al aeropuerto de Santiago de Cuba. Se trataba de la escuadrilla “Gorila” de la fuerza aérea mercenaria que se aprestaba a bombardear dicho aeropuerto. Al ver los aviones volando a baja altura, uno de ellos como si fuera a aterrizar y el otro efectuando un amplio giro, el comandante del guardacostas se percató del peligro y ordenó “¡zafarrancho de combate!”. Segundos después las explosiones, columnas de humo y las trazadoras del fuego antiaéreo provenientes del aeropuerto corroboraron las sospechas. A toda máquina el guardacostas puso proa hacia la zona costera aledaña al aeropuerto para apoyar a los defensores con su artillería. Ya próximo al lugar, uno de los aviones enemigos, al efectuar uno de sus giros, se puso al alcance de fuego de las piezas del guardacostas cuyo comandante dio la orden de “¡abrir fuego!”. El artillero de proa –un “joven rebelde” con muy poco entrenamiento- accionó el disparador del cañón de 20 mm. , pero en la excitación del momento, lo apretó con tal fuerza que rompió el muelle e inutilizó la pieza. Ante esta situación, el comandante del guardacostas ordenó que cuando se acercara un avión enemigo se girara y se le hiciera fuego con la pieza de popa. Esta maniobra fue efectuada varias veces hasta que uno de los aviones atacantes le dedicó atención al pequeño buque y lo atacó en vuelo rasante tratando de barrerlo con su fuego de popa a proa.

Ya muy próximo el avión atacante, el comandante del guardacostas maniobró de nuevo colocándose de banda al curso de combate del avión, y se le hizo fuego en ráfagas con la única pieza disponible. Tras ese pase, el avión atacante se alejó, con rumbo suroeste, echando humo negro.(5)

Así, el pequeño y vetusto guardacostas GC-107 fue el primer buque que recibió su bautismo de fuego en la lucha contra la aviación mercenaria enfrentándola con valentía. Afortunadamente no sufrió bajas. En el aeropuerto de Santiago de Cuba fue destruido uno de los anticuados hidroaviones PBY “Catalina” de la Aviación Naval.

Mientras tanto, los faros del país, así como las unidades terrestres, en vigilancia constante, mantenían informada a la Jefatura de Operaciones Navales sobre el tráfico marítimo y la presencia de buques de guerra estadounidenses en aguas cercanas a las costas cubanas:

*El 16 de abril, a las 08:00 horas, desde la Academia Naval del Mariel fue reportada la presencia de un destructor estadounidense a una distancia de 6-7 millas de la costa.

*A las 15:15 horas de ese propio día 16, se informaba desde Jaimanitas el acercamiento de dos yates, provenientes del norte.

*Otros informes reportaban la presencia de buques de guerra estadounidenses frente a puntos de la costa norte en las inmediaciones de La Habana: Playa El Salado, Playa Baracoa y el hotel “Comodoro”.

Playa Larga, 17 de Abril, 00:20 horas
La SV-3 era una pequeña lancha (32 pies (10 m.) de eslora), armada con una ametralladora calibre .50 y tripulada por 4 hombres: Juan Cortés (Patrón)(6), René Alfaro Cossío (Motorista), Frank George King (Artillero) y Armando Idilio Abreu (Marinero). Pertenecía al Puesto Naval de Surgidero de Batabanó y usualmente vigilaba el tramo de costa entre ese lugar y la boca del río Hatiguanico y de este a Caleta del Rosario, en las proximidades de Playa Girón. Pero en la noche del 16 de Abril de 1961 penetró en la Bahía de Cochinos y atracó en el muelle de la cooperativa pesquera ubicada en la pequeña Caleta de Buenaventura (muy próxima a Playa Larga), donde también se encontraba el yate “Bravo”, en el cual ocasionalmente navegaba el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz(7).

Los tripulantes de la SV-3 ignoraban que estaban atracados cerca de “Playa Roja”, denominación asignada a Playa Larga en el plan de la invasión, donde al igual que en “Playa Azul” (denominación asignada a Playa Girón) en breve comenzaría el desembarco.



Alrededor de las 00:20 horas del 17 de abril el combatiente de guardia en la SV-3 informó que había escuchado fuertes detonaciones provenientes del área de Playa Larga. Decididos a investigar, desatracaron y se acercan a la desembocadura de la pequeña caleta lo que los situaba entre los buques que efectuaban el fuego artillero y Playa Larga.(8)

En esas circunstancias, el patrón de la SV-3 ordenó hacer fuego contra los buques atacantes, entablando un desigual combate que se interrumpió cuando la lancha fue alcanzada por varios proyectiles y se presentaron fallas en la ametralladora.
Continuar combatiendo en esas circunstancias hubiera sido suicida, por lo que se retiraron al fondo de la caleta y reportaron los acontecimientos, por radio, a través del Puesto Naval de Surgidero de Batabanó al Estado Mayor de la Marina de Guerra Revolucionaria, siendo esta una de las primeras comunicaciones que se recibieron en La Habana sobre el desembarco mercenario.

Para continuar el combate, los marinos de la SV-3 procedieron a desmontar la ametralladora, emplazándola en tierra, detrás de unos tanques de agua y la repararon, al sustituir el extractor de la cinta averiado con el muelle impulsor de un fusil M-52. Mientras tanto, y antes de que se le agotara la batería de la lancha, su patrón continuó informando de los acaecimientos, a través del equipo de radiofonía, al Puesto Naval ubicado en el Surgidero de Batabanó, al comandante Vilo Acuña en Cayo Largo del Sur y a las instalaciones ubicadas en la Laguna del Tesoro. Poco después, se restablecieron las comunicaciones cuando el motorista de la lancha, marinero René Alfaro, quitó la batería de una grúa y se la instaló a la lancha. Pronto se unieron a los marinos los milicianos que tenían a su cuidado el yate “Bravo” y un grupo de milicianos pertenecientes al Batallón 339 de Cienfuegos, y juntos rechazaron los ataques de los mercenarios para tomar su posición.

Poco antes del amanecer del día 17, previendo la llegada de la aviación, tanto enemiga como propia, las barcazas artilladas “Blagar” y “Bárbara J” que estaban apoyando el desembarco de los invasores se retiraron mar afuera. Para entonces, al destacamento formado por los marinos de la SV-3 y los milicianos del Batallón 339 se le había ordenado replegarse a una posición más ventajosa, movimiento que efectuaron al anochecer. A la mañana siguiente comprobaron que esa decisión había sido correcta pues durante la noche el enemigo había atacado la posición abandonada, arrasándola completamente.

El destacamento de marinos de la SV-3 y milicianos continuó combatiendo y participó en las operaciones de limpieza que siguieron a la derrota de la invasión el día 19, capturando a un grupo de mercenarios que intentó apoderarse de la lancha para escapar en ella amparándose en la noche.

Isla de Pinos, 17 de Abril de 1961, 06:00 horas
Una de las regiones que se consideraba con más posibilidades para que en ella se efectuara un desembarco enemigo, era el territorio de Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud). Entre otras razones para ello, estaba el hecho de que en el Presidio Modelo, ubicado en esa isla, guardaban prisión varios cientos de contrarrevolucionarios por lo que era muy probable que, dentro de los planes del enemigo estuviera el de liberarlos, unirlos a sus fuerzas y emplear la isla como base para ataques aéreos contra la isla grande y un ulterior desembarco en ella. Percatado el mando revolucionario de ese posible ataque, envío a la Isla de Pinos un elevado número de tropas y artillería capaces de enfrentar exitosamente a cualquier fuerza invasora y se dispuso, como ya se ha mencionado, la ubicación en sus costas de 3 buques:

*El PE-201 “Caribe” fondeado en la Ensenada de la Siguanea.

*El PE-203 “Baire” fondeado frente al Presidio Modelo.

*El GC-104 fondeado en la desembocadura del río Las Casas, acceso a Nueva Gerona.

El PE-203 “Baire” era un buque construido en los Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Su armamento principal consistía en un cañón de 76 mm. Estaba además dotado de 4 cañones AA de 20 mm. Integraban su tripulación 39 hombres (3 oficiales, 6 clases, 25 marineros y 5 jóvenes rebeldes) su comandante era el Alférez de Navío Antonio Reyes Domínguez. Una de sus máquinas principales estaba fuera de servicio, sus piezas de artillería AA estaban defectuosas y las municiones envejecidas. Además, por estar anclado, carecía de movilidad.

A la hora antes mencionada, la dotación del “Baire” escuchó el ruido de motores de aviación y pronto avistaron a dos aviones B-26 pintados de gris, con las insignias cubanas, con la bandera nacional y las siglas FAR en la cola, que se acercaban rápidamente. Las dotaciones de las piezas de artillería que estaban de guardia siguieron el vuelo de las aeronaves que, de inmediato iniciaron el ataque, a muy baja altura y disparando cohetes y ametralladoras al tiempo que lanzaban bombas de 250 libras.

De inmediato la artillería AA del buque entró en acción. Los nóveles artilleros hacían fuego con todas las piezas pero sin efectividad debido a las condiciones del parque. La acción duró unos 10 minutos. El enemigo efectuó cinco ataques al buque volando casi a la altura de los mástiles. El buque recibió el impacto de un cohete de 5 pulgadas en el cuarto de máquinas -que causó heridas a la casi totalidad del personal que allí se encontraba- y fue alcanzado por el fuego de las ametralladoras de los aviones atacantes. Se produjeron dos bajas mortales – los marineros Armando Ramos Velazco y Juan Rafael Alarcón Rodríguez- y un total de 17 heridos que fueron evacuados por el GC-104 que, procedente de Nueva Gerona, acudió con rapidez a prestar auxilio.

Terminado el ataque, con grandes averías, funcionando –como ya se ha dicho- una sola máquina, haciendo agua y escorado hacia la banda de estribor, el “Baire” intentó navegar hacia Nueva Gerona, mientras el telegrafista comunicaba los acaecimientos al Puesto de Mando de la MGR. Pese al esfuerzo realizado por la tripulación sólo pudieron avanzar un corto tramo, hasta cerca de la desembocadura del río Las Casas, cuando, al dejar de funcionar la máquina, el buque quedó sin gobierno. Gracias a la oportuna ayuda de dos barcos pesqueros, que lo remolcaron, pudo quedar atracado, con una pronunciada escora, en uno de los muelles próximos a Nueva Gerona.

Al conocer la población de Nueva Gerona la noticia de lo ocurrido, se fue congregando espontáneamente, frente al muelle donde se hallaba el buque semihundido para entonar, a una sola voz, el Himno Nacional y vitorear a la Revolución y a los marinos del “Baire”. En reconocimiento y homenaje a la heroica resistencia de esos marinos dos importantes centros de la Isla de la Juventud, el hospital y la base pesquera, llevan nombre de “Héroes del Baire”.



Otras misiones cumplidas por las unidades de la Marina de Guerra Revolucionaria después de la derrota de la invasión en Playa Girón

Después de alcanzada la victoria el 19 de Abril, había que impedir la huida de los mercenarios derrotados para lo cual fueron enviadas a la zona de operaciones las lanchas del Servicio de Vigilancia de Costas SV-1, SV-2, SV- 3, SV-4 y SV-10, el GC-104, el GC-106 y la lancha R-42. Estas unidades transportaron tropas y efectuaron servicios de vigilancia en la cayería, capturando numerosos mercenarios así como una gran cantidad de armas y municiones. Como parte de esa Operación Limpieza el GC-104, comandado por el entonces Alférez de Fragata Luís Molinet9 capturó al capitán del buque “Houston” y a varios de sus tripulantes quienes pretendían apoderarse de un barco pesquero y escaparse en él. La unidad de hombres-ranas de la MGR participó también en el rescate del armamento que se hallaba en los buques hundidos.




Conclusiones

La Marina de Guerra Revolucionaria desempeñó un papel significativo en el enfrentamiento a la invasión mercenaria de Abril de 1961. Sangre generosa de los marinos cubanos fue vertida junto a la de soldados del Ejército Rebelde, policías, aviadores y milicianos para rechazar victoriosamente los ataques del enemigo. Con los escasos recursos con que contaba la MGR cumplió con firmeza y valentía, las misiones que le fueron asignadas. Al arribar al 60 aniversario de la Victoria de Girón sirvan estas líneas de modesto homenaje a aquellos que cayeron en el cumplimiento de su deber y a los que participaron en aquella gesta y dedicaron después su vida, en distintos frentes y actividades, a la defensa de la Patria Socialista.
*****



Fuentes

Testimoniales

Testimonio del Capitán de Navío (R) (entonces Alférez de Fragata) Cándido Enrique González Pardo, comandante del Guardacostas (GC) 107.

Testimonio del Capitán de Navío (R) entonces Alférez de Fragata) Luís Molinet Mantecón, comandante del Guardacostas (GC) 104.



Libros

GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: La Marina de Guerra en Cuba (1909-1958) 1ª parte. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, 333 p.

GOIZUETA VICHOT, Pedro A.: Cuando nunca amainó. Casa Editorial Verde Olivo, La Habana, 2016, 319 p.

NÚÑEZ JIMÉNEZ, Antonio: En marcha con Fidel. 1961. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004 (2ª ed.), 329 p.

PINO MACHADO, Quintín: La Batalla de Girón. Razones de una victoria. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983. 367 p.



Folletos

GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: Presencia de la Marina de Guerra Revolucionaria en Girón. Centro de Información para la Defensa (CID-FAR), MINFAR, La Habana, 2006. 45 p.



Artículos

Dirección de Información Militar de las FAR: “El fracaso de Girón” en la revista EL OFICIAL (Órgano Teórico e Informativo de la FAR), La Habana, Año 9 Nº 2, Marzo-Abril de 1971, pp. 5-39.

GONZÁLEZ PARDO, Cándido E.: “Desarrollo del Arte Naval Militar de la Marina de Guerra de la República de Cuba” en la revista de INFORMACIÓN TÉCNICO CIENTÍFICO NAVAL (ITCN). La Habana, Marina de Guerra Revolucionaria (MGR). Nº 34, 1981, pp. 18-29.

GONZÁLEZ PÉREZ, Enildo: “Girón desde el mar” en la revista MAR Y PESCA, La Habana, Nº 344, Abril de 2004, pp. 10-11.

GONZÁLEZ CABALLERO, Orestes y GONZÁLEZ PÉREZ, Enildo: “Respuesta desde el mar. (A 50 años de la Batalla de Girón) ” en la revista MAR Y PESCA, La Habana, Nº 387, Marzo de 2011, pp. 2-5.

MIYAR REINERS, Rafael: “La Marina de Guerra Revolucionaria durante la agresión mercenaria por Playa Girón” en la revista MARINA DE GUERRA. La Habana, Vol. 2/41, Abril de 1989, pp. 2-11.


Notas

1- Capitán de Fragata (R). Doctor en Ciencias Históricas. Investigador Titular del Instituto de Historia de Cuba. Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cuba.
2- En la tabla anexa aparecen los Datos Táctico-Técnicos de las unidades de superficie.
3- La escuadrilla que atacó el aeropuerto militar de Ciudad Libertad se denominaba “Puma” y estaba integrada por 3 aviones; la que atacó la Base Aérea de San Antonio de los Baños compuesta también por 3 aviones se denominaba “Linda”; la que atacó el aeropuerto de Santiago de Cuba estaba compuesta por 2 aviones y se le denominó “Gorila”
4- Construido en los EU en 1943, 110 pies de eslora, dotado de 2 cañones AA de 20 mm.
5- Según se pudo conocer después, este avión, alcanzado por el fuego del GC-107 en uno de sus motores se vio obligado a aterrizar en la isla Gran Caimán, posesión inglesa del Caribe.
6- Juan Cortés Rodríguez abandonó el país por el puerto de El Mariel en 1980. (GÁLVEZ AGUILERA, Milagros: Presencia de la Marina de Guerra Revolucionaria en Girón, p. 6).
7- PINO MACHADO, Quintín: La Batalla de Girón. Razones de una victoria, p. 71.
8- Se trataba del “Houston” y el “Blagar” que efectuaban la preparación artillera del desembarco en Playa Larga.
9- Hoy Capitán de Navío (R).


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